No es posible empezar a redactar un nuevo PGOU, sin conocer TODO lo acaecido con el anterior.

Y sin haberse depurado responsabilidades civiles.

Ya que, la democracia supone una cultura cívica arraigada, en la que la participación ciudadana resulta imprescindible. Se afirma con el voto, la opinión, la crítica constructiva que se involucra en procesos de toma de decisiones y vigilancia al poder.

La interrelación gobernante/ciudadano es esencial para asegurar que se refleje sus necesidades y aspiraciones comunes. La transparencia, la rendición de cuentas y la apertura al debate deben ser fundamentales en un diálogo que implica educarse, informarse y participar  en la vida política y social.En cualquier caso, la corrupción debe ser combatida de manera firme y transparente en todos los niveles de la política y los concejales tienen la responsabilidad ética y moral de actuar con integridad y denunciar cualquier indicio de corrupción pasada, presente o futura, dentro de su partido o en la oposición. El encubrimiento solo perpetúa el daño que socava la confianza de la ciudadanía y alimenta la impunidad. Es responsabilidad de los ciudadanos exigir que sus representantes actúen con honestidad y ética en el ejercicio de sus funciones.

Los casos de corrupción han tenido un impacto negativo en  la ciudadanía y han involucrado a políticos, funcionarios y empresarios, afectando diferentes niveles del gobierno, alterando  la transparencia, la rendición de cuentas y la igualdad ante la ley. El fallido Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Valdemorillo fue un ejemplo de cómo los problemas relacionados con la planificación urbana pueden tener repercusiones significativas en términos económicos y políticos. Además, la falta de transparencia y la ausencia de explicaciones por parte de los representantes políticos generaron desconfianza entre los ciudadanos.

LA RENDICIÓN DE CUENTAS Y LA RESPONSABILIDAD POLÍTICA SON ASPECTOS FUNDAMENTALES EN CUALQUIER DEMOCRACIA

Los líderes políticos, tienen la obligación de explicar y justificar sus acciones, especialmente cuando se trata de decisiones que afectan directamente a la comunidad. Pero el silencio prolongado sobre un tema tan importante como la planificación urbana y el PGOU puede generar aún más incertidumbre y descontento entre los ciudadanos. La falta de comunicación y transparencia por parte de los políticos puede socavar la confianza y dificultar la resolución de los problemas. Esperemos que, en el futuro, los líderes políticos asuman la responsabilidad de explicar lo sucedido con el anterior PGOU de Valdemorillo y estén dispuestos a ofrecer la transparencia necesaria para reconstruir la confianza de la ciudadanía en el proceso político. Aunque el camino hacia una mayor integridad y transparencia puede ser largo y difícil.

Estos días estamos viviendo una presión enorme del PSOE, que le exige  su acta de diputado; José Luis Ábalos ha hecho un primer movimiento: ha registrado en el Congreso su renuncia a la presidencia de la Comisión de Interior, que tenía una reunión este miércoles. Sin embargo, el exministro se resiste, y de momento sigue de diputado. Una vergüenza democrática que debe resolverse rápidamente.

De verdad, ¿cual fue la  razón exacta del fracaso del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Valdemorillo? ¿estuvo en  factores específicos con documentos complejos que implicaron el desarrollo urbano y territorial, como la zonificación, la infraestructura, la vivienda, el medio ambiente, entre otros?. En ocasiones, los intereses económicos, políticos o personales pueden influir generando conflictos que dificultan su aprobación. Los diferentes actores involucrados en el proceso, pueden tener objetivos divergentes que dificulten alcanzar un consenso. Los PGOU deben cumplir con requisitos técnicos y legales específicos, en este caso también la ausencia de participación de la ciudadanía en el proceso de planificación para su legitimidad.También, sería necesario analizar los detalles y circunstancias específicas  para comprender completamente las razones de su no aprobación. Que debería ser el resultado de un proceso participativo y transparente que involucre a todos los actores, incluidos los ciudadanos. La participación activa de estas partes interesadas es esencial para reflejar las necesidades de la comunidad en su conjunto, y no solo la de unos grupos de interés. Además, debe estar en consonancia con los principios de desarrollo sostenible, promoviendo un crecimiento ordenado, junto la protección del medio ambiente, el acceso equitativo a la vivienda y los servicios públicos, así como la calidad de vida de los habitantes del municipio, por supuesto integrando todas las urbanizaciones y sus accesos.

Cualquier intento de adaptación, sin tener en cuenta estos principios, podría generar conflictos, desconfianza y falta de legitimidad en la planificación urbana, así como repercusiones negativas en el desarrollo futuro del municipio. Por lo que es fundamental que la planificación se base en  la transparencia y el interés general de la comunidad.