El voto cautivo
En las próximas elecciones municipales. Algunos votantes de Valdemorillo son cautivos de sus convicciones, prejuicios, temores, o resentimientos. Los trabajadores municipales elegidos a dedo son sus principales reos. Los asesores, los paniaguados beneficiarios de obras de servicios contratados por cada uno de los que ocupan los puestos anteriores también. Entre el voto comprado y el voto logrado por interés del votante hay una sensible comunicabilidad; no está tan claro cuando se pasa de la compra al razonable imperativo de la conveniencia propia legítima. Algunos votantes de Valdemorillo son cautivos de sus convicciones, prejuicios, temores, o resentimientos. La mayor parte de la ciudadanía no modifica fácilmente el sentido de su voto usual. Ya puede, el candidato o la candidata “amiga”, hacer fechorías notorias incluso corruptelas soterradas que la intención del voto comprado está garantizado, se vuelve a votar al propio o propia y a rechazar al ajeno. No vamos a hablar de a