Las promesas se deben creer basándose en la autoridad de quien las dice.
No me creo las de los políticos de “medio pelo” El famoso “puedo prometer y prometo” que pronunció hace años el entonces candidato a la presidencia del gobierno español, Adolfo Suárez, en una campaña electoral, ponía de manifiesto con su sola enunciación que muchas veces se hacen promesas cuando no pueden hacerse o, peor, aunque no deben hacerse. Plantear el cumplimiento de un acuerdo como una cuestión de grado contribuye a diluirlo. Así los acuerdos y las promesas se convierten en combustible para la demagogia. Por eso yo pongo sobre la mesa, la promesa escrita de Dña. Eva, cuando era segunda alcaldesa durante la legislatura anterior , hoy continua en el gobierno municipal. Se pueden prometer o acordar muchas cosas a bulto y ya se hará luego recuento para ver cuáles se cumplieron y cuáles no. La confianza es el resultado de la coherencia entre el cumplimiento de las promesas de valor que se hacen y el accionar de la empresa. Al perderse la confianza, esta se manifiesta con