La justicia no es igual para todos.

 

El poder está en manos de unos cuantos.

Para los que no hemos nacido en el pueblo, pero lo conocemos bien, esta experiencia nos debe llevar a que da lo mismo votar a cualquier partido de los que están ahora,  que con acuerdos y pactos las urbanizaciones seguirán abandonadas. Se necesita un nuevo partido transversal capaz de tener en su programa el mantenimiento de las urbanizaciones en base a unos impuestos reales pagado únicamente con el IBI y controlando todos los "gastos que están fuera de mercado".

Cuando la premisa es: “La justicia es igual para todos", frase tan cínica y falsa como aquella del: "El trabajo os hará libres". Cuando en la sociedad se da el contraste de lujo frente a los que hacen colas para comer de la caridad. Cuando parece, por las señales, que todo va a seguir igual. Cuando se siente que en que la responsa
bilidad está en manos del Poder que aprovechó lo que pudo para enriquecerse y sigue........, debemos intentar ampararnos en el recurso del pataleo, razonando que la situación que vivimos no es culpa de los que votan ni de los que se abstienen. Los que menos pinchamos y cortamos tenemos nuestra cuota también, pero “ni tú ni yo” podemos solucionar nada con nuestro voto o no voto, pero si podemos hacer algo, si somos capaces de juntarnos en el entorno de una idea unas docenas de personas, para que no seamos un granito de arena en una playa privada con unos muros a levante y a poniente, que impiden, sobre todo, que el viento del este nos levante.

El poder municipal siempre está en manos de los mismos

La historia nos dice que el poder y las estructuras sociales se han dejado siempre en manos de unos cuantos, siempre familias próximas el capital del pueblo. Ahora con un voto cada cuatro años, se le cede el protagonismo a los que dicen que saben cómo solucionar los problemas, estando los mismos. El problema es que no saben cómo solucionarlo y además no quieren hacerlo cuando afecta a  sus intereses.

La razón y la inteligencia me obligan a plantear nuevamente la necesidad de que un grupo de ciudadanos de Valdemorillo que consideran que las estructuras políticas deben cambiar de manos. Para lograrlo hagamos algo parecido a lo que hicieron los que estuvieron en lo más alto del poder municipal y no quieren perder la ocasión de seguir participando de esta vida. Consigamos reunirnos en torno una idea transversal que permita otro tipo diferente de gobierno municipal, independiente de ideologías, pero con ideas. Porque lo que tenemos ahora no afecta a ideas sino más bien a las personas que las soportan aparte de los partidos nacionales alguno copado por el Clientelismo están los unival, Oval, Pivalde,…. cada año uno nuevo pactando con el poder a cambio de un suculento plato de lentejas, los otros partidos de su traición, pretende esparcir intriga, responsabilizando a otros de su felonía. 

La experiencia del pacto después de la moción de censura debe suponer para el PP de Santiago Villena un mal negocio político que debería hacerlo pagar factura en las urnas. La diferencia fundamental estriba en que Pilar López es una política avezada cuyo principal problema fue estar demasiado tiempo agarrada a la “teta” del Ayuntamiento con experiencias “marcadas” que supusieron la salida de su anterior partido Clientelar PP. 

Pilar, no debe sacar los votos suficientes para superar el mínimo 5% de representación, debe arrinconarse de la esfera política por haber traicionado a sus electores.

Clientelismo en Valdemorillo,

Llevo algún tiempo estudiando el fenómeno del clientelismo en Valdemorillo, o como he venido llamando: caciquismo. Un prodigio sociopolítico que han nutrido durante años a los partidos de derechas de este pueblo., El partido que conserva la base electoral clientelar de mayor magnitud es el Partido Popular, donde la estrategia de rendición de cuentas posee una singular relevancia.

Joaquín Costa, (un político, jurista, economista e historiador el mayor representante del movimiento intelectual regeneracionista) identificaba oligarquía y caciquismo como la forma de Gobierno que ha marcado una parte de la historia, esa España, de charanga y pandereta, que quisieron los caciques con su idea de que la política dieran lugar a toda una red de patronazgos y clientelismos, paternalismo, dependencias y, por tanto, favores y castigos. 

El votante de las urbanizaciones

Personalmente considero que el mantenimiento de esta tendencia está determinado que el votante de las urbanizaciones: o no vota, o lo hace de manera testimonial a una sigla, sin reparar que detrás de ella se mueve toda una fuente clientelar que determina una manera de gobernar marcada por el provecho de algunos. Además, a pesar de estar presentes muchas de las circunstancias que deterioran el clientelismo (como puede ser el incremento poblacional, en las urbanizaciones), la desactivación no es inmediata. Así, el votante depende de una coordinación electoral para extender el voto a las candidaturas, de lo contrario, la amistad con el concejal dispuesto a beneficiar de manera selectiva será la mejor estrategia.