Nueva carta abierta a nuestro alcalde.

 

Sr Alcalde: ¿se ha utilizado dinero público para pagar el informe técnico de su vicealcaldesa para defenderse de una acusación penal?

Si la respuesta es “SI”; solicito públicamente su DIMISIÓN. Si la respuesta es “NO”, como sería lo lógica, es importante que lo dé a conocer urgentemente para no seguir haciendo daño.

Corrupción. Corrupción y más corrupción. Parece que nos hemos acostumbrado tanto a ella que ya ni nos sobresalta. El corrupto es el responsable legal, pero ¿y los votantes de políticos con sospecha evidente de corrupción? ¿Somos cómplices morales de sus actos? ¿Y si esa corrupción ya está constatada? ¿Castigamos con nuestros votos a los corruptos?

Tenemos muchas preguntas que hacernos en voz alta fundamentalmente a todos aquellos que conociendo las irregularidades particulares siguen, por su interés, votando a determinadas personas marcadas por situaciones irregulares en este pueblo. También hay que marcar, de manera clara, a los que coaligan para no perder privilegios, con políticos perceptibles del pasado; contribuyendo de manera directa en el sostenimiento de una lacra que está originando un daño profundo al estado de derecho, a las libertades democráticas y a la sociedad en su conjunto. Los políticos marcados por la corrupción deben ser apartados de la escena política. Jamás permitirlos que con el dinero del erario puedan habilitar fórmulas de autodefensa de sus posibles delitos penales.

Sr. Alcalde de Valdemorillo, después de una moción de censura, auto dirigida y sin futuro. Usted se coaligo, por su interés, con la principal instigadora del conflicto, disponiendo de todos los datos. Ahora usted entra a formar parte de todos esos políticos permisivos que están haciendo un daño atroz a la mayoría de los gobernados teniendo en cuenta que Un 99,6% de los ciudadanos está indignado por la corrupción. Los datos proceden del informe sobre el Índice de la Dignidad en España. Este documento, se presentó en el Ateneo de Madrid junto con un avance del Informe sobre la Dignidad en España, en colaboración con la Universidad de Alcalá. 

Sr Alcalde de Valdemorillo y Sras. y Sres. Concejales: ¿Quién tiene la garantía de que un político que ha sido presuntamente corrupto una, dos, tres… veces no vaya a volver a serlo? La corrupción no es, ni mucho menos, un invento de este siglo. Seguramente existe desde que el hombre es hombre. El pensador humanista Tomás Moro opinaba: “Gobernante y gobernados somos un cuerpo unido y el primero debe comportarse con el conjunto de los ciudadanos a los que gobierna como un padre se comporta con sus hijos. Nosotros hoy nos preguntamos: ¿Robaría un padre a sus hijos? Y si los hijos descubren que les engaña, ¿seguirían confiando en él?

Además, para terminar la faena, no tenemos una Justicia rápida, moderna y eficaz. Y la causa más importante no radica en las dificultades técnicas o el esfuerzo económico que supone ponerla en marcha, sino que tiene su raíz en el desinterés de los grandes partidos políticos que consideran una amenaza al poder e influencia que tienen sobre todos los ámbitos de la sociedad democrática. Por eso toleran una justicia demediada y anestesiada. Tal es, al menos, mi opinión.

Son los partidos políticos los que penetran en todas las instituciones públicas, detentan su control y eligen directa o indirectamente a las personas que van a formar parte de cada una de ellas. A este dominio expansivo se resiste sin embargo la Justicia, que tiene conferido un poder real y de considerable importancia, y, lo que es más inquietante para la consolidación de aquél, atribuido a unos funcionarios, los jueces, que escapan en cuanto a su actuación, y parcialmente en cuanto a su elección, de la influencia de los partidos políticos.  Por eso estos prefieren tener controlada a la Justicia a base de negarle los suficientes recursos para que funcione a pleno rendimiento.  

El caso Púnica viene nuevamente a aparecer en Madrid salpicando a ocho alcaldes y el daño que producen estos casos en la sociedad civil que debería provocar un nuevo terremoto en la política madrileña. Francisco Granados, principal imputado de la causa, utilizó su influencia política como consejero del Gobierno de Esperanza Aguirre y como secretario general del PP de Madrid para que muchos consistorios cobrasen todo tipo de “mordidas”

Los españoles percibimos que los partidos políticos son uno de nuestros principales problemas así lo indican las encuestas, y esta actitud fago citadora de todo lo que huela a poder es una de las causas de esa percepción. Una Justicia eficaz, moderna, con medios para investigar todo lo investigable y con independencia frente a las presiones, es un contrapeso que nuestra democracia necesita imperiosamente y que la sociedad civil debe exigir de manera enérgica e incansable.