Los ciudadanos eligen cerrar los ojos ante prácticas corruptas de políticos

 “CUANDO AFECTAN A SU PARTIDO”.

Vemos la corrupción y las mentiras como uno de los grandes problemas. Sin embargo, parece que la aparente indignación no va acompañada de una rendición de cuentas en las urnas. Éstas son las razones por las que a algunos políticos los escándalos les salen gratis.

Vamos todos a procurar que en las próximas elecciones castiguemos a todos aquellos que nos engañan. Porque la acumulación de escándalos políticos y económicos parece habernos colocado cerca de lo soportable.

En Valdemorillo vamos a esperar las explicaciones del Alcalde al asunto de las entradas de los toros; también las respuestas de los representantes partidarios que pusieron la denuncia. La nota de prensa municipal “embarra” mucho más un tema que exige responsabilidades. Esperemos alguna dimisión en el próximo Pleno.

Amanecemos cada día con un nuevo caso de corrupción o con nuevos detalles en torno a las tramas que nos acompañan desde hace ya tiempo: Bárcenas, Gürtel, ERE, Palau, Pallerols, Brugal, Pretoria, ITV, Palma Arena, Over Marketing, Malaya, Pokemon, Noós... En nuestro caso todos los casos que los políticos de la oposición no fueron capaces de investigar. La lista parece inacabable, y puede darse por seguro que está inconclusa, que sólo cabe esperar al siguiente escándalo.

¿POR QUÉ NO SE CASTIGA ELECTORALMENTE LA CORRUPCIÓN Y LAS MENTIRAS?

Un informe, elaborado por la Universidad Autónoma de Barcelona, a partir de una encuesta de 2.540 españoles, ofrece unas conclusiones deprimentes. Los ciudadanos eligen cerrar los ojos ante las prácticas corruptas de algunos políticos cuando afectan a su partido y por ello les seguirían votando. Esto ocurre tanto entre los electores que sienten antipatía a informarse de los casos de corrupción cuando afectan a su partido, como entre los que tienen un mayor conocimiento e interés por la política y prefieren estar informados sobre este tema. Por otra parte, en este pueblo, determinado sector de población dirige su voto no por ideología, más bien por el interés de obtener un beneficio.

Hay que seguir denunciando la corrupción, cualquier corrupción, porque no tiene color, es una forma de violencia que corroe el contrato social entre ciudadanos y es uno de los principales problemas. La corrupción afecta de manera directa al funcionamiento de las instituciones políticas. La abundancia de ilegalidades acaba con la igualdad entre los ciudadanos, erosiona la eficacia del Gobierno y el deterioro de su legitimidad. Es decir, provoca eso que llamamos desafección, un distanciamiento casi insalvable entre la ciudadanía y los políticos que pone en peligro la cohesión comunitaria y desemboca en un escepticismo, obstáculo para el progreso del sistema representativo.

HAY QUE APLAUDIR A LOS POLÍTICOS Y JUECES VALIENTES QUE PERSIGUEN A LOS CORROMPIDOS

Parece pues urgente abordar al menos unas cuantas tareas: taponar los circuitos irregulares por los cuales se financian los partidos, fortalecer los mecanismos de control sobre   el Ayuntamiento, y arrebatar a estos la capacidad para recalificar terrenos y disparar su valor de un día para otro. Léanse con detenimiento el PGOU de Dña. Pilar, ahora en el Gobierno, y con toda la problemática generada sin solucionar aún.

Tenemos un tipo de corrupción tolerada por la sociedad y por las élites: como las donaciones empresariales partidistas. Y de una manera muy especial en los Ayuntamientos con las recalificaciones interesadas de los terrenos en la redacción de los PGOU. Aconsejo ver en el que se redactó para Valdemorillo, que afortunadamente fue rechazado, pero.....

LA UNIÓN EUROPEA MARCA CON PRECISIÓN DÓNDE ESTÁN LOS PROBLEMAS

En los políticos más que en los funcionarios, en la financiación de los partidos, en los gastos y contrataciones de las Administraciones Locales y en sus competencias urbanísticas, pervertidas. Y no solo entre los corruptos, sino también entre los corruptores que les rodean, por esa razón varios centenares de políticos están hoy imputados por su presunta implicación en casos de corrupción. Y subiendo. La capacidad de asombro de la ciudadanía parece permanentemente puesta a prueba, y lo normal sería que los diques de contención de la indignación social se hubieran roto ya.

Sin embargo, en los últimos años ha cundido la impresión de que la corrupción parece salirle gratis al político, que las investigaciones e incluso imputaciones no se sufragan en las urnas con la dureza esperable. En menos de una década, un total de 676 municipios españoles se vieron afectados por diferentes casos de corrupción, un 8,3% del total, según un estudio elaborado por profesores de la Universidad de La Laguna. Una magnitud del fenómeno que parece por sí preocupante, y eso que en el informe se reflejan sólo los escándalos vinculados a las administraciones locales.