¡¡”Pero en qué País vivimos”!!

El árbol caído

Los actos deshonestos cometidos por los que abusan de su poder e influencian para conseguir una ventaja ilegítima, se llama corrupción.  Pablo Casado ha sufrido sus consecuencias al intentar denunciarla.

Por desgracia, ese fenómeno sistémico protegido por los poderosos. Cuando alguien da el paso de denuncia, no respaldan a quienes lo hacen, más bien al contrario, por lo general, esos partidos que deberían estar empeñados en limpiarse de corrupción, ponen todo su poder al servicio de quienes quieren evitar que sus comportamientos fraudulentos salgan a la luz o tengan el castigo que la ley dispone para ellos.

Casado, ha sido víctima de las represalias, porque se encontró con un posible caso de corrupción en la Comunidad de Madrid y decidió investigarlo. Otra cosa es cómo se desarrolló esa investigación. La realidad es que los actos que denuncia Casado, han sido admitidos en la Fiscalía que ha detectado trascendencia penal.

Este episodio, ahora arrinconado por la guerra, coloca sobre la mesa política realidad del árbol caído. Cualquiera que esté en la “cumbre” debe tomar buena nota, ya que todos los que le adulan y “le hacen la pelota”, pueden dejar de hacerlo para salvar su “pellejo político”, en un alarde de cinismo sin precedentes, cuando las circunstancias políticas no sean propicias. Casado está ahí, al alcance de todos y cualquiera puede llegar para arrancar sus ramas, partir su tronco, usar su leña para el fuego. Algunas personas políticas que caen como Casado, sucumben, son declarados perdedores y su desgracia se convierte, en motivo de alegría. Acuden raudos a desgajar, humillar, “hacer leña”, les gusta atormentar al espíritu moribundo del cuerpo marchitado. A Pablo Casado, además de sentenciarle se le ha sometido a uno de los mayores escarnios públicos en la historia de la política. Abatido, hundido. Como el que observa perplejo a una figura dominada por la burundanga ha visto a los que hace unos días le apoyaban apartarse de él cual apestado.

Han esperado a que los medios de comunicación en simbiosis con la calle, dominada por individuos con ansias de protagonismo, pusiera la puntilla. Se lo querían cargar desde hace tiempo y han aprovechado el momento oportuno para rematarle por la espalda. Tenían que crear el relato, construir un pretexto por el que actuar. Buscaban un fin sin importar los medios. Ese objetivo era desgastar al líder del partido hasta quemarlo para después apartarlo.

Usted Sr Alcalde de Valdemorillo, tiene dentro de su gobierno alguna causa de preocupación; fundamentalmente porque está en política guiada por “intereses no consumados”. Y ha sido usted san “simple”, que ha mordido el anzuelo de la moción de censura para decidir lo peor, por consejo del alcalde del pueblo vecino, conociendo sobradamente un sinfín de circunstancias adversas y la causa de un distanciamiento con una fracción importante de seguidores. Creo que en política deberíamos ser todos mucho más estrictos con hechos concretos para no tener la necesidad de que un fiscal acepte un caso de prevaricación, o que un juez sentencie culpabilidad. Tenemos verdadera necesidad de políticos honestos que lo aparenten, que no tengan sobre sus espaldas la sospecha fundada de la duda fundamentada en hechos, marcados por irregularidades en la gestión y total ausencia de Transparencia en los encargos.

D. Santiago, ¿ha pensado usted que puede pasar a hora si se consigue demostrar que Ayuso delinquió? Y la Presidenta de la Comunidad de Madrid termina imputada. ¿Se pedirá perdón a Casado?