FRENTE AL PODER DE LA INERCIA

 

EL ACELERADOR DE LA RAZÓN

Encontrar una solución optimista de la realidad cotidiana de este pueblo, con el comportamiento inconmovible de sus gentes y el utilitarismo de sus políticos, no constituye tarea fácil: Es como pretender hacer un viaje a Madrid con la rueda del coche pinchada.

Algunos, solamente algunos, tendríamos claro que no llegaríamos a Villanueva si no cambiamos la rueda. Esto ocurre con nuestros gubernamentales municipales, necesitamos cambiarlos por otros que tomen decisiones, pensando sólo en el interés de Valdemorillo.

Por eso mantener una actitud positiva, tal y como están las cosas, es una necesidad. El poder de la inercia impide evaluar, recalcular… cambiar. En comunicación política y en la vida, romper el determinismo de la chapuza del desconocimiento improvisado de estos políticos que piensan únicamente en su interés. Y esto no es un objetivo esperanzador.

Sin embargo, sigo pensando que: frente al poder de la inercia, el mando de la voluntad y de la determinación. La inercia hace que intentemos resolver los problemas del Valdemorillo de hoy con fórmulas de ayer, cuando lo que debemos hacer es reinventar el futuro.

Para el físico Newton, “Todo cuerpo en reposo tiende a seguir en reposo y todo cuerpo en movimiento tiende a seguir en movimiento a menos que una fuerza externa actúe sobre él” Esto significa que tanto para poner un cuerpo en movimiento como para pararlo es necesario aplicarle una fuerza. Es decir, si un coche está en marcha y dejas de apretar el acelerador, el coche seguirá moviéndose debido a la inercia hasta que una fuerza externa, el freno o el roce generado por el movimiento, le haga detenerse. Igualmente, si intentas empujar un coche que está parado y en punto muerto, necesitas hacer un gran esfuerzo inicial para vencer la inercia y que el coche se empiece a mover. Una vez echa andar, es mucho más sencillo mantenerlo en marcha.

Y qué tiene que ver todo esto conmigo y con mi presencia en este pueblo, te preguntarás. Pues mucho más de lo que crees. Porque, aunque a Newton se le olvidó indicarlo explícitamente, la inercia también te afecta a ti. Muchas veces, cuando tienes que hacer algo por primera te sientes abrumado. La tarea en cuestión te resulta tan lejana y extraña que no sabes por dónde empezar, y eso te produce miedo. Al final acabas diciendo algo en plan “es que yo no sé hacer eso” o “es demasiado difícil para mí” para justificarte y abandonas antes de intentarlo. ¿Te ha ocurrido alguna vez, ¿verdad?

Te aconsejo que simplemente empieces. Así de simple. Empieza por donde puedas, por algo pequeñito para coger inercia. Lo complicado es arrancar y empezar a moverte en una dirección, pero una vez lo hayas hecho no tardarás en habituarte a la carretera y lo verás todo mucho más claro.

Valdemorillo es un pueblo de trece mil habitantes, un municipio que lleva desde siempre gobernado por familias poderosas que se turnaban para fortalecer unas sagas. Pero ahora su población, la mayoría nueva, no puede continuar con esa inercia, necesita otros parámetros, otros intereses y también una nueva política más centradas en la realidad de un pueblo formado por el casco urbano y por las urbanizaciones y que todos debemos tener un interés común vencer la inercia de muchos años y elegir políticos capaces de poner en el pueblo: Centros de Salud, Residencias para mayores, Universidad, otros Centros Educativos y Trabajo…  El Pan y Toros debe formar parte de ese pasado cuya inercia debemos vencer, porque resulta cínico evocar la vida feliz de los toros cuando el desenlace es la muerte del animal vomitando sangre.