Siguiendo con las urbanizaciones como telón de fondo

LA MIOPÍA POLÍTICA DE NUESTRO ALCALDE.

Sólo hay una cosa peor que gobernar Valdemorillo con miopía, y es hacerlo con la mente recortada y se recorta cuando se hacer de los valores e ideas un collage con el que cubrir unos intereses que pueden llegar a ser espurios.

Santiago, gobierna y gestiona de oídas. Va al bulto, a lo macro, y es incapaz de ver el detalle de lo que pasa, el Alcalde dice que hace lo que tiene que hacer, aunque lo que hace no tenga nada que ver con lo que dijo que iba hacer, engañándonos a los que tuvimos ocasión de departir con él y poder ser testigos de una democracia, quizás no intervenida, pero sí invertida.

La miopía política de Santiago con el asunto de las urbanizaciones recuerda a ese avestruz que esconde la cabeza porque puede ver y oír, pero no quiere. No se trata de una imposibilidad, sino de una acción tramada, de una estrategia para conseguir objetivos, en Madrid y cada vez que el viento arrecia, lo que incluye pedirles a otros que hagan el trabajo sucio si es necesario.

Lo cierto es que, si una persona no tiene capacidad de relacionarse consigo misma… mal vamos, se hará necesario que aprenda a establecer esta relación, a escucharse, atenderse, entenderse, cuidarse, tratarse bien. Este es el primer paso del poder en consulta, de modo que la persona no sólo exista, sino que preste atención a su existencia y se relacione con esa existencia que es ella misma.

Puede parecer una broma o algo surrealista, pero hay personas que no se han relacionado con ellas mismas en años. Este alcalde no sabe dónde está el norte de su gestión política, y tiene ahora alguien en su gobierno que si lo conoce y permite que el alcalde se de bruces con el tema de las urbanizaciones, colocándose de frente con un colectivo en proceso de cambio. 

Alcalde, QUERER no solamente es un deseo, una declaración de intenciones o una disposición. Querer ha de implicar más, ha de implicar amplitud y profundidad, decisión y determinación, constancia y perseverancia. Pero no es capaz de querer lo mejor para Valdemorillo, siempre enfoco esa mirada miope hacia el lugar de su anterior trabajo y por tal razón, tampoco está siendo capaz de aprovechar la condición ciudadana local, para darse cuenta que el SABER es acumulación de conocimientos, configurado por varios aspectos que, juntos, aportan la sabiduría que se necesita para el viaje interior y la transformación de este pueblo que lleva demasiados años anquilosado con gobiernos que miraron demasiado por sus intereses personales y muy poco a la concierna del pueblo.

En todo el tiempo que lleva en Valdemorillo, ha querido, tal vez podido, pero no ha sabido darse cuenta de una realidad que se tendrá que afrontar sí o sí, y la mejor manera de hacerlo es por el ámbito político. Ya que el procedimiento judicial acarrea gastos. Tampoco ha podido, porque el PODER, al igual que en los conceptos de saber y querer, no solamente son una palabra o una única acción, sino un conjunto de acciones que, sumadas, aportan la energía indispensable para conseguir los cambios profundos. El PODER está configurado por: consciencia, valentía, voluntad consciente, libertad, desapego, coherencia interior…... 

Desde luego, la miopía política que se está teniendo en este pueblo, contrasta con la visión de otros municipios, gobernados por la izquierda sociológica, qué fueron capaces de entender este asunto de manera distinta; el ejemplo lo tenemos en Soto del Real, cuyo alcalde ahora ha pasado a ser el responsable del PSOE en la Comunidad de Madrid ¿Me imagino que le gustará la idea?

Por otro lado, los pequeños “reyezuelos”, Presidentes de las urbanizaciones están constituyendo un problema importante y creciente que perturba de manera clara la participación ciudadana, sin embargo, siempre que algún partido de forma directa o circunstancial, se involucra en una cuestión ciudadana en las urbanizaciones, obtiene resultados y conciencia participativa (gasolinera del Cerro), ya que la configuración urbanística de la distancia hay que alimentarla con la información y los intereses comunes; ahora con lo del Canal de Isabel II, es una ocasión de oro para hacerlo.

Estoy convencido que, el alcalde se había cargado de buenas intenciones que se difuminaron por el interés de los acontecimientos que surgieron. Fue torpe en la gestión del Voto de Censura, para no darse cuenta que, precisamente, sus socios del gobierno estaban orquestando otra solución para el gobierno del pueblo, sin embargo, opto por lo más fácil para no perder el dominio. Ahora tiene el mayor enemigo en casa y sus socios siguen donde estaban.