Una democracia local prostituida

 

Es como la zanahoria, el palo y el burro.

He podido ser un observador de la vida, y me he dado cuenta que, aquellas personas que se preparan para poder ocupar algún puesto de alta o media responsabilidad en la política, e incluso en alguna empresa y que no tienen una visión utópica del poder, corren el riesgo fácil de aliarse con cierto modo de corrupción.

Algunos/as de los que salen elegidas en comicios electorales, lo primero que empiezan a pensar es en el cómo y de qué manera “se lo puede llevar crudo”. La oportunidad se les presenta “a huevo” con, una gestión de una obras, una adjudicación digital o un PGOU cualquiera y no la van a dejar pasar. Y eso ocurre aquí por excelencia, pero no deja de suceder también en cualquier otro lugar, sobre todo en aquellos en los que el régimen de convivencia es el mejor invento que preparó la humanidad:  en una democracia prostituida

Desde que los griegos inventaron tal manera de gobernar, y las siguientes generaciones que empezaron a ver que aquello tenía muchas maneras de ser prostituida, que aquella podía ser el modo de contener a la sociedad porque tenía mucho margen de maniobra y se podían alcanzar más cotas de ilusión y de esperanza que ningún otro régimen. Y cuando apareció el capitalismo, se supo sacarle el mejor jugo y aprovechar la bonanza que daba el hecho de que la gente tragara con tanta facilidad con una simple y mera participación del pueblo, en las decisiones, muy de vez en cuando.

Es como la zanahoria y el burro. Nunca podrán alcanzarla pues la mano del hombre está planteada para engañarle y además tiene como principal objetivo que el burro no llegue nunca. Que sólo lo saboreen en función de la disponibilidad que le da la mano que enganchó la zanahoria del palo largo y lejano del burro. También sirven de ejemplo: asnos o cualquier otro modelo torpe, mula, bruto, zoquete, ……o simplemente  ciudadano que vota, sin saber a quién vota y permanece adormilado durante la mayor parte del mandato político.

Los humanos, aquellos que nos creemos que es suficiente ser demócrata para que todo funcione, estamos lejos de la zanahoria, pero seguimos persiguiéndola con fruición, con tozudez, con ansias y anhelos, con esperanzas e ilusiones, con estímulos y con metas ilusas e inexistentes y sin adoptar una visión crítica de la realidad vivencial. Es por esto que intuyo que están más cerca las auténticas y verdaderas democracias de lo que nos podemos creer.

Intuyo que la gente se está empezando a hartar de tanta tomadura de pelo, estamos empezando a darnos cuenta de que nos han estado engañando durante muchos años con patrañas y diversos ardides, enfocados para satisfacer única y exclusivamente, los intereses particulares de unos cuantos. Y para alcanzar tan ambiciosos planes, nada mejor que hacerle creer a la gente que viven en un régimen en el que su participación es inexcusable, pero eso sí, no cada vez que lo quieran, sino cada vez que se lo permitan o le dejen.

El caso de Valdemorillo, cada cuatro años en las diferentes altitudes de la gobernanza, es decir, locales, autonómicas, generales y últimamente, las europeas, no es suficiente. Ni siquiera la fórmula en la que se basan, la Ley D'ont. Ahora añádele que miente más que hablan, mientras tratan de ganarse las voluntades de la gente, siguen mintiendo cuando gobiernan y acaban usando las mayorías para hacer lo que se les sale de los....... Entonces, dime, ¿de verdad te crees que estamos viviendo en un auténtica, pura y verdadera Democracia? ¿De verdad lo crees? Ya sé, seguro que me dirás que sí, que estás convencido de que estamos en una Democracia, lo que sucede es que es mejorable, que hay mucho que avanzar en ella en pos de alcanzar algo mejor. Bien, te entiendo y casi comparto lo que me dices, pero, ¿para cuándo el cambio? ¿Qué más necesitamos para empezar a cambiar? ¿Qué otras motivaciones necesitamos? ¿Que nos hagan más promesas y que nos sigan gobernando con la mentira? ¿Qué más precisamos para empezar a exigir mejoras y a rechazar chapuzas?

Insisto: ¿Para cuándo el definitivo aprendizaje? ¿Para cuándo el definitivo cambio? Eso en calidad, pero, ¿y en cantidad también? ¿O no?