La Ley de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno ha cumplido 8 años.

 

El Ayuntamiento sigue informando mal.

La información no llega adecuadamente a la población a pesar de querer estar bien informada. Lo que nadie puede discutir es que la Transparencia está ligada a la fe pública, el archivo administrativo (y electrónico único), la gestión documental y de procesos, y como tal, entraba de lleno en el círculo de competencias propias de la sub-escala de Secretaría (y de Secretaría Intervención, en su perenne dualidad funcional).

Ampliación de Cerro Alarcón, ha denunciado al Consistorio por no haber efectuado la Recepción aprobada hace años en un Pleno.

La realidad siempre es tozuda ya que la máxima responsabilidad municipal la ostenta provisionalmente el Alcalde, pero ha tenido que pasar más de ocho años y numerosas normativas para poder aclarar la cuestión de Transparencia y su obligación, de tal forma que al final la Ley 9/2017, de Contratos del Sector Público, por la que se transponen al ordenamiento jurídico español las Directivas del Parlamento Europeo y del Consejo 2014/23/UE y 2014/24/UE, de 26 de febrero de 2014. Manera inconexa y traída por los pelos, en su Disposición Adicional tercera, titulada NORMAS ESPECÍFICAS DE CONTRATACIÓN PÚBLICA EN LAS ENTIDADES LOCALES. Y en su apartado 8 dice textualmente: Corresponderá también al Secretario la coordinación de las obligaciones de publicidad e información que se establecen en la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno.

Sr Alcalde, el Sr. Secretario es licenciado en derecho, estará en condiciones para poner en marcha un mecanismo que permita al ciudadano estar informado de todo los acuerdos y decisiones municipales, ya que somos varios los vecinos de este pueblo los que exigimos estar puntualmente informados de todo aquello que nos acontece. Si el Secretario puede delegar, que lo haga sobre algún funcionario que tenga menos trabajo, pero siempre que asuma responsabilidad de lo publicado.

Ya no existe, espacio para la duda, siempre que hayamos sido capaces de leer y comprender hasta el final una Ley, entre tantas que se nos vienen encima, nos impone numerosas y nuevas obligaciones, de las que nos ocuparemos en otro momento: Desde el 9 de abril de 2018, el secretario municipal de Valdemorillo debe ser el encargado de esa coordinación. De manera que la información pueda llegar inmediatamente de manera telemática al ciudadano, después de producirse cualquier acontecimiento que deba conocer la ciudadanía.

Ahora, voy a referirme lo relacionado con las urbanizaciones, del PERU y todos aquellos prolegómenos que canalizan un proceso de desaparición de las EUCC. No resulta fácil después de los años plantear un pleito tan lento y extenso, que justifique la verdadera responsabilidad de que las urbanizaciones no estén terminadas. Este compromiso hay que imputárselo a los diferentes políticos municipales que se aprovecharon de estas circunstancias, sin establecer la exigencia de finalización de las obras.

Dándose el caso de: recepcionar la Urbanización Ampliación, para permitir la devolución del aval a la Promotora y después considerar que no había sido recepcionada a pesar de la aprobación en un Plano municipal y emitir toda la documentación que establece tal permiso. Esta circunstancia ha motivado denunciar al Ayuntamiento por no haber hecho efectiva desde hace años esta recepción a pesar de existir de manera documental y expresa.

El Ayuntamiento de Valdemorillo, no se puede ahora obligar a los vecinos de las urbanizaciones a realizar actuaciones que debieron efectuarse en el momento de permitir la salida de los promotores sin finalizar su trabajo y sin obtener el pueblo beneficio alguno.

Alcalde, se me ocurre pensar que la palabra “coordinación” suele ir asociada, en Derecho Administrativo, a la capacidad de dirigir a personas, órganos o instituciones. Algo que quizás en este Ayuntamiento de Valdemorillo nos venga “un poco grande”, si somos realistas, al menos los que conocemos este ámbito de gestión real y efectiva, más allá de las teorizaciones y especulaciones.

Desde luego lo que más debe preocuparnos a todos es el desánimo y desprofesionalización en no pocos ámbitos de la función pública; así como el tamaño y dimensión minifundista de nuestra Casa Consistorial; y el no infrecuente desinterés de los representantes políticos locales por ocuparse de la parte oculta del iceberg que hace posible que se vea su elevación en superficie

En definitiva, Alcalde, hablamos de sostenibilidad, pero también de supervivencia, de un Ayuntamiento, que tal y como las conocemos, no tienen garantizado, ni mucho menos, el cumplimiento de todas las obligaciones legales que el perenne maratón normativo nos impone la Ley de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno ha cumplido ya 8 años y va siendo hora de hacerla efectiva de verdad.