Es preciso saber planificar:

 

La obra de la calle de los balconcillos.

Para cualquier actividad municipal es preciso planificar: saber cuándo se inicia la obra y también conocer cuándo se termina, para de esta manera poder organizar la vida del pueblo.

La primera pauta para hacer una buena planificación, pasa por definir los objetivos a alcanzar y no desviarse de ellos. Es decir, dar respuesta a una serie de preguntas y qué resultados se espera tras su puesta en de un determinado trabajo. Esta planificación nos deberia servir para adelantar o retrasar cualquier actividad hasta que las acciones previstas puedan ser realizadas en el menor tiempo y con las menores molestias posibles para la población.

Los objetivos ayudan a centralizar toda la información que se genera en torno a cualquier plan municipal y, a la vez, guían la toma de decisiones de las personas que están a cargo de asumir responsabilidades. Además, una vez ha terminado el proceso, son una buena herramienta para evaluar la eficacia del proyecto.

Pues bien, algo ha fallado a los responsables de las obras del Ayuntamiento en balconcillos, para que una obra de las características de la calle no se haya terminado hace dos meses. O tal vez no se deberia haber iniciado sin disponer de los datos suficientes que permitieran saber cuándo se comienza y también cuando se finaliza la obra en cuestión.

Por lo tanto, vaya un tirón de orejas para el Concejal de Urbanismo y al Técnico municipal competente que no fueron capaces de establecer hitos referenciales que permitieran terminar la obra de manera planificada sin perjudicar a nadie

Esta calle tiene para todos unos significados históricos y nos muestra un determinado tipo de arquitectura simple y popular, de un pasado reciente de nuestra historia de Valdemorillo. Durante la Guerra Civil estuvo en zona republicana, tras los intensos bombardeos de la batalla de Brunete, en Julio de 1937; el pueblo quedó totalmente destruido. Al terminar la guerra, esta calle fue reconstruida por la “Dirección General de Regiones Devastadas”, siguiendo tres modelos de casa rural, con dos plantas y un patio en la parte posterior. Este patio generalmente se utilizaba como un pequeño huerto o para criar animales que a su vez servían para poder subsistir. A estas casas se entraban por un portalón por el que sin duda podrían pasar aperos de labranza e incluso algún pequeño carro. En las fachadas encaladas se pueden ver unos balcones todos iguales y simétricos, de ahí el nombre de la calle.

Para terminar esta nueva entrega debemos insistir a los políticos responsables de la realización de obras en el pueblo que muchas veces su efecto lejos de producir un efecto positivo de votos, en la población se tornan negativos cuando no se determinan las fechas, los plazos de ejecución, las labores que se llevarán a cabo y las estrategias que se pondrán en marcha. En definitiva, elaborar un plan de trabajo, la hoja de ruta de un proyecto, que no debe ser una camisa de fuerza para quienes lo procesen; al contrario, es preciso que se conceda un cierto margen para aquellas eventualidades que se puedan generar durante la ejecución.