¿Son todos los que están…?

 

¿Están todos los que son…?

El nepotismo y amiguismo dañan la democracia porque permiten a los "clanes" capturar al pueblo. En Valdemorillo desde antaño se viene practicando, tal vez porque el “vecino” no es consciente que el monto del personal municipal resta  de satisfacer otras necesidades.

Quiero iniciar este nuevo trabajo con una frase de David Brinkley que dirijo a mi Alcalde: “Un hombre exitoso es aquel que puede construir una base firme con los ladrillos que otros le han arrojado”.

Ayer, mientras tomaba una cerveza en la terraza del bar la Espiga, después de dejar un documento en el registro municipal; escuche a un grupo de personas como se quejaban de unos policías municipales apiñados en otro bar y de algunos trabajadores municipales colgados al móvil. Esta circunstancia sirvió, junto con mi experiencia reciente en el Consistorio, a entablar  coloquio con un amigo mediando  mascarilla.

Cualquier ciudadano, para resolver una cuestión comunal percibe que hay asalariados municipales no son capaces de responder debidamente a nuestras demandas, en tiempo y forma, con las expectativas de trabajo, a pesar que la plantilla municipal se infla cada vez que un nuevo gobierno accede al Ayuntamiento… Que esa tendencia que se multiplica por dos cuando es una coalición. Esta circunstancia, al menos a mí, me lleva a la sutil conclusión que estar colaborando pasivamente en una  práctica  oscurantista del Concejo.

Desde la casuística ciudadana, tomo conciencia que: no solo una licencia de obras ilegal o un convenio de colaboración que se salta la ley no son las  materias de corrupción que se dan en un Ayuntamiento. También hay que incluir la contratación injusta de obras, la malversación de caudales públicos…. y una contratación arbitraria del personal.

D. Santiago, Con todo mi respeto, llamo nuevamente a su conciencia ciudadana, y le pido que inicie con ayuda de su gobierno y con los concejales de la oposición, que quieran trabajar y sanear el Ayuntamiento. Debe profundizar para no limitar las investigaciones sobre corrupción política a una mera infracción administrativa, como la prevaricación, también conocer el beneficio económico que haya podido obtener un funcionario o cargo público. Eso también forma parte de su cometido y un grupo importante de personas se lo reclaman.

Una de las cuestiones que hay que poner sobre la mesa es la imagen social de los delitos vinculados a la corrupción política. A parte D. Santiago, pienso lo mismo que otros ciudadanos que escriben regularmente en mi portal  opinan, que no se percibe como un mal, como negativo, sino como algo cotidiano: la contratación de amigos, familiares y allegados cuando un político entra en el gobierno municipal. Alcanzándose monto de gastos que no se justifica con el rendimiento al servicio del pueblo. ¿Cuántos trabajadores entraron al Ayuntamiento después de ser seleccionados entre varios candidatos…? y ¿Cuantos lo hicieron de manera digital señalados con la mano de algún político…? ¿Cuantos están de más?... Esa es una responsabilidad que debe asumir el gobernante, fundamentalmente cuando ese egreso excesivo puede ser afecto a otras necesidades importantes del Concejo. ¿Cuál es el porcentaje del presupuesto municipal que se destina al monto salarial bruto? ¿Cuántos niveles del funcionariado fueron engordados?

En los países europeos, nuestros socios comunitarios del norte y donde el concepto democrático está suficientemente arraigado en el entramado social, se establecen los “tonos”  de la corrupción de la forma siguiente: "corrupción negra", castigada por el Código Penal; la "gris", más ambigua y no castigada socialmente, aunque sí por la ley, como un fraude a la Hacienda Pública; y la "blanca", no sancionada ni por la ciudadanía ni por el Código Penal, donde incluyen los casos de enchufismo o los regalos.

Nuevamente, este viejo profesor quiere tomar como referencia la Ley de Transparencia con todo lo que representa para una España supuestamente democrática y me sirva para profundizar, sin acritud, en este asunto y conocer una realidad sociológica capaz de justificar muchas de las cosas que ocurrieron y en otros tiempos.