Los Plenos, sin acuerdo no son operativos.

 

CONSENSO + TRABAJO: ESTRATEGIAS RENTABLES

Durante mucho tiempo presumir de CONSENSO era como “fardar” de tener un hijo listo. Para los políticos era un símbolo de prestigio. Pronunciar esta palabra en cualquier discurso remitía a eras gloriosas de estadistas y progreso como fueron los pactos de la Moncloa.

La sociedad, nuestra sociedad, está instalada en una trinchera tan profunda que para orientarse se requiere un GPS del cabreo. Es la guerra de bloques.

“No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan sólo si marchamos por el mismo camino. “Goethe

El CONSENSO es una estrategia rentable, hay que apostar por un pragmatismo para dejar en un segundo plano a la ideología. Para que los ciudadanos seamos capaces de unir los conceptos de previsibilidad con el de “gobierno estable”; por lo que la venta del consenso deberia dar votos. El socialismo, la socialdemocracia, el liberalismo y los extremos se deberían difuminar en un consenso ponderado pero rentable para el pueblo. Fundamentalmente se conseguiría algo tan esencial como el ahorro de energías partidarias aisladas en uso de la razón y fundamentalmente de la inteligencia

La democracia requiere de polos opuestos con los que la gente pueda identificarse, pero estas condiciones latentes en la ciudadanía se han desmadrado Estas condiciones latentes en la ciudadanía han desembocado en un boom de pésimos demagogos, en el hastío por los partidos tradicionales y en un nuevo nacionalismo.

Resulta curioso que apelemos a las encuestas a pactos cuando nuestros votos están cada vez más polarizados. En Valdemorillo, siempre que a un político le separan de un partido o no tuvo mucha suerte en las anteriores elecciones, monta un nuevo “chiringuito” para seguir defendiendo sus intereses particulares, nunca la concierna del pueblo; y los ciudadanos somos tan idiotas que los votamos y con ello justificamos todo lo que es inexcusable.

CONSENSO se ha convertido en una palabra hueca que contradice lo que en el fondo quieren los electores. Por esa misma razón, rogaría que sintonizaran con la página Web Municipal para seguir algún punto del Pleno mensual y percatarse del profundo “argumentario” del debate. Con unas conclusiones siempre previstas de oposición sistemática de cualquier propuesta del equipo contrario. Sin importar nada ofrecer al público un testimonio tan desalentador en donde no solamente no se segregan ideologías, sino el papel que cada persona representa en esta tragicomedia.

Tengo que confesar que empiezo a perder la fe de que lo que se debate en los plenos tenga como fondo el interés de la ciudadanía de Valdemorillo. Más bien creo que prevalece la defensa de sus intereses personales o la representación del papel asignado y que podría ser incluso intercambiable.

Mientras que los políticos no se den cuenta que la única manera de construir se logra con el trabajo, trabajo, trabajo… y el CONSENSO obligado, difícilmente lograremos concienciarnos que la democracia es el único camino posible de convivencia en Paz. Eso sí, con concejales preparados y dispuestos a faenar por el interés del pueblo y no por su propia concierna.

Para terminar una frase de William Penn que dedico a nuestro Sr. Alcalde: “Dejad pensar al pueblo que gobierna y se dejará gobernar.”