¿El teletrabajo ha venido para quedarse? ¿Nos beneficia o nos perjudica?

El trabajo desde casa,

La pasada semana, me presente en el consistorio con la intención de meter por registro un documento. La encargada de recibirlo me dijo que si no tenía hora asignada no podría dejarlo registrado. Vi que no había nadie para realizar operación alguna y pregunte que, si era posible aprovechar mi visita para hacerlo: La persona encargada de recibirlo me aseguro que en cinco minutos llegaría el ciudadano que tenía hora. Espere en la puerta de la calle durante 10 minutos y no se presentó nadie.

Desde que se impusieron las restricciones a las salidas y el desplazamiento para evitar la propagación del covid-19, el Ayuntamiento, como otros centros de trabajo, han tenido que plantear soluciones de emergencia para que sus empleados puedan trabajar desde casa. Ahora que nos estamos adaptando a "la nueva normalidad, algunos expertos predicen que la modalidad del trabajo a distancia ha llegado para quedarse. Lo cual debe exigir algunas consideraciones a tener en cuenta para cumplir con la Ética y la Estética a la que nos referíamos en mi artículo anterior. Esta circunstancia ha hecho que algunos ciudadanos pensemos ¿Cómo vamos a lidiar con la jaqueca o la desgana?

Para miles de ciudadanos y ciudadanas de Holanda y gracias a la cultura de empleo flexible del país pueden enfrentar la jornada laboral sin necesidad de acudir a la oficina. Y lo era incluso antes de la pandemia. El 14,1% de los neerlandeses trabajaba desde su domicilio antes de la crisis provocada por el Covid-19.

Empresas de todo el mundo se han dado cuenta de que la transición hacia el teletrabajo no es fácil. Habría que instaurar un sistema a distancia para los empleados que estaban acostumbradas a ir a la oficina, con las herramientas virtuales necesarias, y recalibrar la cultura laboral para mantener a los colegas conectados ha sido un cambio significativo para muchos ciudadanos españoles de algo que en las condiciones normales no deberia constituir problema alguno ya que somos afortunados, porque el 98% de los hogares del país tiene acceso a internet de alta velocidad y aquí se da la combinación correcta de tecnología, cultura y enfoque para que el trabajo remoto sea exitoso.

Lo que valoran es lo que aporto al trabajo, no que me siente nueve horas al día en una mesa lo más parecida a la de trabajo. Aproximadamente iniciar la actividad en un tiempo razonable que nos permita obtener objetivos concretos. Para conseguirlo hay que desterrar lo de preparar la comida, cuidar a los niños o a la abuelita y siempre actuar como si estuviéramos trabajando en nuestro despacho. Por supuesto sin tener el pijama puesto.

Los empleadores de otros lugares están aprendiendo que se puede confiar en los empleados para que trabajen desde su hogar, y creo que en los tiempos que seguirán al covid-19 surgirán cada vez más combinaciones inteligentes de trabajo desde el hogar y reuniones en la vida real. Por tal razón, la educación y la cultura de la ciudadanía Permitieron contextos sociales y económicos particulares que posibilitaron que el teletrabajo floreciera durante el tiempo más duro del coronavirus y su economía no sufrió tanto como en nuestro país..

El trabajo desde casa siempre ha tenido desventajas, incluyendo el aislamiento social y profesional, reducción de oportunidades para compartir información, y dificultad para separar el tiempo de trabajo del personal. La falta de separación física entre estos dos mundos puede hacer que se impongan obligaciones familiares durante las horas de trabajo, y que las obligaciones de trabajo interfieran con el tiempo para la familia. Esto puede hacer que los trabajadores a distancia trabajen horas extras para demostrar su competencia, lo que puede resultar en agotamiento. La capacidad de estar constantemente conectado al trabajo a través de varias tecnologías también puede hacer que los empleados sientan que trabajan continuamente, o que no pueden desconectar al fin del día.

De igual manera las personas que no han trabajado desde su casa antes probablemente no están acostumbradas a estar aisladas de sus compañeros de trabajo, y quizás no tengan una oficina en casa ni un área que provea un ambiente propicio para trabajar. Con los otros miembros de la familia que probablemente también estén en casa, incluyendo los niños o una pareja, evitar las distracciones y las interrupciones tal vez sea casi imposible. Para encontrar privacidad, los empleados quizás se encuentren en la posición incómoda de llevar a cabo reuniones en su dormitorio o en la cocina. Y no siempre es fácil lograr que la tecnología para las reuniones virtuales funcione bien. Estos cambios pueden causar ansiedad, estrés, y frustración.

Lo que sería nefasto para una mayoría de trabajadores honestos, es que la “picaresca hispánica” juegue aquí también su papel y pueda destrozar el proyecto de trabajo futuro de otras personas.

Para este tema, espero y deseos comentarios constructivos sobre este asunto tan actual.