Hay que distribuir los recursos municipales de manera uniforme:

Para que el dinero de todos llegue a todos y... también a las urbanizaciones

Los Municipios son Entidades de la organización territorial y deberían ser cauces inmediatos de participación ciudadana en los asuntos públicos, que institucionalizan y gestionan los intereses propios de las colectividades municipales.

Algunas nuevas formaciones políticas como Podemos llegaron con la promesa de practicar una forma de hacer política distinta a la de sus antecesores y con la voluntad de implicar a los ciudadanos en el día a día de la política, pero después la realidad ha sido otra cosa. Tanto Madrid como Barcelona, gobernadas por formaciones, afines esa intención, no ha terminado de concretarse de manera efectiva

Todo el mundo entiende que en un mercado competitivo hay que esforzarse para dar el mejor servicio al conspicuo precio posible. Los políticos y los municipales de una manera especial deben ser gerentes de todos los procesos de contratación municipal. Sin embargo, a pesar del mantra de que un político debe ser ante todo un gestor, los procesos de contratación se resuelven en función de la oferta más baja;

Que esto ocurra no es casual, porque ni el Ayuntamiento es una empresa, ni los ciudadanos somos clientes. Una empresa se arriesga a perder si ofrece un mal servicio. El Consistorio, por el contrario, carece de los contrapesos que hacen funcionar el libre mercado. El criterio económico (como si la economía consistiera únicamente en el precio) Cuando un político municipal mete la pata y actúa erróneamente con los dineros de los contribuyentes: debe reponer su error o dimitir inmediatamente.

Por el contrario, en todos estos años a los políticos les interesa concentrar en una única empresa los contratos. Es más fácil resolver los concursos: grandes cifras a las que solo las grandes empresas pueden hacer frente. Es también una buena forma de que el político a cargo complemente su sueldo y financie ilegalmente su partido, como hemos visto en los casos que se acumulan en los juzgados y donde algún concejal ha salido pringado por realizar alguna compra, pensando más en su interés que en la concierna del pueblo.

Pero tiene otro efecto perverso, quienes realizan finalmente el trabajo lo hacen en condiciones de explotación, con sueldos miserables y contratos abusivos. Supongamos que el Ayuntamiento se ahorrara dinero, que no es verdad y es la razón por la que incluso gobiernos del PP han comenzado a re municipalizar servicios. ¿A costa de qué se produciría ese ahorro? A costa de los ciudadanos. Este tipo de cláusulas lleva a que el gobierno municipal explote laboralmente a algunos trabajadores contratados, en vez de mejorar las condiciones de vida, a aquellos a los que debería servir.

No entendemos la administración de este modo y por eso queremos que los pliegos de contratación se hagan de tal manera que las empresas erradicadas en Valdemorillo puedan participar en los concursos y que su peso económico global se vea reflejado en la contratación pública. Tengo la certeza expresa de un empresario del pueblo, que, en alguna ocasión, recibió notificación para suministrar material y algún servicio gratis al Ayuntamiento a costa de una compensación posterior…, eso es una perversión.

Hay que distribuir los dineros públicos de manera que la ciudadanía siempre salga beneficiada de cualquier gestión. Hay que distribuir también los recursos públicos de manera uniforme: el dinero de todos llega a todos. Los empresarios locales son también usuarios de los servicios públicos, por lo que la calidad necesariamente va a ser mucho más alta. Finalmente, la contratación a las empresas de la zona, supone un obstáculo a la corrupción: cuantos más agentes estén involucrados, más difícil resulta ocultarla.

Para terminar, este asunto que hoy he considerado oportuno traer a mi blog, por el que nuevamente quiero hacer hincapié en la injusticia que se está cometiendo en Valdemorillo con las Urbanizaciones, en donde sus ciudadanos no reciben, o reciben muy poco, en el reparto de servicios generales con respecto al vecindario del centro del pueblo, pagando más dinero en sus impuestos. Este es un debate que debe ser asumido por los grupos políticos para buscar y encontrar una solución más justa antes que la ciudadanía se tenga que organizar para reclamarla de una manera menos ortodoxa.