Hay que tender puentes de dialogo

Entre Consistorio y Urbanizaciones, para una recepción posible.

Las llamadas Entidades Urbanísticas de Conservación de Valdemorillo, que llevan casi medio siglo pagando dos tasas, pasen después de unos acuerdos pactados a ser municipalizadas. Desde luego antes que sean los tribunales los que obliguen y a existe una importante jurisprudencia.

Hay que comenzar, tendiendo puentes de dialogo entre algunas urbanizaciones y el Consistorio, estos contactos deberían estar encaminados a conseguir una recepción escalonada de las urbanizaciones sin que el proceso pueda ser traumático para el municipio. Seria un sumario que se desarrollaría íntegramente en el tiempo desde una gestión de tutelaje municipal pactada.

Para comenzar este asunto, lo único que se necesita es buena voluntad de dialogo por ambas partes para que este proceso pueda ser viable en el tiempo. El final debe ser que en Valdemorillo no existan diferencia entre los ciudadanos de Valdemorillo que viven en las urbanizaciones y aquellos residen en el pueblo. El primitivo concepto que tuvieron las urbanizaciones cuando se crearon ha desaparecido casi de manera definitiva y la segunda vivienda ya es primera y única en la mayoría de los casos.

Dentro de unos meses se abrirá un proceso de elecciones, un momento clave para que los partidos estudien este tema con la objetividad necesaria para abrir un trascurso de negociación que termine en convergencia entre Urbanizaciones y Consistorio. Desde hace bastante tiempo se ha pretendido regularizar una situación como se inició con Cerro 2. Hace relativamente poco tiempo, el Tribunal Superior de Castilla y León obligo al Ayuntamiento de El Espinar a recepcionar y hacerse cargo de la urbanización, lo que no sucedía desde su fundación a finales de los años sesenta. la sentencia se puede aplicar a miles de entidades de conservación que están repartidas por toda España y que no son sólo complejos urbanísticos, también a polígonos industriales. La tesis fundamental es que una urbanización privada que se tiene que costear sus propios servicios esenciales, lo que acaba por acarrear un deterioro constante, y que el ayuntamiento correspondiente debe hacerse cargo de ellas, desde entonces otras Entidades Urbanísticas han ido paulatinamente desapareciendo.

Durante los años setenta la sociedad madrileña comenzó un cierto desarrollismo que llevo a muchos residentes, de la llamada clase media, a comprar la segunda vivienda en las proximidades de Madrid. Durante esa época de la segunda mitad del siglo XX, se construyeron miles de vivienda unifamiliares aisladas en las urbanizaciones de Valdemorillo; lo que supuso para el Ayuntamiento un incremento importante de ingresos por licencias de obra. Desgraciadamente, la potente clase media, durante esa etapa del franquismo, ha desaparecido y lo que fue esa segunda vivienda se fue transformando en vivienda permanente para los primeros moradores y para otros, más jóvenes, que prefirieron comprar un chalet en Valdemorillo en lugar de un pisito en Madrid.

Por tanto, la situación de todas estas viviendas unifamiliares, que se podían permitir pagar las tasas municipales y los costos derivados de las Entidades Urbanísticas de Conservación, han modificado su estatus sociológico y muchos vecinos ya no quieren pagar las costas derivadas de EUCC y quieren ser ciudadanos como los del pueblo que pagan idénticos impuestos.

Por otro lado, la   Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid, en su artículo 136.3, dice que “La atribución de la conservación a los propietarios agrupados en entidad urbanística de conservación en los términos del número anterior comportará para el Ayuntamiento la obligación legal de subvencionar dicha entidad.” en la práctica los Ayuntamientos, ahogados económicamente, no solo no asumen esta obligación, sino que también las EUCC están sufriendo de procesos de disolución. La actual situación económica, que incide tanto en los vecinos como en los Ayuntamientos, está dando lugar a que muchas Entidades quieran disolverse, lo cual no es fácil y puede producir fricciones con los municipios. Además, ha habido sentencias recientes como la de El Espinar y Los Ángeles de San Rafael, -en el que se concedía la disolución y se mezclaban entidades urbanísticas y comunidades de propietarios.

Algunas de estas urbanizaciones están constituidas para un determinado período de tiempo. En otros casos, debe estarse a las obligaciones para las que estaba constituida la Entidad, es decir, si ya ha cumplido con sus obligaciones podrá disolverse. Una vez que sabemos que se puede disolver, se debe aprobar en una junta por la mayoría que venga establecida en los estatutos de dicha Entidad. Por último, llega la fase de elaboración y aprobación de una propuesta de liquidación de los bienes de la Entidad, que a veces suele ser la tarea más complicada dado que en algunas Entidades hay muchos deudores a los que se deberá reclamar judicialmente- y muchos bienes como son parcelas dentro de la Entidad destinadas a aparcamiento o plaza e incluso clubes sociales que tardan en venderse lo que alarga el proceso.

Pero los ayuntamientos no deberían alegar razones de presupuesto ya que precisamente estos se establecen en función de las necesidades ciudadanas.

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