Pareció que algo se iniciaba con potencialidad de cambio.

Cuando Podemos y Ciudadanos entraron en la escena.

El panorama político quedó dividido en dos partes. De una, los dos partidos que se habían alternado en el poder y lo habían hecho suyo. De otra, dos fuerzas, Ciudadanos y Podemos, que representaban el malestar que había generado la crisis y la corrupción forjando en amplios sectores de la sociedad toda una filosofía de cambio.

Las elecciones municipales de 2015 confirmaron que los dos partidos emergentes, cada uno en su espacio, eran capaces de golpear al bipartidismo y amenazar su existencia. PP y PSOE perdieron muchos millones de votos y alcaldías. La posibilidad de un vuelco a medio plazo dejó de ser una hipótesis para convertirse en una realidad.

Pero 2016 fue el año del estancamiento de esa perspectiva, y descubrir las razones por las cuales actuaron de la manera en que lo hicieron y que terminó por dar de nuevo el gobierno de la nación a una derecha caduca, liderada por un personaje que hasta los suyos consideran acabado. En nuestro pueblo todo progresismo se fue al traste cuando aparecieron las primeras sombras de gobierno y nadie fue capaz de reaccionar ante aquello.

El PP, intento aprovecharse de las debilidades y de las contradicciones de los nuevos que luego fueron incapaces de llevar a la práctica por motivos de imagen y nunca por el interés del pueblo. Tampoco a nivel del estado se obtuvo nada positivo, ¿qué habría ocurrido si Sánchez, Iglesias y Rivera hubieran pactado un gobierno? ¿Cómo habría acabado un PP alejado del poder y con muchísima menos fuerza de la que tenía?

Volvamos definitivamente a nuestro pueblo: el gobierno municipal sigue aguantando de manera numantina una situación muy compleja y con problemas importantes, algunos de naturaleza jurídica que puede llevarlos a su inhabilitación. Una situación enquistada que no ve luz a corto plazo, unos gobernantes maniatados por su exagerada minoría y una oposición que mura siempre a su entorno antes de dar un paso al frente. Mientras tanto el pueblo se mantiene ignorante de muchas cosas algunas a pesar de reiteradas reclamaciones por parte de una parte importante del pueblo y en donde el asunto ¿Qué ocurrió con la Plaza de Toros, los terrenos donados, su costo y su inoperatividad para el pueblo. ¿Por qué la anterior alcaldesa de Valdemorillo, después de prometerlo, ahora se niega a hablar ante el pueblo con preguntas de los ciudadanos? ¿Por qué ningún partido ha dado un paso adelante para que este encuentro se efectúe de la manera que propuso este bloguero? Ni siquiera el Partido Anticorrupción de Valdemorillo que continúa mirándose su ombligo sin propiciar lo que se ha dado en llamar concienciación ciudadana.

Sinceramente debo decir que, ahora más que nunca, percibo un panorama plano si de aquí a pocas semanas ningún partido comienza a mover la maquinaria electoral ofreciendo mayor representatividad al pueblo, para que sea precisamente los verdaderos intereses del pueblo lo único importante para una gestión municipal.

Ahora para finalizar esta entrega quiero realizar un nuevo llamamiento a la cordura, para recordar a los concejales a todos los concejales que, junto con la alcaldesa, constituís la Junta Administrativa del Municipio. Sobre vosotros recae toda la responsabilidad de lo que hagáis o dejéis de hacer para Valdemorillo, con gestión, transparencia. Sin “politiquería” que es la enfermedad mortal de la democracia y el camino de la corrupción. No os olvidéis que. VOLUNTARIAMENTE os declarasteis concejales con los votos. Que desde el concejo, podéis fortalecer la democracia, no con protagonismos petulantes, ni aliándose para callar a las minorías. Debéis ser los voceros de la democracia y estar prestos a atender las necesidades del pueblo, con un alto sentido de la responsabilidad, honorabilidad y transparencia. Si no lo estás haciendo, o lo estás haciendo mal, márchate y deja el puesto a otro que lo haga mejor que tú