Ayer estuve en la representación de un Pleno

CON ESTOS MIMBRES NO SE PUEDE HACER MÁS QUE ESTE CESTO, ES IMPOSIBLE,  NO DA MÁS DE SÍ. 

Ayer me presente en el Pleno Municipal intentando abstraer su contenido para ocuparme de su análisis sociológico, ver el comportamiento ante un evento que es rechazado, por tedioso, por la inmensa mayoría de la población de Valdemorillo.

La psicología social es una rama de la psicología que analiza al modo en que funciona una sociedad, así como la forma en que se llevan a cabo las interacciones sociales. El comportamiento social puede ser visto en función de la persona y su entorno, en este caso el entorno era Valdemorillo

Pues bien, ayer me presente en el Pleno Municipal intentando abstraer su contenido para ocuparme de su análisis sociológico, ver el comportamiento ante un evento que es rechazado, por tedioso, por la inmensa mayoría de la población. Sin embargo es el momento y lugar donde mejor se puede conocer a los políticos electos para sacar una conclusión de lo que pueden dar de sí a la hora de la defensa de nuestros intereses. 

El ver a los concejales, tanto del gobierno como de la oposición desempeñar sus papeles es algo interesante desde cualquier punto de vista. Pero yo me senté en la butaca con la intención de observar la runa teatral de un acto con perfil de comedia humana. Protagonizado por personajes que voluntariamente asumieron una función importante, sin embargo alguno no está preparado para el teatro, no conoce su papel, tampoco el contenido de la representación, son comparsa que constantemente mira a su entorno buscando el aplauso. Si alguno de estos personajes de la “clap” conociera  el papel que representa no se atrevería a caracterizarse en público

Deberia empezar destacando que, la mesa utilizada para la representación de los Plenos, el escenario, es incómoda para este número de concejales lo cual genera un conflicto posicional cuando el comediante necesita pasar por el W.C. Si este hecho se repite durante el evento, podría suponer una incidencia de más de treinta interrupciones de ida y vuelta. 

Cuando entré en la grada, estaban todos los representantes municipales situados en su lugar menos el concejal Coba que se incorporó una vez debatido el punto 3, su presencia podría haberse amortizado debido a su nula aportación. Lo mismo ocurrió con algún otro representante que osó a pronunciarse y poner de manifiesto estar ausente del contenido de la representación.

Cuando algún concejal articula palabra, se descubre de manera clara su escaso nivel de preparación para asumir un trabajo de estas características y obtener resultado para los demás. Cualquiera puede entrar en una lista para ser político pero sus intereses, muchas veces, chocan frontalmente con la concierna de la ciudadanía que no fue capaz de distinguir la paja del grano y descubrir que la ignorancia es osada; de una osadía exultante y altiva, se ufanaba de todo cuanto con ardoroso empeño había ido conquistando.

A la Sra. Alcaldes, no se  la ve preocupada de la escasa representación que tiene, el “conchabe”, contra natura, de anteriores Plenos entre el PP y Podemos se ha disipado y la prepotencia descontrolada de la representante popular permite  su lideresa encarnar su papel sin echar vistazo al guion.

El resto de los representantes de la oposición ofrecieron una interpretación plana, poco convincente, en esta comedia. Pilar López Partida, se sigue considerando imprescindible para sacar al pueblo del callejón en que se encuentra. El resto de los personajes de su equipo no participaron del guion y penas ofrecieron un mohín diferente al asentimiento incondicional a su líder. A Pilar, le pierde su afán de demostrar que controla, que sabe más que nadie. Se escucha, se regodea con su papel, sin darse cuenta que de vez en cuando utiliza ripios para salir al paso de lo que se está hablando y es capaz de creerse sus propias mentiras.

Nicolás Bayarri, ha abandonado ya su sonrisa, se muestra dubitativo, ha perdido la frescura de su juventud, parece que se conforma con su nuevo papel en el guion, sin darse cuenta que él representa en esta comedia un papel diferente, distinto al resto de los actores, tiene que procurar seguir ofreciendo un semblante fresco y creíble desligándose de planteamientos preconcebidos. Charo Cámara, sigue en sintonía con su personalidad muy marcada desde postulados foráneos que se ajustan demasiado a un guion confeccionado por otros que no conocen claramente la personalidad de Valdemorillo.

Las representantes de Socialistas y Ciudadanos, tienen un escaso nivel interpretativo y sin agallas suficientes para convencer a un descreído ciudadano que vota “a sentimiento” y sin tener en cuenta a quien ofrece su voto. Nino, sigue en lo suyo, en aquello que personalmente le interesa sin que su paso por el consistorio sea algo muy diferente a lo que existía antes que el llegara, nada nuevo, nada distinto, más de lo mismo.

Para terminar, vi a la alcaldesa centrada en su papel, dándose cuenta que en la representación hay poco trabajo de oposición. Se siente tranquila con su suerte, tira para adelante utilizando alguno de los argumentos de su predecesora y estimando que algo puede estarse moviendo en el horizonte.

Sin haber terminado la función me di cuenta que hacia bastante tiempo que me estaba aburriendo de la representación, que no había nada nuevo, que la representación teatral era algo absurda y demasiado monotemática. Algunos actores comenzaron a bostezar y yo decidí marcharme.