Decenas de miles de votantes de Podemos y de IU se bajan del tren.

Unidos Podemos debe encontrar otro líder.

sin  palabras

Decía un votante del PP: “prefiero que me roben unos a que me arruinen los otros”. Los que te roban también te arruinan pero vete tú a explicárselo a una persona que cree que Pablo Iglesias le va a expropiar la casa y Rajoy es un buen gestor. 

Éste es el país que tenemos y es muy difícil cambiarlo porque quien tiene los medios de producción y de difusión, produce y difunde el discurso dominante y monolítico y a un número importante de votantes de escasa cultura les metieron el miedo en el cuerpo. El Profesor San Pedro argumentaba que gobernar a base de miedo es eficaz. El miedo hace que no se reaccione, el miedo hace que no se siga adelante. El miedo es mucho más fuerte casi, desgraciadamente que el altruismo, que el amor, que la bondad. El miedo nos lo están dando todos los días en los medios de comunicación.

La campaña del miedo funcionó y los votantes de derechas acudieron como un ejército a salvar el país del apocalipsis bolivariano. Hay que reconocer que son más disciplinados que sus rivales. El domingo la derecha ganó a la izquierda como en la Guerra Civil. Los azules cierran filas, los rojos las rompen. El conservadorismo reacciona a la llamada de socorro para defender la paz y el orden, la unidad y la estabilidad, amenazados por independentistas, y más ahora que Europa se rompe por el Brexit y las Bolsas se desploman por culpa de los populismos y sus referendos. Todos a una como en Fuenteovejuna, mientras que una parte del votante joven se quedó en su casa o se marchó a disfrutar del buen día de verano.

Por otra parte, Pablo Iglesias se estrelló contra sus ansias de superar a toda costa al PSOE. La coalición Unidos Podemos buscaba el sorpasso al Partido Socialista y se encontró con un rotundo fracaso electoral que le deja donde estaba -71 escaños: la suma de los 69 de Podemos y los 2 de IU logrados ya el 20-D- y que le obligaría, ahora sí, a rebajar sus exigencias sobre el programa en el caso de que Pedro Sánchez intentara su investidura como presidente del Gobierno (algo poco probable). El batacazo de Unidos Podemos no sólo es porque sus expectativas de hacer historia quedaran amargamente tiradas por los suelos, sino porque el recuento sentenció que la alianza electoral entre Podemos, Izquierda Unida y otras fuerzas progresistas ha terminado por ser un tormentoso y doloroso fiasco. Las caras de abatimiento de Iglesias, Alberto Garzón y otros candidatos de Unidos Podemos eran elocuentes.

Hay decenas de miles de votantes de Podemos y de IU que se han bajado de este tren. Todavía es pronto para saber el porqué del gatillazo electoral, El descalabro respecto a las encuestas, que auguraban en su mayoría el “sorpasso” tanto en votos como en escaños, deja una resaca que también pone en cuestión el propio planteamiento estratégico de la campaña electoral. Todavía es pronto para saber qué ha podido fallar, pero el vaivén ideológico de estos meses, de ser una izquierda rupturista a ser la «nueva socialdemocracia», puede estar entre las causas de esa huida de votantes socialistas.

Dolorosa derrota han perdido más de un millón doscientos mil votos. Ahí hay de todo. Comunistas y podemitas rebotados con la confluencia, indecisos y remisos a los que echan atrás las estrategias de Podemos, los que les culpan de boicotear el pacto con PSOE y Ciudadanos y dar aire a la derecha, los que no se fían de sus cambios de etiqueta, los que tampoco se creen en Pablo Iglesias del orgullo a la sonrisa. Le valoran como el peor líder sólo por detrás de Rajoy; pero al líder del PP se lo pasan todo sus votantes y a Pablo empiezan a no pasarle ni una los suyos. Creo firmemente que la coalición debe buscar para encontrar un recambio urgente.