Impuesto encuadrado en el sistema municipal

El IBI que nos viene.

Para aquel o aquella que aún no lo tenga claro, es un impuesto encuadrado en el sistema tributario local, de coerción obligatoria por los ayuntamientos, que grava el valor de la titularidad y otros derechos que recaigan sobre bienes inmuebles localizados en el municipio que recauda el tributo. Su gestión se comparte entre la Administración del Estado y los Ayuntamientos.

Se deduce sobre la titularidad de las propiedades o sobre los derechos que recaigan en los inmuebles, independientemente de que el sujeto ocupe viva o no. Tiene además carácter objetivo, derivado de una cuantificación de la carga tributaria que atiende exclusivamente al valor del edificio, y no a las circunstancias de los sujetos pasivos. Este impuesto se ha estado manejando, engordándolo ligeramente. Se dice por los mentideros del pueblo que el nuevo concejal de hacienda tiene la firme intención de rebajarlo para el 2016…..

Pues bien, todos los años cuando me llega la comunicación del pago del IBI, me pregunto, ¿cómo distribuirá el Ayuntamiento esta recaudación? Estoy convencido que estará publicado en alguna parte del consistorio a la vista de cualquier contribuyente, pero todavía debido a mi torpeza, no he conseguido conocer con precisión esta distribución económica de nuestras aportaciones. En algunos momentos, incluso me atrevo a especular, ¿para qué nos sirve, a los habitantes de las urbanizaciones de Valdemorillo, pagar si solo se reinvierte una mínimamente en nuestros intereses?

Todavía hay escasa conciencia ciudadana sobre el pago de impuestos y el control y distribución de lo público, cuando la ciudadanía aun es capaz de romper los bancos públicos, o arrojar la basura fuera de los contenedores…. sabiendo que se paga con nuestro dinero.

Debo dejar constancia por adelantado, que dentro de un sistema de derechos y deberes democráticos, la contribución ciudadana es precisa para poder garantizar que las administraciones democráticas funcionen correctamente. Pero al hilo de la que “está cayendo” en torno al manejo administrativo de nuestros bienes en otros niveles.

La noche dentro de la urbanización, en los días que no hay luna llena, invita a los amantes de lo ajeno a encontrar un campo de maniobras perfecto. El alumbrado es escasísimo, es arcaico y se encuentra en un estado de conservación penoso. Bombilla fundida tarda en ser restituida por otra de menor consumo. Al hilo de lo anterior, un desaprensivo amante de lo público, se llevó, hace algún tiempo las tapas de arquetas de acero de fundición, me imagino para venderlas en el rastro. Y como el sistema de seguridad y vigilancia es tan escaso y la luz tan tenue casi toda la urbanización se quedó sin tapas de registro de arquetas.

Debo dejar meridianamente claro lo que he mantenido al principio de mi escrito. La hacienda municipal es cosa de TODOS pero considerando de manera definitiva de quien más tiene más debe aportar. La no contribución en sus legítimas aportaciones es un deber pero también un derecho el conocer cómo se gasta.