CUANDO HAY OTRAS OPCIONES DEMOCRATICAS

No es la política la que hace a un candidato  ladrón/a. sino tu voto el que convierte a un político en ladrón.

No se entiende que los dos partidos más salpicados por la corrupción, y sin mucho ánimo por corregirla, hayan sido los más votados en Andalucía y los que acaparan mayores atenciones. 

En cualquier país de Europa podrán votar derecha, izquierda, centro o cualquiera otra opción, pero ninguno debe estar salpicado, de una manera u otra con la corrupción, si tienen alguna sombra, intentan corregirla inmediatamente.

Lamentablemente en España, no sólo son compinches de corrupción quienes, irresponsablemente votan a los corruptos. Los medios de comunicación le dan vía libre, los defienden y protegen, algunos jueces los previenen y los propios políticos los amparan. Y no digamos las empresas que donan cuantiosas cantidades de dinero para seguir cubriendo la corrupción y generando una retroalimentación mafiosa. Los empresarios tienen culpa de que todo esto suceda y por lo tanto también son culpables.

Por encima de toda otra consideración, la limpieza de gestión debería ser un valor cardinal a la hora de votar. Si votas a un partido corrupto, estas colaborando con la corrupción por consentidor. Aun no habiendo decisiones judiciales, las actuaciones políticas deberían resultar imperativas a la hora de tomar una providencia. 

El voto no es una patraña que te convoca cada cierto tiempo, necesariamente debe ser considerado como la fiesta de la democracia en un acto de connivencia y conformidad con lo votado.

Desgraciadamente, la conciencia es lo más manipulable y moldeable por uno mismo que existe. Llegamos a creer lo que nos interesa. Incluso equiparamos las pequeñas migajas de corrupción que pueda haber en otras formaciones políticas con los grandes banquetes con los que nos atracamos y nos asolan. Aquellos países que se caracterizan por la transparencia y la claridad en la gestión, carecen de casos de corrupción, y si los tuvieran, los eliminarían de inmediato haciendo dimitir al  implicado,  obligándole a devolver lo sustraído y pedir perdón. Pero España es país de “buscones y lazarillos”.

Recordemos el mantra machacón que confluía en algunos debates televisivos, “si tu no me Gürtel, yo no te ERE” que no anda muy lejos de la realidad, a la vista de los hechos que se dirimen en los diferentes juzgados. No hay más que ver el caso de Valencia en el que nombran a un amigo de Camps, antiguo miembro de su Gobierno y miembro del Partido Popular, máximo responsable de los juzgados que tramitarán el caso Camps y la trama Gürtel. Ahí está mucha parte de la razón de ser de la corrupción de este país.  nunca seremos capaces de sacar de dentro de nuestras entrañas el afán por darle pábulo a quienes prometen para no cumplir con el único fin de subir al Poder y  así seguir suministrando la carnaza que precisan los que tienen por costumbre meter la mano en la caja.