ES EL POLÍTICO EL QUE DEBE DEMOSTRAR QUE LAS ACUSACIONES NO SON REALES PARA CONSERVAR LA CONFIANZA DE LA CIUDADANÍA.

! ALCALDESA, DIMITA ! 

Es necesario cuando hay imputaciones. Cuando una buena parte de la población lo pide y se ha creado un partido que intenta mostrar una realidad corrupta. La dimisión se reclama en redes sociales para evitar tener que colocar pancartas o poner pintadas en las paredes.

En España hay cerca de 350 políticos imputados, según datos recopilados por Europa Press, pero el número de dimisiones es insignificante. Cuanto ha costado dimitir a la alcaldesa de Alicante habiendo acumulado tanto presunto delito, con grabaciones que muestran el fondo de una realidad incuestionable.

Lo que se está viviendo en España contrasta con lo que sucede en otros países. En Alemania, por ejemplo, la ministra de Educación dimitió en febrero por el presunto plagio de su tesis doctoral hace 33 años; en el Reino Unido un destacado diputado dimitió por mentir sobre una multa de tráfico; en Francia, dimitió el secretario de Estado de Presupuestos francés por no declarar una cuenta en Suiza; y en Bulgaria el primer ministro dimitió con su Gobierno en bloque por protestas ciudadanas. Unas protestas que, de momento, en España no han dado los mismos frutos. En España, en cambio, el PP y PSOE  despachan los casos de corrupción con la dimisión de pequeños cargos para proteger a los dirigentes, que a menudo se blindan en sus escaños alegando presunción de inocencia y aplazando la decisión a fases más avanzadas de la acción judicial.

Doña Pilar López Partida y su sequito,  están tan aferrados al poder que se olvidan de su deber de asumir responsabilidades políticas. No dimiten como la evidencia de que tenemos una democracia de baja calidad, devaluada. En el ámbito judicial, quien tiene que demostrar algo es el que acusa, pero en política es al revés: es el político el que debe demostrar que las acusaciones no son reales para conservar la confianza de la ciudadanía. Esta lógica está desarrollada en otros países y que por eso allí sí se ven dimisiones con frecuencia, pero en España aún no se tiene esa experiencia democrática.

Que la ciudadanía española es más tolerante con los casos de corrupción que la de otros países, ayuda a que los políticos no sientan la necesidad de dimitir. La existencia de pequeñas corrupciones en el día a día tampoco se tiene en cuenta. En España no tenemos una sociedad civil fuerte. No hay, como en otros países, organizaciones políticas más allá de los partidos y los sindicatos. Tampoco hay mecanismos para medir la confianza de los ciudadanos más allá de las elecciones, como por ejemplo los llamados www.infomutt.com/r/re/representative_recall.html de Estados Unidos o Canadá, un mecanismo con el que los electores puede apartar de su cargo a un representante si consideran que no se comporta de forma honesta.

La ciudadanía de Valdemorillo tendemos a hacer la vista gorda con casos de corrupción y la prueba es que muchos de esos casos no se han penalizado electoralmente. Los ciudadanos deberíamos "exigir responsabilidad a los políticos", pero el desánimo y el pasotismo nos vence y con ello cuentan estos políticos que pese a todo la que está cayendo mantienen su chiringuito y piensan en seguir en el durante unos años más. La dificultad para que la Alcaldesa de Valdemorillo  dimita se debe a el pasotismo, primero de los componentes del PP de Valdemorillo y después de los dirigentes de Madrid. Una vez que está arriba ya no los descabalga ni Dios. Como si hubiera sido tocada por una varita mágica y no escucha. Además, al carecer de una formación profesional sólida, sabe que si dejan la política no va a tener a dónde ir. En los partidos, el que se queda es el que no se dedica a otra cosa, el que no vale para la vida profesional. Ha tomado como costumbre "echar la culpa al otro" para que "nadie tenga la culpa de nada, por no disponer de una cultura real de lo que es servicio público. Pilar López, no es una persona diferente todos los ciudadanos no somos idiotas.