UN PAÍS SOÑADO

UN PAÍS PRÓSPERO, ORGULLO DE TODOS.

Nos costará mucho trabajo abandonar la crisis porque a los que la inventaron no les conviene que salgamos, les interesa que permanezca viva nuestra atención, tensión y sumisión y sí además ellos añaden unas dosis de represión a través de leyes y normas, conseguirán que permanezcamos calladitos.

Hay demasiados intereses que atascan cualquier intento de regeneración. Lo que habría que hacer es eliminar a todo DESFACHATADO que están hundiéndonos en la miseria, propiciando todas las nuevas desigualdades que están apareciendo en España como consecuencia de este trance económico generado por otros.

Los poderes públicos, sea el que sea, no deben propiciar ni permitir CORRUPCIONES ADMITIDAS, tampoco insinuar derechos que luego no se cumplen como vivienda y trabajo. Desterrar definitivamente este modelo de  justicia decadente que se aleja cada vez más del pobre. Obligándole aun siendo perjudicado, robado, maltratado, degradado, ofendido…… a tener que contar con abogado y procurador de pago.

Me encantaría vivir en una España que no existieran xenofobias, tampoco racismos o machismos. Disfrutar también de una Nación sin ARGUCIAS LEGISLATIVAS, ni ejecutivos acaparadores de los otros poderes. En definitiva encontrarme a gusto en un país como el que ambicionaran sus habitantes, con referéndums a gogó, un país que creyese en las pequeñas y grandes utopías. En un modélico país en el cual nadie fuese más que nadie y que permaneciera LEJOS DEL COMUNISMO Y DEL CAPITALISMO EXCLUYENTES.

Me encantaría vivir en un gran  país en el que las venganzas arrastradas del pasado hayan quedado definitivamente olvidadas. Un país con la fuerza y el sentimiento nacional de la decencia y que además se sintiera arropado por las fuerzas institucionales. Con una Benemérita tal y como fue concebida por el Duque de Ahumada, para poder disfrutar plenamente de una España en la que la democracia fuera una realidad vigorosa e incuestionable, con tolerancia y con dialogo. Sin frustraciones, un lugar de derechos y de obligaciones, que tampoco tenga  calumnias interesadas.

Un país educado. Amable, pero implacable. Un país a hacer día a día. DE POLÍTICOS RESPETADOS porque se hicieran respetar. Un país que mereciera la pena, sin archivos dolorosos ni bolas de cristal amarillas. Un país añorado, un país siempre en ciernes, sin nostalgias, sin patrias chicas ni patrias grandes. Un país que sea culto y dialogante. Un país honrado. UN PAÍS SOÑADO, que, al despertar, era realidad porque el anterior ya no estaba allí. Un país grande, próspero y del cual la inmensa mayoría de los españoles nos sintiéramos orgullosos.