PLENO EXTRAORDINARIO: UNA OPOSICIÓN DE ADORNO Y UN GOBIERNO SIN CONTROL

 

Fue una exhibición de la inoperancia en su máxima expresión.

La oposición, fiel a su costumbre de no hacer absolutamente nada útil, volvió a demostrar que su presencia en el plenario  es meramente decorativa. No solo evidenciaron su inutilidad en el debate, sino que además dejaron claro que su asistencia  está garantizada, únicamente para cobrar la cuota correspondiente. Eso sí, sin aportar absolutamente nada.

¿Defender los intereses de sus votantes? ¿Fiscalizar al gobierno? ¡Por favor! Mucho más cómodo es quedarse de brazos cruzados y dejar que las cosas sigan su curso. Al fin y al cabo, siempre pueden recurrir a su excusa favorita: "Es que somos minoría, no podemos hacer nada". Claro, claro… porque levantar la voz, argumentar y dar la batalla en acta es un esfuerzo titánico que nadie les puede pedir.

Mientras tanto, lo que estaba sobre la mesa no era un simple trámite: se trataba de la aprobación del presupuesto para 2025, realizada el 19 de diciembre. Un asunto clave que exigía ser devuelto al gobierno para su revisión y ajuste a la legislación vigente. Pero, como ya es costumbre, la oposición recurrió a su táctica estrella: mirar hacia otro lado, fingir que no es su problema y permitir que el gobierno haga y deshaga a su antojo sin el más mínimo control. ¿Qué importan las actas del plenario o que los vecinos puedan verlo en televisión? Lo realmente importante es asistir, asentir y cobrar.

Por si esto fuera poco, la tercera interventora del gobierno municipal, funcionaria de carrera, tampoco quiso quedarse atrás en esta exhibición de opacidad. Transparencia y rigor, esos valores fundamentales en cualquier administración democrática, parecen ser conceptos demasiado avanzados para algunos. Pero no pasa nada, que todo está bien atado: el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid publicó la aprobación el 20 de diciembre, con su correspondiente plazo de exposición pública de 15 días hábiles. Todo perfectamente legal… y perfectamente inútil.

Y aquí viene lo mejor: la única oposición real en este pleno no salió de los escaños, sino del público asistente. Concretamente, del economista Luis Herranz, quien, sin cobrar un euro, sin poder votar y sin deberle nada a nadie, hizo lo que los supuestos representantes deberían haber hecho. Mientras PSOE, Oval y Más Madrid (solamente trabajo Vecinos de Valdemorillo) se limitaban a calentar la silla y asegurarse la dieta, Herranz, con datos y argumentos escritos, dejó en evidencia la pantomima en la que se han convertido estos plenos.

Así que ya lo sabemos: en este Ayuntamiento, la oposición oficial es poco más que un grupo de espectadores privilegiados con nómina. La única fiscalización real viene de los ciudadanos que se niegan a tragarse esta farsa. Mientras tanto, los partidos seguirán asistiendo a los plenos, cobrando su dinero y demostrando, pleno tras pleno, que su mayor talento es hacer lo que mejor se les da: absolutamente nada.

Como apunte final, resulta especialmente relevante la afirmación del alcalde respecto a las urbanizaciones. Según sus propias palabras, en esta legislatura todas serán recepcionadas y, en algunos casos, se eliminarán algunas de las Entidades Urbanísticas de Conservación. Una promesa que, como tantas otras, queda documentada en vídeo. Veremos si esta vez cumple… o si simplemente estamos ante otra declaración de cara a la galería.

Comentarios

  1. Es absolutamente indignante lo que está pasando en Valdemorillo. ¿Para qué fueron al pleno si sabían de antemano que cualquier propuesta iba a salir adelante por mayoría? Es un paripé descarado, una burla a los vecinos y a la democracia. Con esa mentalidad, que directamente se ahorren los plenos y dejen claro que las decisiones se toman a puerta cerrada, sin debate ni transparencia. Pero claro, eso no lo van a decir abiertamente, porque prefieren mantener la fachada de que todo sigue un proceso democrático cuando, en realidad, lo tienen todo atado y bien atado antes de sentarse en esas sillas

    Lo más vergonzoso es que algunos concejales ni siquiera sabían lo que estaban votando. ¡Es una falta de respeto brutal a la gente que confía en ellos! ¿Para qué están ahí entonces? ¿Para levantar la mano sin cuestionar nada, sin informarse, sin siquiera entender las decisiones que están tomando en nombre del pueblo? Es inadmisible. Su función no es calentar el asiento ni actuar como marionetas del partido de turno, sino velar por los intereses de los ciudadanos. Pero está claro que eso les importa poco.

    Valdemorillo no cambiará hasta que la ética entre en la política local de una vez por todas. Mientras sigan gobernando con opacidad, desinterés y sin el más mínimo sentido de responsabilidad, el pueblo seguirá siendo el cortijo de unos pocos en lugar de un lugar donde la voz de los vecinos realmente cuente. Esto no puede seguir así, porque cada decisión tomada sin rigor, sin debate y sin responsabilidad nos afecta a todos. ¡Basta ya de esta tomadura de pelo!

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  2. Resulta especialmente relevante la afirmación del alcalde respecto a las urbanizaciones. Según sus palabras y nuevamente, en esta legislatura todas serán recepcionadas y, además, se eliminarán algunas de las Entidades Urbanísticas de Conservación. Una promesa que queda documentada en vídeo. Ahora bien, ¿cuántas veces hemos escuchado discursos grandilocuentes que luego se desvanecen en el aire sin que nada cambie? ¿Cuántas veces han jugado con la paciencia de los ciudadanos, vendiendo humo y alargando problemas que deberían haberse resuelto hace años? Veremos si esta vez cumple… o si simplemente estamos ante otra declaración de cara a la galería, diseñada para ganar titulares y engañar a los vecinos una vez más.
    Porque lo cierto es que muchos vecinos de las urbanizaciones no quieren saber nada del gobierno municipal. Prefieren pagar una cuota y gestionar ellos mismos lo que el ayuntamiento debería hacer con el dinero de los impuestos, porque ya saben lo que pasa cuando dependen de la administración: olvido, abandono y excusas interminables. Y es totalmente comprensible viendo el panorama desolador que se repite legislatura tras legislatura, sin que nadie asuma responsabilidades. Promesas incumplidas, servicios deficientes y una sensación constante de que los ciudadanos de las urbanizaciones son tratados como ciudadanos de segunda.
    Y mientras tanto, los concejales siguen ahí, asegurándose su sueldo a final de mes. Lo de trabajar es otra historia. La prioridad parece ser hacer lo mínimo posible mientras se protegen entre ellos y venden la falsa imagen de una gestión eficiente. La realidad es otra: ineficacia, desinterés y una falta de compromiso que ya ni se molestan en disimular. Porque lo que les interesa no es mejorar la vida de los vecinos, sino mantenerse en el cargo y seguir aprovechándose.
    Así que sí, veremos si esta vez cumplen, empiezo a no creer en esta democracia de partidos que no controlan a sus militantes. Viendo el historial, lo más probable es que dentro de unos años volvamos a escuchar las mismas promesas vacías, las mismas excusas y la misma falta de soluciones. Y, como siempre, los ciudadanos seguirán pagando las consecuencias de su incompetencia.

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    1. El ciudadano medio, ese personaje al que se le pide votar cada cuatro años con la ilusión de que su voz cuenta, empieza a tener una auténtica necesidad de creer en los políticos. Y no es para menos: el espectáculo diario de los líderes en televisión es una demostración del absurdo, donde la ética se adapta a conveniencia y la verdad es una moneda de cambio.

      La política, esa noble profesión que alguna vez se basó en principios y compromiso social, hoy es un circo donde los acróbatas saltan de un partido a otro sin despeinarse, los ilusionistas convierten promesas en humo, y los payasos, bueno… los payasos parecen estar en todas partes. La coherencia es un lujo innecesario y la responsabilidad, un término en desuso.

      Mientras tanto, los ciudadanos asisten a este espectáculo con la resignación de quien ya sabe el final de la película: debates vacíos, como los Pilar y Plato en el pleno pasado, promesas recicladas, discursos prefabricados y una indignación que dura lo que un trending topic en redes sociales. Y es que, por alguna extraña razón, los políticos tienen la habilidad de engañarnos, robarnos y manipularnos sin que la ciudadanía reaccione más allá de un par de quejas en lugares como este blog y alguna tertulia acalorada ante una caña o un chato.

      Si un político dice hoy "defenderé estos valores hasta la muerte", lo más probable es que mañana esté del otro lado del tablero, con un nuevo discurso, un nuevo partido y la misma cara de "¿qué me miras?" cuando se le señala su falta de principios. Porque en este juego, la lealtad no es hacia los votantes, sino hacia el poder. Un poder que tiene como objetivo: el consumo no la conciencia ética.

      Y así seguimos, entre el hastío y la desesperanza, esperando ingenuamente que algún día la política vuelva a ser algo más que un show mediático. ¿Habrá una solución? Tal vez cuando los cerdos vuelen… o cuando los ciudadanos exijan algo más que discursos bonitos y empiecen a demandar hechos. Pero, claro, para eso primero tendríamos que dejar de actuar como simples espectadores como venimos haciendo en este pueblo.

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  3. Es curioso, hace unos días he recibido una NOTIFICACIÓN, acerca de las mociones ciudadanas que proponían una disolución de las EUCC. Dieciséis páginas para denegar esa disolución inmediata. No me extraña que, Gustavo, no tenga tiempo ni para hacer las actas del pleno.
    Me llama la atención que, en estos escritos, que se habla de las EUCC de Valdemorillo, no se mencione, ni una sola vez, que estas EUCC se constituyeron saltándose la normativa: Ninguna de ellas, ni siquiera Ampliación Cerro Alarcón, que está recepcionada, de mala manera, estaba terminada, más de cien parcelas vertíamos al campo, en vez de a la depuradora. Esto de la recepción, es una condición, previa y necesaria, para poder constituir una EUCC.
    No dejo de preguntarme ¿Si no estaban recepcionadas? ¿Por qué se constituyeron? Y, ahora, ¿Por qué se nos persigue si no pagamos unas cuotas, a unas EUCCs, que, me digan lo que me digan, para mí, son ilegales? Ya pueden tener muy buena voluntad los vecinos que se atreven a sustituir al Ayuntamiento en sus funciones?
    Me consta la buena voluntad del Señor Alcalde, pero no entiendo que permita la existencia de entidades dependientes del Ayuntamiento que no cumplan las normas.
    Pasadlo bien. Andrés

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