Los límites de la libre expresión
Las Redes Sociales
Han logrado ser muy relevantes. Millones
de personas las utilizamos cada día para compartir opiniones y noticias de
actualidad, sin ser del todo conscientes de las repercusiones que puede traer
consigo. Pero, ¿somos libres de informar lo que pensamos o sentimos en cada
momento o existe algún límite?
Los
asuntos que llegan a los Juzgados por publicación de comentarios lesivos en las
Redes Sociales está aumentando últimamente de manera alarmante. ¿Tenemos derecho
a publicar lo que se nos antoje en cada momento en nuestros perfiles en las
Redes Sociales? ¿disfrutamos del derecho a expresarnos? Por supuesto
que lo tenemos para expresarnos libremente siempre y cuando nuestros
pensamientos, ideas y opiniones no choquen frontalmente con otros derechos
protegidos.

La
libertad de expresión en internet tiene un límite: el acoso y los insultos, que
pueden considerarse delito. A pesar de ello, los mensajes abusivos son bastante
comunes. Las redes sociales son un excelente instrumento de comunicación y han
revolucionado la forma en la que nos relacionamos con los demás. Ignorarlo o
demonizarlo, solo puede contribuir a esconder el problema, pero la realidad
seguirá estando allí y cada vez con más fuerza. Hablar de impunidad de la red,
tampoco responde del todo a la realidad. Todo lo que hacemos en el mundo on
line se puede seguir y deja rastro.
Durante
todos estos años he tenido la ocasión de acumular una serie de datos que
perfilan a las claras, como un número indeterminado de personas son capaces de
utilizar el supuesto anónimo para difamar u ofender. Precisamente estas
personas perjudican de manera clara el verdadero interés que tiene este medio
para contrastar opiniones diversas sin necesidad de llegar al insulto personal
y cualquier argumento se esfuma rápidamente con una descalificación.
Se
puede hablar que un político, criticando y subjetivando su labor política,
siempre que exista la posibilidad de otras opiniones que contrasten un debate.
Cuando el insulto aparece desde un anónimo o seudónimo. El debate queda
frustrado.
Hay
muchos detractores de este sistema precisamente por la presencia de estos
anónimos que son capaces de frustrar cualquier opinión, aunque sea descabellada
o esté preparada para precisamente establecer un debate necesario. Hace
unos días, un político de Valdemorillo, de todos conocidos, que firmaba de
forma identificativa, fue atacado duramente de manera personal en algo que poco
o nada, tenía que ver con el asunto del debate Este político tomo la decisión
de no participar más en el debate, cosa que no comparto en absoluto. Esta
circunstancia, que me obligó a establecer un punto de censura que desde el
origen de este blog pretendía evitar a toda costa. Escudarse en el anónimo con
la razón constituye un acto de cobardía y una manera de devaluar la
información.
La
Plataforma por el no a la Gasolinera ha esperado hasta el final para establecer
su verdadera razón reivindicativa. Anteriormente hay decenas de intervenciones
favorables, resumidas en un insulto más o menos velado y siempre desde el
anónimo o seudónimo. Precisamente esa actuación hace restar valor a una
reivindicación que deberia ser explicada desde la razón y no desde la injuria.
Los
argumentos cuando están fundamentados en la verdad disponen de un valor añadido
muy importante. Se debe decir que no tengo razón, y aspirar desmontar mi
punto de vista desde la razón sin la necesidad que utilizar juicios de valor o
insultos a la Junta, a su expresidente, al informador o a cualquier ciudadano
libre que honestamente de su opinión sobre cualquier asunto.
Antes
de publicar contenidos en las Redes Sociales, yo intentare también cumplir con
este compromiso, debemos ser estrictos todos, yo el primero. Ser rigurosos en
el cumplimiento del derecho a la libertad de expresión, que nos
legitima, para manifestar con total libertad nuestros pensamientos, ideas y
opiniones. Pero no se incluye el derecho al insulto o al desprestigio gratuito,
ni nos debe servir para efectuar comentarios lesivos o vejatorios sobre las
personas. No debe
impedirse que cada uno de nosotros sigamos manifestando libremente nuestras
opiniones con la necesaria prudencia para respetar los derechos de los demás.
Básicamente conforme con su manera de ver el uso de anónimos para insultar a cualquiera. No cabe la menor duda que resulta un acto de cobardía.
ResponderEliminarLas denuncias por injurias y amenazas en las redes sociales cada vez más están colapsando los órganos judiciales españoles. Actualmente nada menos que un 43,53% de los juzgados soportan una carga de trabajo superior al 150% de la media fijada por el Pleno del Consejo General del Poder Judicial Las redes sociales son utilizadas para comunicarse y compartir información entre los usuarios. Sin embargo, en ocasiones esos canales de comunicación se utilizan para proferir amenazas, injurias, calumnias o llevar a cabo conductas de acoso.
En efecto, el ataque personal, el insulto o la descalificación gratuita, son lugares comunes en las redes sociales. Sin embargo, tan grave como este fenómeno, que los es, es el de la difusión de noticias que carecen de fundamento o bien aportan una visión torticera sobre cualquier asunto y que se difunden con el propósito de añadir ruido a cualquier tema y, de esta manera, contribuir a colapsar cualquier intento de departir de forma fundamentada sobre cualquier tema.
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