!!Que haya justicia!!
Una lección muy productiva
El Profesor Páez, se presentó a su
clase de 1º de derecho y preguntó por el delegado de curso.
Lo segundo que hizo el profesor, con
gesto despectivo, fue gritarle a Luis que saliera de la clase inmediatamente.
El alumno lo miró con incredulidad y quiso protestar pero el Profesor no le dio
oportunidad, mientras tanto los compañeros permanecían impasibles.
-Cierra la puerta al salir. ¡No te
quiero ver aquí! , Le gritó con autoridad y una buena dosis de mala leche.
Temblando de nervios, coraje o qué se yo,
Luis tomó sus cosas y salió sin decir
una palabra sin olvidarse de dar un buen portazo para cerrar la puerta.
Todos se quedaron asombrados y en
completo silencio. Mientras el Profesor sacaba un libro de su maletín, los
compañeros lo miraban y pensaban que era un completo idiota y que seguramente
nos haría la vida imposible todo el semestre. ¡Qué tipo tan insoportable!!Que
cabrón!
Finalmente tomó asiento y preguntó qué
materia iba a dar.
¡Que ridículo! ¡Ni siquiera sabía a
qué venía! Todos, al mismo tiempo sacaron el horario de clases y dijeron
al unísono: ¡INTRODUCCIÓN AL DERECHO!
-Muy bien. ¿Alguien tiene idea de qué
se va a tratar en esta clase?
Algunos, los que querían impresionar
al nuevo docente levantaron la mano. El Profesor señaló a uno de ellos quien de
inmediato dijo que se trataría del estudio de las leyes.
-Muy bien. ¿Alguien sabe para qué
sirven las leyes?
Varias respuestas tuvo esa pregunta.
Para tener una sociedad organizada. No. Para que todos estemos obligados a
cumplirlas. No. Para saber quiénes son los criminales. No... Y así, uno por
uno... hasta que alguien dijo la palabra mágica que el Profesor buscaba... “Para que haya justicia”.
-¡Ajá!
Justicia. ¿Qué es la justicia?
La justicia es no permitir que se violen los derechos de los demás.
-Bien, ¿qué más?... La justicia sirve para regular las conductas de las
personas. -Bien, ¿qué más?... La justicia es buscar que cada persona obtenga lo
que se merece.
-Bien, muchachos. Bien. Ahora
díganme... ¿Ustedes creen que hice bien en sacar a su compañero del aula?
Silencio. Miradas unos a otros.
-¿Hice bien sí o no?
-¡Noooo!
-¿Cometí una injusticia?
-¡Síííí!
-¿Y
por qué nadie dijo nada? ¿De qué sirven las leyes, las normas y los reglamentos
si no tenemos el valor de aplicarlas? Todos estamos obligados a levantar la voz
cuando vemos una injusticia. Ustedes y yo. ¡Nunca se queden callados! Tras una
breve pausa añadió: Que alguien vaya a buscar a Luis entre todos le hemos
echado injustamente de clase.
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