UN NUEVO PARTIDO

PARA REGENERAR LA VIDA POLÍTICA EN VALDEMORILLO

Al parecer, Podemos no se presenta a las municipales, pero en Valdemorillo sí lo hace un grupo partidario con voluntad de regenerar su vida política, erradicar la corrupción y exigir cuentas de las responsabilidades andadas.

En las próximas elecciones municipales la abstención puede alcanzar cotas desconocidos. ¿Quién, de los que estén mínimamente informados, votaría en unas municipales a los dos grandes partidos? Voy más allá, ¿quién se atreve a ir a las urnas, depositar el voto del PP y que quede libre de náuseas, vómitos, mareos y de remordimientos de conciencia que le harán imposible conciliar el sueño?...... ¿Quién tiene estómago para eso?

Ahora, Podemos ha decidido no presentarse a estas próximas elecciones municipales, en algún artículo anterior ya comentaba que podía ser un problema serio para su credibilidad ya que daría un vuelco importante a las clásicas e inmovilistas elecciones municipales. Pero el hecho de no querer presentarse, ante la posibilidad de que se les subieran al carro enormes cantidades de aprovechados, oportunistas y arribistas, tiene lecturas claras y diversas, principalmente en aquellos municipios pequeños, ya que en algunos concejos de gran tamaño, sí harán listas o irán en coalición con otras fuerzas con determinadas condiciones. Nosotros en nuestro pueblo tenemos una nueva opción emergente encabezada por una persona de reconocido prestigio en la lucha contra la corrupción institucionalizada. Luis Herranz se presenta a nestra nueva convocatoria  bajo un partido de coyuntura que en su denominación se expresa la lucha contra la corrupción en Valdemorillo. Luis anima a una agrupación política de corte transversal que pretende la regeneración de la vida política en el pueblo de Valdemorillo, un ayuntamiento muy cuestionado por muchos ciudadanos,  que lleva presidido por Pilar López Partida con poca transparencia, muchisimo control y “manu militari” desde hace casi veinte años. Pilar dirige un controvertido gobierno municipal que ha sido denunciado en múltiples ocasiones y aún tiene algunos asuntos pendientes en el Tribunal de Cuentas. La actual alcaldesa se ha mantenido en el poder por los deméritos de sus contrincantes de oposición que han mostrado siempre una enorme incapacidad política.

Volviendo al asunto de Podemos; de su inmersión en las municipales, en estos momentos, saldría el principio del fin de agrupación o al menos tendría una ingrata tarea a la hora de expulsar aquellos/as que pretendieron subirse al carro ganador de Podemos para hacer de las suyas aprovechando el tirón que tiene en estos momentos. De hecho, es muy probable, que quienes pretendían introducirse en Podemos para las elecciones municipales, tuvieran algo que ver con intentos de reventar sus entrañas y de inculcar la cizaña necesaria para acabar con ellos.

Desde que Podemos apareció, se tuvo que someter a todo tipo de pruebas y de filtros. El listón de la exigencia y el de la crítica se colocó, hacia esta formación, en lo más alto de la historia tratándose de partidos políticos. ¿Por qué no se hizo lo mismo con los partidos tradicionales durante los últimos 40 años?
Ocurre lo mismo con la corrupción. A la hora de traducir los casos de corrupción en los partidos del espectro político tradicional, casi se les da nivel de normalidad. Y hemos asumido que no puede haber partido político sin corruptos dentro, aunque ello nos produzca determinado rechazo. Sin embargo, si a Podemos le saliera un solo caso de corrupción en sus filas, supondría el fin de la formación porque la sociedad se le echaría encima sin piedad alguna ni consideración, cuando lo que cabría suponer sería que se a algún oportunista infiltrado que se aproveche del tirón para sus fechorías.

A Podemos, ni siquiera se le concedería el beneficio de la duda,
es el hecho de que no se quiera presentar a las municipales y eso debería tener el mismo efecto en los votantes, parándose a analizar en profundidad, qué es lo que están cultivando en el municipio al votar a determinados personajes que ya mostraron su capacidad política y de gestión y su nivel de “enmerde”