Los niños y niñas que sufren acoso suelen callar
LA VIOLENCIA MÁXIMA SE PRODUCE EN 5º Y 6º DE PRIMARIA
Los niños que asisten al colegio, necesitan
sentirse motivados por aprender, y esto se lograra únicamente si los padres
prestan la atención a sus hijos. Deben apoyar y orientar al niño en el
desarrollo de sus actividades para forjar una actitud positiva hacia la escuela.
Es fundamental que los padres identifiquen la razón de cualquier problemática para
neutralizar cualquier situación desagradable que influya en el correcto
desarrollo cognitivo.
Los niños y niñas que sufren acoso escolar suelen callar. A veces porque no
son conscientes de que lo que sucede realmente, tienen vergüenza y piensan que
merecen ser tratados de esa manera por ser: pequeños, delgados, gordos…. Sin
embargo, la detección temprana es fundamental para evitar daños psicológicos
graves. Es importante diferenciar entre una agresión casual y el acoso escolar
o bullying, como forma de maltrato
psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada. Este
tipo de violencia se da mayoritariamente
en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de
acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia.
El problema es que algunos síntomas del bullying pueden
confundirse con comportamientos típicos de la pubescencia. Y a menudo, los
cambios no se dan de un día para otro, sino que es un proceso lento. Normalmente,
el chico o chica no quieren ir al colegio, se muestran nervioso cuando debe
hacerlo, falta a clase o regresa rápidamente a casa. El domingo por la noche empieza a encontrarse mal. Deja de hablar o salir con sus amigos de
siempre, abandona sus aficiones, no habla en casa o responde con evasivas y tiene un bajo rendimiento escolar.
Está triste, muestra cambios de humor, contesta mal, sufre arranques de cólera,
se le rompe o pierde periódicamente el
material escolar o la ropa y no sabe cómo explicarlo y pide dinero a sus padres para poder
dárselo a los perseguidores.
El bullying también genera síntomas psicosomáticos en el niño o niña, sufren malestar al levantarse, mareos, dolores
de cabeza, molestias o alteraciones vómitos,
sensación de asfixia u opresión en el pecho, temblores, palpitaciones, alteraciones del apetito o del sueño...
El propio niño muchas veces no lo identifica como acoso, tampoco los padres,
porque no han llegado a entender lo que está sucediendo. También este acoso escolar se manifiesta a través
del móvil y permite que se multiplique el número de acosadores. Por eso
es importante que los padres tengan acceso al móvil, al correo y a los perfiles sociales de sus hijos.
Generalmente la violencia máxima del bullying se produce
en 5º y 6º de Primaria, luego va
descendiendo. En Secundaria, algunos, llevan mucho tiempo sufriendo acoso y se
convierten en una especie de pararrayos de la violencia. Son menos numerosos
pero el acoso es más de todos contra uno. Suele empezar con insultos, motes, humillaciones,
propagación de falsos rumores, mensajes telefónicos... El estrés postraumático afecta
a más de la mitad de las víctimas de acoso escolar. Incluye desde alteraciones
cognitivas a trastornos emocionales o alteraciones del comportamiento con síntomas
de aislamiento y agresividad....
Los padres siempre
DEBEN CREER EN EL RELATO DE SU HIJO. No deben quitar importancia al
asunto, NI CULPAR A LA VÍCTIMA. Todavía hoy el principal problema de los niños
acosados. El hogar es el único lugar donde el niño puede contarlo, pero a veces
los padres sufren o les genera angustia y no quieren saber, y lo despachan con
un PÉGALES TÚ MÁS FUERTE.
La solución no deberia pasar por cambiar de cole, es
muy probable que en el nuevo colegio pueda ocurrir igual y el niño o la niña
que han sufrido la experiencia del bullying, la vulnerabilidad
nuevamente es detectada por los recientes hostigadores, por lo que es elegido
de nuevo y no es que el niño tenga una forma de ser que favorezca el acoso. Es
que su fragilidad funciona a modo de reclamo que atrae a los hostigadores.
El acoso no curte al niño tampoco lo hace más resistente, por el
contrario el bullying destruye capacidades
de hacer frente a situaciones y los convierten en víctimas victimas de acoso y
en la vida adulta, por tener dañada su autoestima. Los niños acosados se
convierten en futuras víctimas más fáciles porque su resistencia psicológica
queda demolida".
Comentarios
Publicar un comentario