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3/23/17

Los niños y niñas que sufren acoso suelen callar


LA VIOLENCIA MÁXIMA SE PRODUCE EN 5º Y 6º DE PRIMARIA
Los niños que asisten al colegio, necesitan sentirse motivados por aprender, y esto se lograra únicamente si los padres prestan la atención a sus hijos. Deben apoyar y orientar al niño en el desarrollo de sus actividades para forjar una actitud positiva hacia la escuela. Es fundamental que los padres identifiquen la razón de cualquier problemática para neutralizar cualquier situación desagradable que influya en el correcto desarrollo cognitivo.
Los niños y niñas que sufren acoso escolar suelen callar. A veces porque no son conscientes de que lo que sucede realmente, tienen vergüenza y piensan que merecen ser tratados de esa manera por ser: pequeños, delgados, gordos…. Sin embargo, la detección temprana es fundamental para evitar daños psicológicos graves. Es importante diferenciar entre una agresión casual y el acoso escolar o bullying, como forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada. Este  tipo de violencia se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia.
El problema es que algunos síntomas del bullying pueden confundirse con comportamientos típicos de la pubescencia. Y a menudo, los cambios no se dan de un día para otro, sino que es un proceso lento. Normalmente, el chico o chica no quieren ir al colegio, se muestran nervioso cuando debe hacerlo, falta a clase o regresa rápidamente a casa. El domingo por la noche empieza a encontrarse mal. Deja de hablar o salir con sus amigos de siempre, abandona sus aficiones, no habla en casa o responde con evasivas y tiene un bajo rendimiento escolar. Está triste, muestra cambios de humor, contesta mal, sufre arranques de cólera, se le rompe o pierde periódicamente el material escolar o la ropa y no sabe cómo explicarlo y pide dinero a sus padres para poder dárselo a los perseguidores.
El bullying también genera síntomas psicosomáticos en el niño o niña,  sufren malestar al levantarse, mareos, dolores de cabeza, molestias o alteraciones vómitos, sensación de asfixia u opresión en el pecho, temblores, palpitaciones, alteraciones del apetito o del sueño... El propio niño muchas veces no lo identifica como acoso, tampoco los padres, porque no han llegado a entender lo que está sucediendo. También este acoso escolar se manifiesta a través del móvil y permite que se multiplique el número de acosadores. Por eso es importante que los padres tengan acceso al móvil, al correo y a los perfiles sociales de sus hijos.
Generalmente la violencia máxima del bullying se produce en 5º y 6º de Primaria, luego va descendiendo. En Secundaria, algunos, llevan mucho tiempo sufriendo acoso y se convierten en una especie de pararrayos de la violencia. Son menos numerosos pero el acoso es más de todos contra uno. Suele empezar con insultos, motes, humillaciones, propagación de falsos rumores, mensajes telefónicos... El estrés postraumático afecta a más de la mitad de las víctimas de acoso escolar. Incluye desde alteraciones cognitivas a trastornos emocionales o alteraciones del comportamiento con síntomas de aislamiento y agresividad....
Los padres siempre DEBEN CREER EN EL RELATO DE SU HIJO. No deben quitar importancia al asunto, NI CULPAR A LA VÍCTIMA. Todavía hoy el principal problema de los niños acosados. El hogar es el único lugar donde el niño puede contarlo, pero a veces los padres sufren o les genera angustia y no quieren saber, y lo despachan con un PÉGALES TÚ MÁS FUERTE.
La solución no deberia pasar por cambiar de cole, es muy probable que en el nuevo colegio pueda ocurrir igual y el niño o la niña que han sufrido la experiencia del bullying, la vulnerabilidad nuevamente es detectada por los recientes hostigadores, por lo que es elegido de nuevo y no es que el niño tenga una forma de ser que favorezca el acoso. Es que su fragilidad funciona a modo de reclamo que atrae a los hostigadores.
El acoso no curte al niño tampoco lo hace más resistente, por el contrario el bullying destruye capacidades de hacer frente a situaciones y los convierten en víctimas victimas de acoso y en la vida adulta, por tener dañada su autoestima. Los niños acosados se convierten en futuras víctimas más fáciles porque su resistencia psicológica queda demolida".

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