¿Tu hijo o hija está sufriendo acoso en su centro escolar?
Tanto la escuela o el instituto, deberían ser siempre espacios
en el que sentirse seguros. Sin embargo, para muchos niños y niñas, el centro
educativo se ha convertido en la fuente de un tipo de violencia del que son
víctimas y que ejercen sus propios compañeros, se trata del acoso escolar.
Tanto
en el Colegio Público de Educación Infantil, Primaria y Especial Juan Falcó, el IES Valmayor o el Colegio Zola, podria haber niños y niñas que por distintas razones,
puedan sufrir o haber sufrido acoso escolar, 1 niño de cada 10 lo soporta. Con
actitudes como: represión, discriminación, homofobia, violencia sexual o castigo
corporal.
El
acoso escolar o bullying,
tiene efectos negativos en la salud física, bienestar emocional y
rendimiento académico de los niños, especialmente si la violencia se repite en
el tiempo o es severa, además de influir en el clima escolar del centro
educativo. Tal vez por esa circunstancia, hay que concienciar a la sociedad
desde edades tempranas del daño que este tipo de violencia puede causar. De lo que puede llegar a
sufrir un niño o niña con un empujón, con la burla o los insultos sistemáticos y
las llamadas intimidatorías con el móvil.
La
Comunidad Educativa, en su conjunto, debe tomar conciencia y actuar cuando
aparezca algún caso que pueda contemplar indicios de violencia. Es responsabilidad del
centro educativo de padres y de compañeros, evitar que el bullying exista. Los
padres en la casa y los docentes en el centro, deben percatarse de la
existencia de síntomas, en el niño o la niña, que puedan mostrar indicios de
acoso escolar, que algo raro pasa. Normalmente estos menores suelen estar
aislados en el patio, en los cambios de clase y su material escolar, sus libros
o sus gafas aparecen deteriorados.
Hay
veces en las que los padres se deciden por un cambio de colegio y esto no tiene
por qué solucionar el verdadero problema, que en casos está en la personalidad del
niño. El niño o la niña, necesitan contar con habilidades socioemocionales y los
padres deben conseguir con la ayuda del Centro Educativo o de un especialista,
que sus hijos sean autónomos, que se sientan seguros y asienten unas bases de
comportamiento que consigan que el niño se respete a sí mismo y respete a los demás.
La
colaboración del colegio es fundamental, los centros cuentan con un protocolo
de actuación en el que se activan distintos mecanismos afectos al profesor y a
los alumnos. No hay que olvidar ocuparse de manera muy especial de todos
aquellos alumnos o alumnas que han visto lo sucedido y no lo cuentan, muchas
veces estos jóvenes tienen la clave del verdadero conflicto. Cualquier agresión
o burla de un alumno o alumna para con un compañero o compañera, en
presencia de un docente debe ser inmediatamente neutralizada, para
posteriormente actuar utilizando su capacidad pedagógica y fomentar y
trasmitir a través de la enseñanza valores morales como, la empatía, la
solidaridad y el respeto a los demás.
Prevenir
el acoso escolar, es una labor que los padres deben comenzar dentro del núcleo
familiar educando en los valores y en la empatía a sus hijos, también a saber
situarse en lugar del otro; es importantísimo que el pequeño se acepte cómo es
y que se guste. Debe También saber que, cuando le regalamos un móvil a nuestro hijo o hija,
¿somos conscientes de cómo lo usa? ¿Con quién se comunica?
Por mi cuenta
y sin que tenga valor significativo, realice una muestra puntual a un grupo del
Instituto Valmayor. No fue de forma individualizada si colectiva y ante la
pregunta: si conocían que es el acoso
escolar me dijeron que sí lo conocían, también que una niña se había quitado la vida por esta razón. Ante la
pregunta de que si había algún
caso de acoso en el Instituto, por ellos conocido: me contestaron
íntegramente que no había.
Para un
sociólogo, esta muestra carece de valor estimativo pero he considerado
relevante hacerlo constar de manera puramente anecdótica.
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