La religión musulmana no es violenta
Las noticias que aparecen en los medios, tienen que ver con la violencia.
Los musulmanes violentos constituyen una
fracción mínima de todos esos millones de mahometanos europeos que viven desde
hace algunas generaciones en Europa, aunque sin duda es la fracción más ruidosa
y la que genera más bulla en el viejo continente.

Después
de más de una década del 11 de marzo de 2004, la amenaza de que España sea
objetivo de un atentado como el que sufrió entonces Madrid e hizo estremecer al
mundo, como ocurrió hace unos días en Paris, ha descendido, pero nuestro país sigue en alerta porque ocupa un lugar
destacado en el mapa yihadista no solo como un objetivo potencial, sino sobre
todo como foco de captación de futuros terroristas. Tal es así que el mayor
quebradero de cabeza de los servicios de Inteligencia no está en los posibles
terroristas que anidan en España, sino en los que partieron de aquí y actúan en
distintos países musulmanes.
Según se
desprende del Estudio Demográfico de la Población Musulmana elaborado por la
Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE). El 40% de los musulmanes que viven en nuestro país es español mientras
que el 60% es extranjero, de ellos, el 40% son marroquíes y el 20% de otras nacionalidades
como pakistaníes o senegaleses, que llegan, incluso, a ser mayoritarios en
Barcelona y Salou (Tarragona) respectivamente. La población total de España se aproxima al millón novecientas
mil, lo que supone un 3,7% del total de la población, esta cantidad es inferior
a la que tienen los países de nuestro entorno. En Francia hay más de 4.800.000.
La
mayoría de los musulmanes, viven en algunos países de Europa oriental, pero las
poblaciones musulmanas son también muy significativas en los países
occidentales. Las proyecciones de cara al futuro solamente tienen en cuenta a
los musulmanes que emigran desde el Norte de África y desde Asia porque la
proporción de europeos que se convierte a esa religión es relativamente
pequeña. Sin embargo, el factor de las conversiones puede adquirir más empuje,
con lo que la proporción se elevaría significativamente.
En
cualquier caso los musulmanes constituyen un segmento considerable de la
población europea. Aunque su influencia en la política no se ajusta a esa
presencia, las comunidades musulmanes se van organizando poco a poco y esto
hará que su participación en la vida social y política sea más visible a medio
plazo.
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