Los tiempos pasan y los usos cambian
La fiesta Nacional de los toros puede
dejar de serlo en pocos años.
Algunos de los nuevos Ayuntamientos
surgidos en las recientes elecciones locales como el de Valdemorillo, han
entrado a saco a debatir sobre las fiestas populares en torno a la tauromaquia
festivalera y el martirio del animal.
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El Toro Embolao |
El
horror del Toro de la Vega de Tordesillas del 11 de septiembre, y otras
salvajadas tercermundistas similares como el Toro Embolao, están marcado por la polémica entre
ecologistas y grupos defensores de los animales contra quienes veneran este
espanto que consiste en enloquecer un toro a campo abierto en persecuciones que
el animal trata de salvar de un lado para otro mientras a caballo sus
perseguidores afinan la puntería con sus lanzas hasta que uno de ellos consigue
darle muerte.
Esta
barbarie tiene, además, un daño colateral que afecta a la propia fiesta de los
toros, a la auténtica tauromaquia. Sí, por desgracia quienes censuran con razón
esta cruel manifestación popular de Tordesillas confunde esa salvajada con el
toreo. Y por lo tanto quienes defienden la fiesta de los toros debemos pedir la
abolición de la crueldad del Toro de la Vega y afines para que de una vez no
sirva de confusión emparentándolo con la tauromaquia, lo mismo que ofrecer una
vaquilla a los jóvenes para martirizarla a costa de su divertimento
En
el toreo cásico, en lo que se quedó en llamar “fiesta nacional”, al menos, un
hombre intenta superar la fuerza y la fiereza del toro con su destreza y su
valor, para muchos, creando una composición de belleza en ese juego del capote
y la muleta mientras corre el cuestionable riesgo voluntario (parte que me
cuesta entender) de morir en las astas del animal. A lo largo de la historia de
la tauromaquia muchos toreros, algunos ya ricos y famosos como Gallito,
Manolete o Paquirri, han muerto en la plaza. Bien es verdad que la esencia
misma del toreo está en matar a la fiera con el estoque, pero en ese mismo
lance se expone el torero a la cogida.
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El Toro de la Vega |
Debo
confesar que nunca he asistido a ningún San Blas, jamás me intereso la
tauromaquia y a pesar de que mi padre llegó a ser novillero y mi madre le alejo
de los ruedos, pero término siendo un buen aficionado y abonado a la Plaza de
Toros de Vista Alegre primero y de las Ventas después.
La Fiesta, me temo, tiene los días contados. Y este fin vendrá mas por el creciente desinterés que despierta que por los esfuerzos de los antitaurinos que por otro lado, y a mi entender, aportan razonamientos poco consistentes.
ResponderEliminarA mi, personalmente, nunca me interesó demasiado (apenas si he asistido a alguna corrida de toros en las Ventas y en la Maestraza) pero tampoco me ha molestado su existencia.
Sin embargo, tengo que confesar que creo que la desaparición de esta tradición, ya milenaria, será un paso más hacia la aculturización de esta sociedad que camina a toda velocidad hacia la inanidad y el postureo. Vamos, que me entristecerá si es que llego a ver su extinción.
Supongo que es el signo de los tiempos
Si se entiende que yo ataco a la fieste tradicional de los toros está muy confundido. Opino, que me parece horrible disfrutar con el sufrimiento de un animal. Respeto el sentido tradicional y estetico de la fiesta y me abomina la tortura del animal y no su muerte.
Eliminar¿Aclarado?
No pienso, en absoluto, que en su texto se ataque a las corridas de toros. Me he limitado a reflexionar sobre el inevitable final de la Fiesta.
EliminarCuando la intolerancia se dedica a coaccionar la libre expresión se está cometiendo un delito flagrante contra el estado derecho y la democracia. Yo puedo opinar libremente lo que me venga en gana y eso no debe suponer nunca una imposición. Esta página está abierta a la libre expresión. El próximo ataque informático a Facebook será denunciado.
ResponderEliminarEfectivamente profesor, cuando he intentado acceder por Feacebook no he podido por que se comunica que por razones de herir a algunos se retiraba, o algo parecido. Esto tambien a mí me parece mal que si me parece aberrante una costumbre tan retrogada y tan tercermundista como toros, encierros , capeas....etc.
EliminarLa juventud la rechaza y yá deberia formar parte tradicional de la historia como los duelos de hace dos siglos en la Casa de Campo.
Ignoro lo que ha ocurrido en facebook, pero si en efecto han censurado un texto tan inocente como el precedente, entiendo su indignación y añado que me temo que la ñonerìa y la estupidez se están haciendo con el control de facebook.
EliminarPor lo demás, creo que la libre expresión tiene límites. Como, por ejemplo, la apología del extermino judío por los nazis o la de un atentado de ETA.
Algunas de las reminiscencias de un pasado dictatorial están grabadas a fuego en una parte del núcleo de nuestra sociedad desarrollada del siglo XXI. El nivel de intolerancia adquiere matices imposibles sobre una colectividad culturizada y supuestamente avanzada. Los seres humanos somos distintos y sus diferencias, deberían ser consideradas como fuentes de progreso. Sin embargo, la realidad es muy diferente ya que el ser humano tiende a detestar a los que no son iguales a él y de ahí surge la intolerancia.
ResponderEliminarSi la teoría ética en la que se basaba la tolerancia era el relativismo, La teoría que respalda la intolerancia es el absolutismo. Hay tolerancia pasiva que permite otras formas de pensar pero no intenta entenderlas. Sin embargo la intolerancia además de no querer concebirlas, ataca esas ideas y pretende eliminarlas.
Estoy totalmente de acuerdo.....una cosa es la tauromaquia y otra muy diferente éstas fiestas a costa del martirio de un animal.
ResponderEliminarNo me gusta lo taurino...pero respeto a los que sí les gusta, además hay muchas familias , entorno al toro ,que no tienen otro medio de vida.