Denuncio: a los políticos que hicieron de su concejalía un “ganapán”

 

Mi comentario de hoy refleja el sentir de algunos ciudadanos "hartos" de la realidad política en Valdemorillo.

Denuncio: una situación donde estar en el poder se ha convertido en tener un buen sueldo, desviándose del verdadero propósito de la política que es: SERVIR A LA COMUNIDAD.

Denuncio: cómo ciertos políticos subestiman nuestra capacidad de actuar de manera libre y autónoma, desde una perspectiva democrática que se basa en la confianza en el criterio y la voluntad de los electores, no en su manipulación o control. Esta situación revela una desconexión alarmante entre algunos políticos y nuestras necesidades reales, lo que a largo plazo erosiona la confianza en las instituciones locales.

Denuncio: la práctica de aquellos políticos que, en su afán de mantenerse en el poder, cambian de partido según les convenga, donde la política deja de ser un servicio público y se convierte en un medio de subsistencia personal.  Y cómo algunos concejales, en lugar de representar los intereses del pueblo, actúan de manera oportunista, utilizando a los ciudadanos como si fueran piezas en un tablero estratégico. Esta visión interesada les impide comprender que podemos organizarnos y movilizarnos libremente por causas que nos afectan y amenaza los principios fundamentales de la democracia y los intereses colectivos. En el fondo critico la falta de principios y una llamada de atención hacia aquellos que ocupan cargos, pero no actúan en favor de los intereses del pueblo, sino de los propios como ocurre ahora.

EN RESUMEN

Mi comentario expresa una frustración profunda ante la situación política en Valdemorillo, donde parece que la calidad democrática se ha deteriorado significativamente. El hecho de que ser concejal se haya convertido en una forma de subsistencia personal refleja no solo un fracaso del sistema político local, sino también un insulto a la inteligencia de los ciudadanos.

Es inadmisible que algunos políticos crean que: nos movilizamos porque hemos sido manipulados o engañados, subestimando nuestra capacidad de conocimientos, de juicio y de comprensión de la realidad. Nos  enfrentamos una falta de transparencia y, a partir de la información que tenemos, percibimos situaciones  corrupción que nunca se han denunciado formalmente, generando un círculo de complicidad.

Comprendan que aún existimos ciudadanos comprometidos que, sin intereses personales ni políticos, estamos preocupados por lo que está ocurriendo, y que no estamos "a sueldo del enemigo", sino que nos movilizamos por responsabilidad cívica. Nos preocupa, y mucho, que este pueblo siga anclado a los intereses de unos pocos, sin que se tomen medidas para remediar la situación debido a la incapacidad manifiesta de quienes deberían actuar.

Llama la atención que, a lo largo de los años, los partidos democráticos no hayan cambiado de líderes, permitiendo que en el pasado se cometieran tantas injusticias juntas. Esta inacción contribuye a perpetuar un sistema en el que los intereses personales prevalecen sobre el bienestar colectivo, y genera una desesperanza que afecta a la confianza en las instituciones locales.