Buscar este blog

11/19/23

Ningún niño nace violento.

 

Tanto el problema como su solución no está en los genes, está en la educación.

Ya no se necesita ser “un macho” para ir por la vida pero se sigue transmitiendo como valor masculino la fuerza de ser capaz de mandar, de  imponer su voluntad. Sin embargo, la imagen femenina se sigue asociando a la debilidad, la disponibilidad, la vulnerabilidad.

La violencia de género es un desacato de los derechos humanos. Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido alguna vez en su vida violencia física y/o sexual. La mayor parte de las veces, el agresor es la pareja; casi un tercio (27%) de las mujeres de 15 a 49 años dicen haber sufrido este tipo de violencias por su pareja.

El “macho”, se construye como superior a la fémina y sobre ella debe demostrar autoridad. Las niñas y los niños incorporan los comportamientos que aprenden desde su nacimiento, agregando estereotipos construidos sobre el sexismo y la violencia que presencian en su entorno familiar y en algunos medios. Es decir, el mandato autoritario para el hombre, y el agrado y dependencia para la mujer. Así normalizados, se consolidan y transmiten.

Por eso, si se quiere ir en contra de la violencia machista, hay que posicionarse en la raíz del problema y en el principio de la solución como es poner en marcha la educación en igualdad. Para conseguirlo, es preciso que el sistema educativo incorpore manuales de coeducación del profesorado que ofrezcan desarrollar la educación mixta, como requisito imprescindible que acabe con estereotipos de género, para que cada niña y cada niño, trace su propio recorrido personal y emocional y, sobre todo que acabe con el arquetipo viril androcéntrico.

Hay que dar a niños y niñas una educación sexual sana en todo el periodo escolar. Hay que acabar con la pornografía como fuente de socialización y desinformación, que cada vez se extiende más y a edades más tempranas.

Al mismo tiempo hay que poner en marcha la Ley de medidas contra la Violencia de Género, cuya finalidad será prevenir, sancionar y erradicar esta violencia y prestar asistencia a las mujeres, a sus hijos menores sujetos a su tutela, o guarda y custodia, víctimas del fanatismo. En la Ley ya se asumió como compromiso político incluir la educación en igualdad en las aulas, lo que exige que se incorporen los principios de la coeducación a la formación inicial y permanente del profesorado. Y lo mismo para la ley de Igualdad para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que supone la ausencia de toda discriminación, directa o indirecta, y el establecimiento de pautas favorecedoras de la paridad.

2 comentarios:

  1. La violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones más generalizadas de los derechos humanos. Se producen muchos casos cada día. Este tipo de violencia tiene graves consecuencias físicas, económicas y psicológicas sobre las mujeres y las niñas, tanto a corto como a largo plazo, al impedirles participar plenamente y en pie de igualdad en la sociedad. La magnitud de este impacto, tanto en la vida de las personas y familias como de la sociedad en su conjunto, es inmensa.

    Este tipo de violencia, también llamada maltrato en el hogar o violencia de pareja, es cualquier patrón de comportamiento que se utilice para adquirir o mantener el poder y el control sobre una pareja íntima. Abarca cualquier acto físico, sexual, emocional, económico y psicológico (incluidas las amenazas de tales actos) que influya en otra persona. Esta es una de las formas más comunes de violencia que sufren las mujeres.

    ResponderEliminar
  2. Se ha tolerado y estimulado la violencia como una forma de resolver las tensiones y los conflictos. Todas las mujeres vivimos en mayor o menor intensidad formas de violencia. Sufrimos violencia cuando no reconocen ni valoran nuestro trabajo, cuando nos hacen callar haciéndonos creer que nuestra opinión no es importante, cuando se utiliza un lenguaje sexista que no nombra a las mujeres, cuando nos pagan menos que a los hombres por realizar las mismas funciones, cuando tenemos que convivir con mensajes publicitarios que nos tratan como objetos sexuales, cuando sentimos miedo por caminar solas...

    La violencia contra las mujeres es una expresión de la relación de desigualdad entre hombres y mujeres. Es una violencia basada en la afirmación de la superioridad de un sexo sobre el otro; de los hombres sobre las mujeres. Afecta a toda la organización de nuestra sociedad y, por tanto, estos actos violentos debemos analizarlos dentro del contexto social en que vivimos.

    ResponderEliminar

Denuncio: a los políticos que hicieron de su concejalía un “ganapán”

  Mi comentario de hoy refleja el sentir de algunos ciudadanos "hartos" de la realidad política en Valdemorillo . Denuncio: ...