Cuando votamos por opción y no por conocimiento, desperdiciamos la esencia de la democracia.

 

¿Qué es ser conservador?Y,¿qué es ser socialista?

La política nos define como ciudadanos. Aunque pensemos que ningún partido político nos representa, nuestra ideología puede partir de unos valores y de una forma de pensar. Pero, ¿en qué se diferencian las políticas de izquierdas o de derechas?


Hay que tener claro que estas políticas son diferentes en cada país, dependiendo de la forma en que esté organizado el gobierno, sus leyes y sus instituciones. Las políticas de izquierda en Suecia, donde el gobierno corre con los gastos de los servicios públicos, es muy diferente a la izquierda en los Estados Unidos, un país capitalista donde la economía condiciona todos los aspectos de la vida. A qué tipo de conflicto nos conduce.

Durante la Revolución Francesa, se cuestionaba el poder de la monarquía y se quería acabar con los privilegios de la aristocracia. Durante la votación, los nobles y el clero (las clases más ricas y partidarias de la monarquía) se situaron a la derecha del presidente de la Asamblea, mientas que los contrarios al veto real se situaron a la izquierda. Todavía existe esa diferencia en muchos países de Europa: republicanos y socialistas, conservadores y laboristas en el Reino Unido, liberales y socialistas o populares y socialistas en España.

Ayer participé en un debate sobre el asunto. Se colocó sobre la mesa la diferenciación real entre lo que comúnmente hemos considerado ser de izquierdas o ser de derechas. Había dos tertulianos que no tenían nada claro el momento socio político que vivimos y como se sentían ellos.

Pero antes, quiero pedir perdón a los eruditos por la simplicidad de mi artículo y a los que no lo son porque tampoco pretendo modificar su visión simple de la política. Pero la realidad es que: cuando se vota por opción y no por conocimiento, como se hace frecuentemente, estamos desperdiciando la esencia misma de la democracia. que Muchos de los que votan o creen votar a socialismo o a conservadurismo no tienen clara esta diferenciación ideológica, porque solemos hablar de políticas de izquierda o de derecha, pero, ¿en qué se diferencian? Además, hay que tener claro que estas políticas son disímiles en cada país, dependiendo de la forma en que esté organizado el gobierno, sus leyes y sus instituciones.

No hacía mucho, en una conversación que mantuve con Andrés Matas sobre el tema, yo sostenía que, en el proceso de identificación con las luchas populares, es natural que uno recurra a Marx. En la medida en la que fuimos asumiendo compromisos políticos, descubrimos a quienes podían alimentarnos en esa ruta. Necesariamente llegamos a Marx. Una puerta a Marx fue Hegel, es decir, la dialéctica. Es en el mundo de la dialéctica en el que comencé a entender a Marx. Pero la confluencia de cristianismo y marxismo, cuando se dan compromisos revolucionarios, es una aproximación natural. Los que temen un conflicto insondable entre marxismo y cristianismo son siempre dogmáticos, ya sean de derecha o de Izquierda. Para mí, la figura evangélica de Jesús de Nazaret está marcada por un débito socialista de nuestro compromiso de vida.

Pero de lo que no cabe la menor duda es que el pensamiento de izquierda tiende a defender el desarrollo social. Por eso sus manifestaciones socialistas apuestan por sancionar el acceso a beneficios equitativos más allá de la capacidad económica de cada persona, con un Estado protector.

Por otra parte, el conservadurismo afirma apoyarse en el orden, la disciplina y las libertades individuales y de mercado, por lo que propone la meritocracia y la competencia como grandes motores de promoción y crecimiento: las bases del capitalismo​. No cabe la menor duda de que esa práctica, en Valdemorillo o Madrid, no fue nunca bien llevada cuando gobernó la derecha.

Espero, y sobre todo deseo, haberme expresado con claridad para invitaros a establecer un debate desde el respeto.

 

Comentarios

  1. Jesús, ya estaba yo bastante liado y, ahora, tengo la sensación de que me quieres liar un poco más. El Marx, que a mí me gusta, es el del "camarote" aquel que tienes principios para darle gusto a todo el mundo y según el día o la hora. Hay otro Marx más actual que, cuando se contradice con lo dicho un rato antes, dice que cambia de opinión. Ese Marx del que tú hablas, yo lo tengo asociado a otros nombres como Lenin o Stalin, que, como puedes suponer no son santos de mi devoción. Cómo yo no he estudiado a ese Marx, del que solo tengo vagas ideas y apenas algún recuerdo de mis tiempos de bachillerato, no puedo ni imaginarme como asocias tú a este Señor con Jesús de Nazaret.
    Dicen que en el centro está la virtud. A mi entender, este socialismo que impera en España, está en cualquier lado menos en el centro. La forma de gobernar, la forma de meterse en las instituciones, las leyes que hace y la forma de hacerlas, no tienen nada de democracia. Eso sí, parece que se hacen con la buenísima voluntad de favorecer a todos españoles. ¡Vamos! Cómo las Juntas Gestoras de las EUCC de Valdemorillo. Bueno, a unos más que a otros. Acordaos de los OKUPAS, el No es NO, el Sí es Sí, los hombres de paz, los independentistas y demás.
    Lo siento Jesús, mi cristianismo no puede apoyar estas cosas, me pregunto, si a duras penas las perdona o sería capaz de perdonarlas.
    El lenguaje es el mayor de los malditos. La izquierda lo maneja estupendamente, las derechas, en esto, son como mi ángel bobalicón. La palabra socialista está muy bien escogida. Al oírla, uno siente que es buena, que habla de ayudar a los demás, ser honrado y decente, de colaborar con el resto de seres humanos. Cualquiera diría que es un compendio de virtudes a imitar. Nada más lejos de la realidad. Todo eso que pregona, lo quiere hacer con lo que les quita a los que han conseguido algo, con su trabajo, esfuerzo y el consiguiente sacrificio. Se lo quita a unos para dárselo a otros, pero yo no veo que hayan generado nada que puedan repartir. Si, realmente, se lo diera a aquellos que lo necesitan de verdad, que están enfermos, que no pueden trabajar, lo podría entender. Pero, no, se lo da a los chiringuitos, a gente que no quiere trabajar, a aquellos a los que compra el voto, a no sé cuántos consejeros, a... Para que seguir. Sí, ya sé que las derechas tampoco están llenas de santos. Pero, en España, desde que se firmó la "PAZ", han gobernado mucho más tiempo las izquierdas que las derechas y yo no veo que estemos mejor. Eso sí, yo ya me había olvidado de Franco y ahora lo tengo hasta en la sopa. Es algo que tengo que agradecer a todos los gobiernos progresistas que hemos tenido.
    Cuando se habla de izquierdas y derechas, yo, ya me olvido de filosofías, filosofías que cada uno tiene la que se acomoda a su conciencia o a sus caprichos, según se levante uno por la mañana, y, por tanto, son engañosas. Solo hago referencia a lo que he vivido y visto en España, lo de fuera, lo sé de oídas. En España, siempre que han gobernado las izquierdas hemos terminado arruinados, con Felipe González, con Zapatero y ahora con Pedro Sánchez. Sí, ya sé que esto está por ver, pero, yo lo barrunto.
    Pasadlo bien. Andrés

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  2. Donde está la verdad qué es lo correcto, cada vez me siento más confundida en este mundo de la política. Cada vez me resulta más difícil emitir mi voto sin embargo distingo perfectamente los conceptos socialismo y capitalismo. Desde luego entiendo perfectamente lo que quiere decir el profesor González a la hora te cuestionar una determinada ideología que pueda ajustarse a una realidad de Jesús de Nazaret.

    Cualquier persona que tenga presente al prójimo en su actuar aparte de ser más feliz entendería perfectamente que el ideal pasa por la solidaridad humana o sea la socialización de la vida económica

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    1. Para no daros el rollo: Nos atraen corrientes socialistas y sus diversas evoluciones para reconocer aspiraciones que llevan dentro la Fe. En cualquier caso, para establecer una cierta separación entre el método de análisis marxista y su concepción atea. Sin embargo, hay otros aspectos marxistas, asumibles desde un contexto evangélico. Tal vez por eso, el PSOE se nos puede quedar a años luz.
      Uno de los análisis desde la filosofía y teología cristiana, es el progresismo cristiano de la postguerra, por el jesuita P. G. Fessard, en el II Tomo de su libro: De l’Actualité. En esta obra aparecen ya ideas y actitudes pastorales que reaparecerán más tarde, en el movimiento de “cristianos por el Socialismo”.

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