Nueva carta a:
Quien dirige su voto por el interés de obtener un beneficio no punible.
Los ciudadanos
cerramos los ojos ante las
prácticas corruptas. Todos participamos haciendo malabarismos para engañar. La clave fundamental de
este problema es el bajo control existente por parte de los partidos que
gobiernan, que no les importa que algún concejal este manchado.
Un informe, elaborado por la Universidad Autónoma de Barcelona, a partir de una encuesta, ofrece unas conclusiones deprimentes para todos aquellos que hemos luchado para que la Democracia abrieras sus puertas en esta España Europea. En la encuesta, los ciudadanos eligen: cerrar los ojos ante las prácticas corruptas de algunos políticos de su partido y con ello seguir votando. Por otra parte, hay municipios en los que un sector de población dirige su voto no por ideología, si no por el interés de obtener un beneficio. Hay más corrupción porque nuestra sociedad la tolera y porque no tiene color; sin embargo, es una forma de violencia que corroe el contrato social entre ciudadanos y es de los principales problemas.
Todos nosotros, muchas veces sin ser conscientes, estamos participando de corrupción. Lo hacemos cuando evitamos pagar las facturas sin IVA, cuando aceptamos salarios en "dinero negro", cuando hacemos malabarismos para engañar a Hacienda, guarda silencio al ver que se han equivocado a su favor en la cuenta de un restaurante, aparcamos en un lugar reservado para minusválidos…. La clave está en la permisividad de la sociedad, la picaresca asentada a lo largo de siglos, el prestigio social del enchufe, la aceptación del amiguismo, el nepotismo… Ese es el caldo del que nace el virus de la corruptela.
La abundancia de chanchullos acaba con la igualdad entre los ciudadanos, erosiona la eficacia del Gobierno. Aunque el mayor daño que ocasiona lo llamamos desafección, un distanciamiento casi insalvable entre la ciudadanía y los políticos que pone en peligro la cohesión comunitaria y desemboca en un escepticismo, obstáculo para el progreso del sistema.
Hay una serie de preguntas, sin respuesta, que son la clave fundamental de este problema, y son: el bajo control existente por parte de los partidos que gobiernan en los Ayuntamientos y no importar que algunos de los concejales que están en el gobierno estén imputados o exista sobre ellos sospecha. Eso es intolerable y constituye un insulto a la razón de cualquier ciudadano. No es admisible un candidato embustero o imputado.
Hay que denunciar cualquier tipo de corruptela tolerada por la sociedad y por las élites; este tipo de costumbre, puede convertirse en corrupción dura; eso es lo que ha ocurrido: ciertos hábitos, como las donaciones empresariales partidistas. Y de una manera muy especial en los Ayuntamientos con las recalificaciones interesadas de los terrenos en la redacción de los PGOU. La Unión Europea marca con precisión dónde están los problemas: en los políticos más que en los funcionarios, en la financiación de los partidos, en los gastos y contrataciones de las Administraciones locales y en sus competencias urbanísticas.
No sé muy bien, parece que mezclas la política en los ayuntamientos con la política nacional. Es cierto que, afinando un poco, se puede considerar corrupción toda actitud que no se ajuste a un mínimo de honradez en los principios. Claro que, esos mínimos, dependen mucho de los principios morales de cada uno de nosotros. Si hablamos de aquello que puede considerarse relacionado con la gestión de los políticos, en general, da lo mismo que sean de un pueblo, de una comunidad o del estado, yo acuso primero al estado que da un ejemplo estupendo, digno de exponer en los pulpitos. Dime, Jesús, si el estado nos rob..., perdón, nos exprime hasta dejarnos sin respiro, ¿Por qué un ciudadano exprimido no puede pagar en negro o escaquear todo lo que pueda a esto señores de Hacienda? En estos momentos, yo no puedo entender como hay autónomos que hayan votado a este Gobierno, que, ahora, está en funciones y de vacaciones en marruecos. Lo mismo me atrevo a decir de los pensionistas. Cómo alguno me ha comentado: "El Gobierno nos ha subido las pensiones para que podamos pagar el IRPF que nos van a pasar". No se equivocó ni un pelo. Me subieron 239,43 € x 14= 3.354,82. Estaba yo tan contento, hasta que, hace unos días, hice la declaración de hacienda, resultado a pagar 3.312,84 €. ¡Coña! Menos mal que he echado la cuenta, porque, hasta ahora, la había hecho de cabeza y me salía a pagar la subida de este año y la del año pasado. Me alegra saber que, mi subida real, es de 41,98 € al año. Tengo que reconocer que soy de los afortunados, de los muy afortunados. Tocaré madera, porque no sé hasta cuando lo seguiré siendo. Daré gracias a Dios por ello. Cada vez me encantan más los Gobiernos progresistas, cada vez más.
ResponderEliminarLo siento Jesús, están bien estas lecciones de moral, aunque a algunos ya nos pillan resabiados. La corrupción está extendida, principalmente por el ejemplo que nos dan algunos, más de los que parece, que, en vez de hacerse respetar por aquello de la edad, la dignidad y el gobierno, solo lo consiguen por y con el Gobierno. Estos de Valdemorillo, son unos benditos al lado de los que me han subido la pensión.
Por cierto, ser militante de un partido, no significa que estés de acuerdo con todo lo que hacen sus dirigentes, significa estar de acuerdo con sus principios fundacionales. Siempre me ha parecido mucho mejor, decir lo que pienso, desde dentro que desde fuera.
Pasadlo bien. Andrés.