Ante las elecciones municipales que tenemos cerca

El sujeto de la política no es el político, es el ciudadano.

Tenemos una manera de ver la realidad, interpretarla y entenderla bajo nuestro punto de vista, y siempre marcada por formas tradicionales o adquirida por nuestro conocimiento de una realidad plural. El sujeto de la política no es el político, es el ciudadano.

En esto de las ideologías, desarrollamos planteamientos qué no tienen que ver con una corriente universal concreta. Hoy el “valor ideológico” hay que buscarlo en las personas que tienen que ejercer tareas de poder.

Estaréis de acuerdo que, la sociedad ha avanzado mucho más rápido que las ideologías. Sin embargo, la inteligencia, la bondad, la generosidad, la honradez, el sentido del trabajo o el sentido común no pertenecen a ninguna ideología, son de todos. Por eso deberíamos creer más en los principios y en los valores éticos que en los ideológicos.

La ideología enfrenta

Los míos son los buenos; los otros, los malos’, sin embargo la ética une.

La ideología es pertenencia; la ética da la razón a quién la tiene, no al que grita más. Es aburrido, comprobar sistemáticamente como una cosa es buena o mala, se aplaude o se critica, dependiendo de si la hacen los de “tu cuerda” o los otros. Tendría entonces que definir la ideología como conjunto de ideas o pensamientos blindados a cualquier otro.

Sinceramente creo que en los partidos de siempre suplen la falta de ideas con ideología. Por el contrario, nosotros deberemos suplir la falta de ideología con ideas. En este sentido, eso de izquierdas o derechas nos chirría un poco. El eje centro es un espacio lineal  estrecho, arcaico. Mejor movernos en un espacio de más dimensiones, donde no todo es blanco o negro, bueno o malo, derecha o izquierda, arriba o abajo. Hay infinidad de matices donde suele situarse la realidad de las cosas. 

Deberíamos alejarnos de pensamientos únicos, de dogmas, de ideas preconcebidas, de disciplinas de partido y consignas que vengan de arriba o del más allá. Hay que respetar las opiniones, los ideales y las convicciones que tenga cada cual; a la hora de abordar las cosas preferimos basarnos en lo tangible, en el conocimiento, en los hechos, en los datos y en las realidades cotidianas. No existen las verdades absolutas. 

La duda razonable, la autocrítica, el análisis y la posibilidad de equivocación y rectificación forman parte de nuestro lenguaje. Ante cada pregunta o problema buscamos respuestas, soluciones a través del debate, el sentido común, el razonamiento o la lógica, intentando huir de respuestas precocinadas.

La riqueza reside en la diversidad de individualidades, unidas simplemente por la complicidad en unos objetivos comunes: el deseo de un pueblo y urbanizaciones donde todos vivamos mejor, eso que algunos llaman el bien común. Procuro estar cerca de las personas y de sus realidades, porque comprender a las personas y la realidad del día a día es la única forma de tomar las decisiones que consideramos más adecuadas. Tengo mucho que aprender, más que aportar y mucho por trabajar.  El sujeto de la política no es el político o los partidos, es el ciudadano. 

Como conclusión debo decir que: en las Elecciones Municipales de esta primavera, votaré al partido político que favorezca, de manera más clara y concisa, la RECEPCIÓN DE LAS URBANIZACIONES de Valdemorillo. Siempre partiendo de la base de la credibilidad que haya demostrado su cabeza de lista. Espero y deseo que esta sea la pauta que sigan, todos aquellos que, como yo, llevan años oyendo incoherencias, sobre este asunto y CC de todas las formaciones.