Los votos de los indolentes, los desinformados y los confundidos nos amenazan a todos.
La mentira encubre lo que está mal o sin hacer.
Existe
una larga tradición del pensamiento político municipal que acepta que los
políticos mientan a los ciudadanos. Por suerte, actualmente la desafección
hacia la clase política se ha forjado desde la creencia de que, todos mienten y
además con impunidad. Pero, afortunadamente cada vez hay más ciudadanos que no
queremos ser engañados.
Por
supuesto que hay que esforzarse en buscar mejores líderes. Pero también hay que
mejorar la calidad de los seguidores. Ciudadanos mal informados o políticamente
apáticos los ha habido siempre. Al igual que aquellos que no saben por quién
están votando, o contra quién. Pero ahora las cosas han cambiado y los votos de
los indolentes, los desinformados y los confundidos nos amenazan a todos.
Por
otra parte, está la mentira de los políticos que prometen y no cumplen y las
consecuencias de sus mentiras son mucho mayores. También sus recursos para
mentir o, como en los buenos trucos de magia, presentar la realidad de forma
distinta a como es.
La
distracción es también una técnica para que el ciudadano desvíe la atención de
lo importante y se fije en un punto de interés alternativo que no compromete el
truco. Si sale bien, los suyos le aplauden. Por eso, el espectáculo que se
ofrece en algunos Plenos municipales es patético, imposible entender desde la lógica
cuando el supuesto principal es mejorar la vida del pueblo y de los ciudadanos.
No hay diferencias entre la mentira social y
la política. La mentira siempre persigue encubrir algo que está mal o hacer ver
que has hecho algo mejor de lo que es. Hay alguna Concejala que lleva años dedicándose
a la política que siempre se expresa desde su interés personal haciéndonos ver
que lo hace por el bien de todos en una retahíla de mentiras que simulan
verdades.
Los
políticos mienten para eludir responsabilidades o para apuntarse algún tanto
que no les corresponde. También para facilitar negociaciones y conseguir apoyos.
El problema con la mentira de los políticos es que en el fondo nos molesta que
nos tomen por idiotas. Y últimamente se lo toleramos menos.
Antes
el político era una persona respetada, ahora se les reconoce menos una estatura
moral. Respecto al castigo social a la mentira, marca una distinción: Se lo
toleramos en función del ambiente. Cuando las cosas van bien, somos más
tolerantes, cuando van mal, como ahora, tenemos menos manga ancha.
Resulta difícil entender cómo pueden existir personas que votan a otras que llevan chupando del bote muchos años, sin que esperen trato de favor. Mientras siga ocurriendo esto es difícil regenerar la vida política de este pueblo y esperar un cambio en el Ayuntamiento que suponga una mejora en su funcionamiento.
ResponderEliminarEn Valdemorillo, hay demasiada gente en las urbanizaciones que desconoce la importancia que tiene para los nacidos aquí, que tengamos un Consistorio capaz de cumplir de verdad con los intereses del pueblo. La inmensa mayoría de los que trabajan en el Ayuntamiento, fueron enchufados de alguien poderoso y jamás existió una selección que determinara la idoneidad del personal por sus conocimientos o méritos. Pregunten ustedes a Dña. Pilar, haber que les cuenta
Paloma, en este pueblo, fundamentalmente en las urbanizaciones, sabemos poco lo que votamos y a quien votamos. También desconocemos quienes están detrás de los partidos y con qué intereses, yo también me incluyo pero procurare que no suceda nuevamente.
EliminarNo es fácil poder saber los intereses partidarios, si los partidos nacionales no reparan en la persona que los representa. Tenemos un ejemplo claro, que en su momento, afortunadamente rompió con esta tradición apartando a la cabeza de lista y fue precisamente el PP. Pero los intereses son más fuertes que la ideología y apareció en otro grupo de ámbito local, creado para ese fin. Ahora está en el Gobierno con el mismo partido que tomó sabia decisión.
Este fenómeno en ámbito estatal apenas se nota, pero en el entorno local, de manera clara y más cuando se trata de familias especialmente señalas por poder económico.
Difícil eliminar del panorama político municipal a determinadas personas que llevan muchos años chupando. Ojalá esto cambio pero lo veo complicado.
EliminarEl mal político y el sinvergüenza, siempre mienten porque es la forma de compensarse así mismos; pero el político decente, el correcto, no tendría la necesidad de mentir y sin embargo también puede hacerlo para evitar alguna descalificación.
ResponderEliminarEs indudable que la mala fama que tienen los políticos, se han ido ganando a pulso durante muchos años, ahora deben volverse a ganar la confianza del pueblo comportándose correctamente, e interesandose únicamente por la concierna del pueblo y no por sus intereses.
Tengo una duda o mejor dicho un dilema.
ResponderEliminarEn Valdemorillo gobiernan personas dedicadas al bien común o personas dedicadas a su bolsillo.
Creo que lo último sería lo más acertado.
Solo ver a un Alcalde que Gobierna con el enemigo me da que pensar que Gobierna por euros.
Deberíamos reflexionar sobre la existencia de políticos o la existencia de personas aprovechadas por euros.?
Evangelio de Mateo cuenta:
"Judas se dirigió a los sumos sacerdotes y acordó entregar a Jesús a cambio de treinta monedas"
C'est la vie.
Saludos