Los partidos, quieren votantes fieles, que piensen poco.

 No buscan soluciones, si no son para mirar por sus intereses

La democracia debería ser algo sosegado para alcanzar el poder, sin embargo, la principal ocupación y preocupación  de los representantes municipales, consiste en volver a ganar nuevamente las elecciones municipales con una carga importante de intereses  personales.

Cualquier ciudadano puede entrar en política municipal, pero si lo quiere hacer de una forma práctica y efectiva, únicamente lo conseguirá a partir de su entrada en un partido, no podrá hacerlo desde su propia libertad de individuo y con sus oportunos criterios, sino desde el sometimiento a una institución cerrada y regida por dogmas incuestionables, reglas de obligado cumplimiento y un sistema de poder estricto.

Hace unos meses hablé con el máximo representante de un partido político de Madrid, como votante, sobre la incapacidad que veía en los políticos electos para hacer política municipal y acometer una realidad concreta. La contestación de este dirigente fue tajante: “Si quieres influir apúntate al partido”. En aquel momento mi respuesta fue rotunda porque consideraba que la política era mucho más que los partidos políticos: “Somos muchas las personas que hacemos política, porque creemos en nosotras y luchamos por una sociedad más justa, más igualitaria y con una ciudadanía fuerte y activa”.

El artículo 6 de la Constitución Española dice “Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política.”  Eso fue en un momento concreto de nuestra historia, pero ¿siguen siendo hoy los partidos el único instrumento para hacer política, o hemos descubierto otras maneras?  Algo está cambiando, se percibe en la calle, en las redes… Porque el poder de la ciudadanía es infinito y cada día, entre todos, mejoramos esta democracia que se nos ha quedado pequeña. La mejoramos reivindicando una nueva manera de hacer política, sin ataduras, sin préstamos, sin favores: política ciudadana por y para las personas. 

Seguimos en el camino de influir en la vida pública, y en ese camino vamos aprendiendo e innovando otras maneras de influir y presionar. La manera de hacer y entender la política está cambiando y uno de los principales cambios es que queremos mayor participación en la vida política institucional más allá del trabajo que hacen nuestros representantes. Ya no basta con que ellos hablen, prometan, incumplan, y nosotros votamos cada 4 años. Ya no. Ahora queremos y haremos que nos escuchen en todo momento y rindan cuentas porque, por encima de todo, queremos fortalecer esta frágil democracia que tenemos.

Sin embargo, los partidos grandes, se apropian de ese debate, lo frivoliza y lo trivializan hasta el extremo de vaciarlo de cualquier tipo de reflexión y contenido mínimamente serio, convirtiéndolo en una burda trifulca política entre ellos. Los asuntos que deberían ser la esencia de su intervención, son esgrimidos como excusas para la confrontación entre unos partidos y otros.

Si se trata de las Urbanizaciones, no se busca debatir sobre cómo acotar la injusticia acumulada en el tiempo, Un Debate de estas características debería ser fundamentalmente filosófico sobre los significados de las EUCC en nuestros días. Un debate sobre criterios, culturales, históricos, sociales, y hasta psicológicos, que tendrían que ser protagonizados principalmente por personas destacadas del mundo de la Universidad investigación, y del Derecho que dominen ese tema y que estén motivados por el único afán de superar los actuales déficits. Estoy teniendo algún problema con los partidos para el debate previsto para Enero sobre: las Entidades Urbanísticas de Conservación en la Comunidad de Madrid.