El efecto Dunning-Kruger, está en el fondo del problema de este gobierno de Valdemorillo
Incompetencia, es un término que indica ineficacia y tiene varias acepciones.
Cuanto menos sabemos,
más creemos saber. Es un sesgo cognitivo según el cual, las personas con menos
habilidades, capacidades y conocimientos tienden a sobrestimar esas mismas
habilidad, capacidades y conocimientos. Como resultado, suelen convertirse en
gente que opina sobre todo lo que escucha sin tener idea, pero pensando que
sabe mucho más que los demás.
Incompetencia es un
término que indica ineficacia y tiene varias acepciones. La social indica que
no tiene la capacidad o las competencias necesarias para resolver o funcionar
de manera eficiente. La expresión también es usada en economía para
indicar la incapacidad de sostenerse de manera eficaz en el mercado.
Las empresas, tienen que elegir a los mejores. Potenciar la economía empresarial es tener buenos estrategas. Pero, en política, cuando se necesitan los mejores para salir de una crisis, elegimos a los peores, a los que no tienen preparación ni mérito alguno. Un pueblo así es un milagro continuo. Creo que los ciudadanos, cansados de esta política barriobajera, algún día aplicarán el principio del ostracismo y mandarán al destierro a todos estos políticos que traicionaron la soberanía popular.
El problema es que las víctimas del
efecto Dunning-Kruger no se limitan a dar una opinión ni a sugerir sino que
intentan imponer sus ideas, como si fueran verdades absolutas, haciendo pasar a
los demás por incompetentes o completos ignorantes, cuando en realidad no es
así. Obviamente, lidiar con estas personas no es fácil porque suelen tener un
pensamiento muy rígido.
¿Qué
méritos, qué currículo, qué experiencia ha tenido Santiago para ser Alcalde? ¿Y
cuáles son los logros de la Concejala de Cultura y primera teniente alcalde?.. Ninguno.
Podría seguir analizando uno a uno a todos los que se sientan en los Plenos. No
importa que sean unos inútiles. Es el resultado de una mediocridad política.
Para ser político o política hoy el único mérito es: estar en el desempleo, ser
amigo, amiga, pareja, del Jefe, de la Jefa, méritos, ninguno. ¡Y que estos
dirijan un país! Es una ofensa a la inteligencia de los españoles.
Todos
somos los culpables de tener esta mediocridad. Somos cómplices de los desastres
y de los desaguisados que se producen. Por otra parte, estos políticos están
embebidos y por sus mentes pasan tales pensamientos o desarrollan tales
actividades que hacen de sus sueños o de sus efectos paranormales leyes que
pretenden imponer y que los ciudadanos perplejos deben cumplir. La sociedad
lleva asumiendo demasiado tiempo un sistema político que permite el gobierno de
personas cuyos méritos en realidad desconoce y, sin embargo, pone en sus manos
grandes decisiones por el mero hecho de militar bajo unas siglas concretas,
teniendo como premio competencias que, en realidad, no les corresponde. Hemos
llegado a un punto, con esta sociedad complaciente y resignada, que no se sabe
si es ella misma es la responsable de sus desgracias o somos nosotros.
Los partidos son percibidos como agencias de colocación, no como plataformas para agregar intereses ideológicos. Buena parte de los políticos actuales han pasado toda su vida en los partidos. Necesitan títulos para aparentar que son alguien porque no han hecho otra cosa y ahí es donde la titulitis cobra sentido. Otro problema son las listas cerradas. Van en contra de los méritos personales, porque un político está ahí porque le hayan votado a él sino porque han votado al partido.
En el diseño de la democracia
representativa, los partidos políticos ocupan un lugar secundario e
instrumental, siendo su principal función la de constituirse como uno de los
vehículos que facilitan al ciudadano-elector escoger a sus representantes; sin
embargo, con el desarrollo de la democracia y la creciente complejidad de las
sociedades modernas, este papel tiende a modificarse sustancialmente.
Primeramente porque, ya sea de hecho o por ley, los partidos van apropiándose
el monopolio de esa instrumentalizad y en la práctica se convierten en el único
vehículo para acceder a la representación del pueblo en los órganos del Estado.
En segundo lugar, porque los partidos prolongan en el tiempo su papel y de
instrumentos del mecanismo electoral, pasan a asumir un creciente control sobre
el ejercicio de la representación popular, sometiendo a los representantes del
pueblo a la disciplina partidaria. En la práctica, la concepción del “mandato
libre” tan cara no solo a los pioneros de la democracia, sino a muchos
exponentes contemporáneos de la sociedad civil, ha quedado anulada. Por eso rechazo la idea que, por el simple hecho de pertenecer a un partido, no puedas expresarte libremente en este blog. Incluso para poder criticar democráticamente a tu partido.
Trato de criticar la gestión de todos los partidos independientemente de su ideología:. Cada uno echa balones fuera y no se hace responsable de su gestión.
ResponderEliminar¿El humor está en riesgo o perseguido? "Mis amigos y mi familia me ha advertido de que me puede caer una demanda. ¿Si no hacemos algo así la gente creativa, quién lo va a hacer? Nos vamos a meter en un rincón del que no vamos a poder salir. Ha llegado un punto que uno no puede reírse de un político sin que tenga cuidado. Me parece muy peligroso. Nos podemos reír de todo". El desarrollador ha llegado a recibir comentarios "exagerados" donde afirman que se está riendo de "todos los muertos" de la pandemia.
Cuando una persona es un personaje público expone su imagen a que la opinión pública de Valdemorillo considere en una democracia. Si tú aceptas ser concejal de un partido que tiene una representación en el pueblo, tienes que estar dispuesto a que la gente pueda hacer una crítica de tu trabajo. No se puede agachar la cabeza porque entonces perdemos derechos, que es lo que está pasando ahora. A ver si los ciudadanos confían en la libertad de expresión y en el buen hacer del artista".
Los partidos políticos han dejado de representar a los ciudadanos; su distanciamiento y falta de credibilidad social es algo tan preocupante como urgente de resolver, y la actual sensación general de corrupción política propicia la desconfianza y la indignación, ampliando el divorcio entre los partidos y la sociedad. Muchos ciudadanos se sienten incluso secuestrados en el ejercicio de sus derechos por unas organizaciones que monopolizan el poder. Esta partidocracia limita sustantivamente el ejercicio real de la democracia, y los ciudadanos tienen poco margen en la práctica para decidir sobre la marcha de la sociedad. Se hace necesario, en definitiva, un mayor equilibrio de poder entre los partidos políticos y la sociedad.
EliminarSegún el Barómetro del CIS la corrupción es el segundo motivo de preocupación de los españoles, y los políticos y los partidos alcanzan asimismo una destacada cuarta posición en el ranking, y con una clara tendencia al alza. Por otra parte, en el último Índice de Percepción de la Corrupción publicado por Transparencia Internacional, España ha sido el segundo país del mundo que más ha empeorado en su valoración relativa a la corrupción.
También en la última Encuesta Social Europea, los ciudadanos españoles reprueban claramente tanto a los partidos como a los propios políticos, calificándoles a ambos con la valoración más baja entre todas las instituciones: 1,9 sobre 10. Y en el último Barómetro Global de la Corrupción, publicado por Transparencia Internacional, los partidos políticos obtienen en nuestro país la peor puntuación de todas las instituciones evaluadas, con una calificación de 4,4 sobre 5 (siendo 5 el máximo de corrupción).
El mismo Consejo de Europa, a través del último informe del GRECO, ha sacado los colores a los partidos españoles en cuanto a su manifiestamente mejorable transparencia financiera. Además, nos hemos enterado ahora los ciudadanos, por el último informe del Tribunal de Cuentas, de que una buena parte de los partidos políticos españoles se encuentran desde hace años en situación de quiebra técnica, o lo que es lo mismo, tienen un patrimonio neto negativo, por haber ido gastando bastante más de lo que tenían.
No se que solución tiene la degradación de la política y el desprestigio de los políticos, a lo que había que añadir el conformismo de gran parte de la ciudadanía o lo que es peor pasar olímpicamente de todo lo referente a ello, con el consiguiente deterioro para la democracia. Podemos comprobarlo si nos fijamos en la creciente abstención que se viene produciendo elección tras elección.
ResponderEliminarAcaban votando solamente los fieles a cada partido, esta actitud es más frecuente en pequeños municipios, especialmente en aquellos pueblos donde la vida pública está dominada por clanes o familias poderosas, como es el caso de Valdemorillo. La esperanza de cambio es remota, y si a eso hay que añadir que cualquiera sin ninguna formación ni preparación puede apuntarse a unas listas, salir elegido y ocupar una concejalía de mucha responsabilidad, cargo que le vendrá grande y lo único que hará es demostrar su incompetencia.
Todos los trabajo exige unos conocimientos y una preparación ¿Por qué a los políticos no se les reclama una preparación acorde con el cometido que se les asigna?
Un poquito de por favor, ¿No habéis oído nunca esta frase?
ResponderEliminarLA ESPERANZA ES LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE
Es digna de ser enmarcada, la pronunció nuestro buen Gustavo, Secretario del Ayuntamiento de Valdemorillo, en el último pleno. ¿Os estáis quejando de vicio o qué?
Pasadlo bien. Andrés
Pues si lo dice Gustavo, AMEN.
ResponderEliminarHay que recordar que según palabras de una funcionaría habilitada de carácter nacional, este grupo de funcionarios está ahí para garantizar la legalidad de los hechos y actos realizados por los políticos.
Por tanto tenemos el antídoto frente a las irregularidades y supuestas ilegalidades de los políticos y resto de empleados públicos.
Hombres de poca fe. Esperemos a que el antídoto haga efecto.