Estamos con tiempo para decidir

 A quienes elegimos, en las próximas elecciones locales de mayo del 2023.

Las municipales coincidirán con las autonómicas de las comunidades no históricas. ¿Serán una feria de promesas como fueron las anteriores?  o un certamen abierto, para que los ciudadanos, de este pueblo, escojan libremente a quienes mejor representen sus intereses. Tenemos tiempo para pensarlo.

Lo que sería imperdonable para los habitantes de todas las urbanizaciones que constituimos “Mayoría Absoluta, llegáramos a ellas, como de costumbre, con los ojos cerrados para desaprovechar la oportunidad de hacer de estas las primeras de la reconstrucción que Valdemorillo viene demorando desde hace muchos años.

Asumiendo que el engranaje de la mecánica electoral para recibir y contar los votos funciona con eficiencia y limpieza, todavía hace falta preparar al ciudadano para elegir en conciencia, sin desperdiciar el mayor poder que tienen los electores: el voto.

Desde luego, las  listas abiertas acabarían con estos excesos de corrupción, poniendo en práctica un cambio en la Ley Electoral que el ciudadano pide con reiteración. Las cerradas son fantasmas de un pasado donde los “representantes” tienen las manos atadas a lo que dicta su partido. Ningún “candidato” se ha presentado para hacer campaña individualmente. Son nombrados, “comprados y vendidos en el mercado”, con la condición de que siempre votan al partido, sin posibilidad de independencia ni “rebeldía” fundamentada.

Con esta mayoría se podrían "normalizar" las urbanizaciones el próximo Pleno 

Las listas abiertas supondría más presencia en las redes sociales y en la calle. Que cualquier concejal conociendo la realidad de la calle, opine en el Pleno con conocimiento de causa, sin seguir “borregamente” las directrices emanadas de su grupo en cada momento. Además de esta manera conoceríamos la verdadera tendencia ideológica de cada concejal y nos llevaríamos más de una sorpresa.  

Haciendo el trabajo ahora llegaríamos a la próxima primavera con mayores elementos de juicio para el voto en conciencia, y el análisis previo de los méritos y capacidades de los aspirantes aumentará el interés por seguir su trabajo desde el comienzo del período. Habrá también ocasión de valorar el comportamiento de los partidos, enfocando la luz de la opinión sobre los temas fundamentales de política con respecto a las urbanizaciones. Y los ciudadanos que vivimos en ellas podremos conocer cuáles han sido los efectos de la de nuestra actuación en ese terreno y si los concejales con pocos votos deben continuar en la siguiente convocatoria

Lo que debemos saber es, que también votamos para castigar al partido nos decepcionó, nos engañó. ¿Deberíamos votar por alguien dudoso solo para castigar a otros? No, terminaremos castigando de nuevo al pueblo, ya que la conciencia formada nos lleva a que nuestros actos se hagan con pleno conocimiento y pleno consentimiento de la voluntad. Lo cual es más fácil de decir que de hacer.

Nuestra tarea como ciudadanos debería ser tratar de encontrar la verdad, el auténtico interés de los concejales y  partidos para frenar el envejecimiento de las urbanizaciones. Y, además, discernir si estamos votando bajo la influencia de sentimientos de enojo, simpatía, ira o algún otro que nos esté nublando nuestro buen juicio. Hay que empezar desde ahora. Al final, no nos dará materialmente el tiempo para una buena decisión.

Necesitamos todos ser los mejores ciudadanos. Y que nuestros conciudadanos también lo sean. Hagamos del 2023 una fiesta de la democracia y un ejemplo de votación consciente.