La política Municipal es un “diálogo para besugos
Nadie dice lo que piensa;…. Algunos, no
piensan lo que dicen.
Ninguno
de los concejales que se sentaron en el Pleno del pasado jueves 18 accedió a su
cargo por oposición, en la que hubieran de mostrar sus habilidades sobre el
arte de hablar sin decir nada. Lo sospecho a la vista del lenguaje utilizado:
cada vez más frases hechas, latiguillos y vacuidades.
No hay que perderse la
media hora final del Pleno, es de apoteosis y para entenderlo mejor hay que
hacer mención especial al “Concejal Manolo”, perdón no sé cuál es su
adscripción política, tampoco conozco de donde salió, Lo cierto es que sus
alocuciones constituyen un atentado al sentido común. En general, quienes no
tienen nada que decir invierten el mayor tiempo posible en no decir nada.
¿Verdad Secretario Municipal… y Dña. Rosalía?
Nos hemos metido en el laberinto
de la verdad tamizada, de la realidad explicada con perspectiva de futuro
(luego esquivable en el presente), de la opinión maquillada y desteñida, que
lleva a la coronación de una nueva hipocresía extendida a cierto “borreguísimo”
se le llama "cerrar filas", y estos que cierran filas y buscan una
permanente justificación laudatoria de todas las cesiones y concesiones que el
Gobierno municipal hace para mantener el equilibrio inestable en que se
encuentra (véase ese maridaje contra
natura del gobierno de D. Santiago, con Manolo y Pilar). A la
autocrítica se le empieza a ver como deserción.
En esta
categoría encontramos a aquellos que han hecho de este arte una profesión. El
solo hecho de ver un micrófono les despierta un reflejo coercitivo que los hace
platicar; no importa el tema; no importa que no sepan nada acerca del Pleno o
no tengan nada que aportar; nada importa; juntarán varias palabras, impostarán
la voz y dejarán salir frases sin contenido y opiniones dogmáticas en un alarde
y suficiencia. Como Dña. Pilar, que; no
buscan abrir un debate prefiere terminarlo ella sola.
Como las respuestas, que se les dan a la oposición o a los vecinos presentes; Son de una simpleza que me hace mirarlos con cierta benevolencia ya que permanecen en estado inactivo la mayor parte del Pleno, y cuando salen de su letargo nos regalan alguna frase o comentario que no tiene nada que ver con la pregunta. Hablan de cualquier cosa como queriéndose escapar de un mensaje frustrado.
Nuevamente el Pleno del
jueves pasado me recuerda unas frases de Matías Guiu, del antiguo DDT,
escribía: “La política es, a veces, como un “diálogo para besugos”. Nadie
dice lo que piensa; Algunos, no piensan lo que dicen; aquellos, piensan y no
dicen; éstos, nadie sabe lo que piensan; de los de más allá una piensa que
piensan, pero ellos no piensan que uno piensa”.
Sr Alcalde, Siempre, decir lo que se piensa, se paga. Aunque puede que tal vez no,
que la democracia sea una verdad más valiosa de lo que creemos y decir lo que
se piensa sea respetado y aplaudido.
A raiz, del show del Canal de Isabel II de ayer:
ResponderEliminarPara endeudarnos no necesitamos una corporación, necesitamos políticos con inventiva que busquen soluciones inteligentes que beneficien a los ciudadanos, esto lo hace cualquiera, ese es el trabajo de un político que de verdad quiere ayudar a sus votantes.
O, no hay circo sin pan. Por eso los romanos daban pan y circo.
EliminarEfectivamente, cómo es posible qué un personaje que se sienta en el pleno, no sea consciente qué puede estar viendo cientos de personas y le sorprendan haciendo el ridículo.
ResponderEliminarTener los plenos grabados es magnífico para aquellos que no pueden asistir, pero una pega importante para los protagonistas de esos plenos que no son conscientes el ridículo te pueden estar haciendo ante la opinión pública de cualquier lugar del mundo que conozca el castellano.
Es curioso si analizan las preguntas que quedan sin respuesta, no se podría entender que el protagonista de la pregunta, no reclame nuevamente la intervención de una respuesta que coincida con su pregunta. Preguntas por A y te contestan con Z, sin tener muchas veces nada que ver la pregunta con la respuesta. Lo que parece insultante, es que el preguntante no reclame la mente una respuesta ajustada a su pregunta.
Lo que importa ahora mismo en Valdemorillo son los brazos de madera y el concejal Manolo es un claro ejemplo de esto... mientras le paguen vota lo que digan y entre sueldo y sueldo lanza unos exabruptos vengan o no a cuento. Lo que importa son los 35 millones del CYII y lo que cuelgue... que hay para todos.
ResponderEliminar