DABA TRABAJO AL PUEBLO.
La suspensión de la fábrica de cerámica en el siglo pasado en Valdemorillo, supuso la pérdida de puestos de trabajo de muchas familias, por el cierre de la industria de loza fina instalada en la primera mitad del siglo XIX.
Sin embargo, el pueblo de Talavera de la Reina que disponía igualmente de materia prima ha continuado con la industria alfarera hasta nuestros días. En la en la actualidad es una visita obligada para conocer las instalaciones industriales y turismo para realizar compras de cerámica artística.
La fábrica de Valdemorillo fue creada como alternativa industrial dentro del conjunto de manufacturas que en ese periodo florecieron en España y como respuesta a la demanda burguesa de servicios de mesa y muy diverso tipo de piezas decorativas, en imitación de las porcelanas. Teniendo en cuenta que el municipio poseía ricas canteras de piedra caliza y minas de caolín y arcilla refractaria. Estos depósitos minerales permitieron, la creación de un tipo de industria que, a pesar del plástico, todavía tiene una importancia de consumo en Europa.
A mediados del siglo XIX, el pueblo se reanima y se incorpora a la sociedad industrial con la apertura de la fábrica de loza, gracias al descubrimiento de un yacimiento de caolín. Sin embargo, la fábrica se vio obligada a cerrar ante el por las dificultades de transporte, ya que este se tenía que hacer por carretera seguramente en cestones arrastrados por carretas o conducidos a lomos de caballería, al menos hasta El Escorial. Con la compra de la fábrica en 1.915 por Juan Giralt, la actividad vuelve a Valdemorillo aumentada con la fabricación de vidrio, porcelana dura para laboratorio y aislantes eléctricos; construyéndose dos nuevas chimeneas. Con los bombardeos de la batalla de Brunete en 1.937, la fábrica fue destruida quedando en pie los hornos conocidos como Las Tres Chimeneas.
En nuestro país, la producción cerámica está documentada desde época romana, presenta unas tipologías ampliamente recreadas y unos motivos específicos agrupados en series, una paleta de colores propia y, a pesar de la incorporación de innovaciones, ha mantenido el proceso artesanal de producción cerámica y su personalidad.
La relación de los valdemorillenses con la cerámica trasciende a la búsqueda de un modo de vida y su lenguaje adoptó una rica terminología que les diferenció. Con un lenguaje que es un rico patrimonio inmaterial que dota de personalidad a la población, donde se recuerdan los nombres de: Alfareros, Alfares, Artesanos o Torneros, junto al de ceramistas.
El esplendor construcción en Valdemorillo, debió suponer no solo la venta de materiales de construcción y ladrillos de todas las formas. También, la fabricación de ladrillos como podría ser su tradición, que se obtienen, también como la cerámica, por transformaciones de la arcilla mediante el calor, moldeándose previamente las piezas gracias a la plasticidad que adquieren las pastas arcillosas con cierto contenido de agua.
Como todo el mundo conoce, el ladrillo es uno de los materiales más antiguos que se utilizan tanto en países en vías de desarrollo como desarrollados. Y sus aplicaciones son numerosas gracias a su propiedades de ligereza, porosidad y buen aislamiento térmico, buena resistencia a compresión y tracción y perfecta adherencia a morteros, inalterabilidad a agentes atmosféricos y durabilidad.
Como anécdota personal, debo contar que, al principio de los ochenta, tuve ocasión de comprar una vajilla completa de gres, muy moderna por aquel entonces, en ASO. El gres es una pasta cerámica, formada por arcillas, sílice y feldespato que cocido adquiere estructura vítrea. Pues bien, esta vajilla la mantengo integra como el primer día después del paso de los años.
Este pueblo dejó escapar esta oportunidad no pudo y no supo ayudar a los empresarios cerámicos para fomentar la fabricación de ladrilleros en la época de auge de la construcción, años 70 y 80. La existencia de materia prima existía y los problemas de comunicación habían desaparecido.
ResponderEliminarSolamente con la industria de construcción de la zona podría haber conseguido muchos necesarios puestos de trabajo.
Los terrenos que ocupaban podían servir a la especulación. Como tal tenían más valor que la renta empresarial de ese negocio.
ResponderEliminarAún no tenemos claro las permutas de los terrenos de Giral Laporta. Alguien debería explicarlo.
Lo de del Ismael lo tenemos un poco más claro, pero también requeriría una explicación de cómo la operación Malaya afectó a Valdemorillo.
Valdemorillo ,sigue teniendo un suelo arcilloso que se podía haber seguido utilizando durante mucho tiempo y que había servido para suministrar ladrillo a las miles de viviendas unifamiliares construidas en este pueblo a partir de los años 60.
ResponderEliminarPero la especulación del suelo hizo más rentable el solar que la fábrica y desaparecieron ladrilleras, fábrica de cerámica cómo AsO.
Después vinieron una una serie de alcaldes y alcaldesas que lo único que pretendieron jo velar por sus intereses personales en vez preocuparse las verdaderas necesidades del pueblo de Valdemorillo.
Las urbanizaciones crecieron y crecieron pero este crecimiento sí arriel hizo almargen de los intereses del pueblo. Los habitantes de las urbanizaciones no se sentían integrados la vida de Valdemorillo. Y el pueblo de Valdemorillo veía a las urbanizaciones, común gente diferente y ajena que venía de Madrid con ningún interés de quedarse a vivir en Valdemorillo.