TIENEN RAZÓN... CUÍDATE DE ELLA Y TRATA DE CONOCER LO MÁXIMO POSIBLE.... ¡Y SI NO SABES...ESCUCHA!
Os tapais los ojos para vivir instalados
cómodamente, ciegos de todo conocimiento del pasado, de esa manera parece que os mantiene a salvo del malestar. Vivir en la ignorancia os hace fuertes en vuestro acomodo político, pero desgraciadamente no nos evita la realidad de
dónde estamos y a dónde vamos.
Recientemente la Fiscalía ha anunciado la apertura de una investigación al Rey Emérito Juan Carlos I. Al final todo se sabe y los efectos pueden llegar a ser imprevisibles. Lo que no debe ocurrir es que determinadas personas queden al margen de cualquier investigación.
No cabe la menor duda que la honorabilidad tiene la suficiente fuerza moral como para mantener cualquier institución: la monarquía, lo mismo que el gobierno de la Nación o cualquier Ayuntamiento, es intelectualmente indefendible lo mismo ocurre con el Rey, Reina, Alcalde, Alcaldesa o Presidente o Presidenta… Por eso hablamos de su utilidad. Y esa utilidad pasa por su intocabilidad.
Felipe VI lo sabe. Por eso ha virado la fragata de su reinado, lo mismo debe hacer cualquier estamento de poder. Nadie debe estar exento de responder por sus actuaciones durante el tiempo que ocupo niveles de responsabilidad. Nadie absolutamente, puede ser más que nadie a la hora de tener que responder ante la justicia de los hombres, y en ese nadie incluyo: Rey, Reina, Alcalde, Alcaldesa o Presidente o Presidenta…
DEL REY ABAJO NINGUNO.
Antes de seguir desarrollando mi escrito, como en otras veces, debo utilizar la honorabilidad como argumento principal, y en esta ocasión recurro a un clásico de la literatura: Del rey abajo ninguno de Rojas Zorrilla, un drama sobre el honor. en aquel momento para un caballero, como ahora, el honor de la esposa era importante. Puede que allí en su siglo, el control de la fémina fuera decisivo. Ahora también el “engaño” reposa sobre cuentas oscuras no aclaras.
No obstante, hay que suscribir su rótulo: Del rey abajo, ninguno. En su argumentario: un noble español, vive disfrazado de pastor en el campo. Su honor queda manchado cuando un noble, Don Mendo, trata de “trajinarse” a su esposa. El marido, creyendo que es el rey, no se atreve a vengar su afrenta, ya que reconoce que su honor es inferior al rey mismo y necesita disfrazarse de rabadán
Únicamente la ejemplaridad y la honorabilidad tiene la suficiente fuerza moral como para mantener cualquier institución. La monarquía es intelectualmente indefendible. Por eso hablamos de su utilidad. Y esa utilidad pasa por ser intachable. Yo entiendo que cualquiera que no quiera ser cómplice de nada deberia hacer lo mismo
Del rey abajo, ninguno. Porque si el Rey sabe que hay cosas que ya no son posibles, ustedes Sres. y Sras. Concejales de Valdemorillo están ya tardos para darse cuenta. Porque el día que los ciudadanos aprendamos a decir basta, los políticos deben marcharse.
LA IGNORANCIA ES OSADA
Sinceramente, me parece lamentable que por incapacidad para investigar la verdad se tenga que hacer un doctorado. Hay algún concejal en el gobierno y en la oposición que este asunto les molesta, cuando la mejor manera de prosperar en este pueblo pasa necesariamente por ser transparentes y saber dar la cara.
Es posible que todo este correcto, pero hay que estar al corriente sin cerrar la cuestión y no esperar que algún foráneo, por casualidad, sea capaz de dejar a este gobierno y a los anteriores con la boca abierta para ser acusados de complicidad.
Evidentemente, si un concejal sabe que ha sido concejal no por su valía sino por otro asunto que levantaría las vergüenzas de cualquier ciudadano honrado, el tema de la transparencia o la investigación le provocará todas las alergias habidas y por haber.
ResponderEliminarEl alcalde que tenemos viene con una rémora pesada.
La estructura democrática de la sociedad española no se encuentra preparada para afrontar una INVESTIGACIÓN CON LUZ Y TAQUÍGRAFOS. Pero el asunto de Valdemorillo puede saltar en cualquier momento, como saltaron otros temas. Entonces todos los políticos se culparán los unos a los otros para evitar males mayores.
EliminarEl pueblo de Valdemorillo permanece ignorante a casi todo por tradición, y de lo público lo único que interesa, a algunos, es la sanidad, la enseñanza y el morbo o chismorreo; lo demás pertenece a los políticos a los que se vota por asentimiento.
Yo también empiezo a sentirme desilusionado con el panorama. Esperemos y demos tiempo al tiempo.
Sutil artículo, escrito para ser entendido por cualquier político inteligente. Desgraciadamente alguno no se habrá enterado de todo aquello que está diciendo Profesor.
ResponderEliminarCuando todo el mundo tiene algo que ocultar, cualquier paso hacia la transparencia resulta baldío y efectivamente es el pueblo el que debe poner en un brete al gobierno municipal. Ya no vivimos en el Siglo de Oro y nuestra sociedad es capaz de generar un coronavirus cualquiera.
Tenemos más moral que el Alcoyano, que perdía quince a cero en el último minuto y quería ganar.
ResponderEliminarRecuerdo una canción de hace muchos años, decía así:
Siempre me dices lo mismo,
siempre me dices igual,
muchas cosas cariñosas,
pero nunca te quieres casar.
En este asunto que nos preocupa y nos ocupa, quizás demasiado, ya no estoy seguro de nada, quizás debiéramos cambiar la última palabra, en vez de casar, podríamos poner: despertar, actuar, dar puñetazos encima de la mesa, despedir a "Pele y Mala Manta", reaccionar...Yo que sé, cualquier cosa menos darnos una larga cambiada.
Creo que ya me he pasado tres pueblos, pero, ¿Qué más da? En esta España nuestra, Otegui y sus defensores acabaran con todo y con todos, si no lo hace antes ese virus coronado. Coronado tenía que ser, ni que lo hubieran bautizado los “hombres de paz” que nos gobiernan.
No hagáis caso de estas paridas, cuidaros y no os olvidéis de pasarlo bien, mientras podáis. Andrés
He vivido varios años en un pueblo del Midi Francés cerca de Aviñón en donde, pude darme perfecta cuenta que el sentido democrático de la gente del pueblo influye de manera decisiva en la propia gestión del municipio.
ResponderEliminarLas actividades culturales partían del interés del pueblo que participaba de manera directa en su gestión.
Para que esto fuera posible hay que partir de la transparencia y no tener miedo en que cualquier ciudadano pueda inmiscuirse en los asuntos que nos afectan a todos. Si un concejal no sabía hacer bien su trabajo no existía problema era sustituido por otro más capacitado de la lista electoral y no pasaba nada ya que los políticos además de hacer política tenían su trabajo
Pues igual que en Valdorillo. Aquí todos tienen solucionada su vida fuera de la administración. ¿Alguien lo duda?
ResponderEliminarCon satisfacción es recibido el nuevo comentario de Jesús
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