Correos Valdemorillo también funciona mal.

 

Tenemos en las urbanizaciones un servicio deficiente de mensajería.

Esta experiencia, la he  comprobado recientemente con un documento que no llegaba a mi domicilio por estar traspapelada en la oficina de correos. El enfado generalizado de los vecinos, lo evidencie en las personas que concurrían en una larga cola que  desde correos llegaba hasta la plaza del Ayuntamiento.

En 2001 Correos fue apartada de la Administración pública y convertida en Sociedad Anónima Mercantil, técnica y legalmente empresa privada con un aumento exponencial del número de trabajadores eventuales. El trabajador precario es, por lo general débil, al cual se puede presionar, coaccionar y al que de hecho se constriñe recortando sus derechos.

Que los repartos sean deficientes y en muchas ocasiones confundidos puede tener su origen en una falta de profesionalidad o en una situación de trabajo precario, con deficiencias tan básicas como no darte ropa de trabajo, negarte el disfrutar días de asuntos propios o vacaciones, así como la amenaza de una Evaluación negativa que supone el despido y expulsión de la bolsa de trabajo. ¿Y qué necesita una empresa privada? Pues precisamente una plantilla de estas características para vulnerar derechos y así obtener la mayor rentabilidad por trabajador, plusvalías empresariales.

Pero al final la realidad se traduce lamentablemente en que la ciudadanía padece todas estas consecuencias directamente. Por esta misma razón, algún representante político municipal deberia haber actuado para llevar al conocimiento, de la dirección de la todavía empresa pública, toda la problemática en la correcta gestión de un servicio. Esta mediación deberia servir para que los ciudadanos estuviéramos mejor tratados.

Lo que no cabe duda es que actualmente Correos es hoy una empresa pública inmersa en un enorme proceso de transformación y modernización, consciente de que los tiempos cambian y de que su tradicional actividad de reparto de cartas tiene cada día menos sentido. Por eso precisamente, la compañía y las decenas de miles de hombres y mujeres que la forman, han decidido competir con los gigantes de la logística y el reparto de paquetería. Desde la dirección de la empresa pública se ha impulsado un proceso de internacionalización. El impulso de la TIC y la modernización integral del negocio, conseguirán en pocos años que esa cornamusa entrañable siga siendo un símbolo de prestigio, que acompañe a los hogares y empresas del siglo XXI. Con su acción con motivo del orgullo, Correos ha demostrado que está más viva que nunca y tiene un gran futuro.