Nunca la política municipal en Valdemorillo deberia ser un ganapán para tantos. A costa del contribuyente.

No es lo mismo gobernar que hacer política.

Quien gobierna, ejerce el oficio del consenso entre sus adversarios; quien hace política, trata de una manera o de otra, de salirse con la suya incluso mintiendo. Quien gobierna reconoce la necesidad y la importancia de contar con buenos adversarios y la crítica constructiva; para quien hace política la oposición y los críticos son un estorbo.

Los buenos gobernantes, por lo general, son buenos políticos; los que se auto creen buenos políticos no siempre son capaces de ejercer un buen gobierno. Es natural, de alguna manera: el buen gobernante trata de entender la problemática actual de su pueblo para ofrecer soluciones concretas, mientras que el “político” (ese o esa que está en la política por su interés), procura salvaguardar sus propios beneficios en un puesto que permita beneficiarse de sus prerrogativas.

Generalmente estos políticos, no buscan ideología, les da lo mismo un partido que otro, solamente escudriñan seguir residiendo. Desde luego entiendo que esta opinión es subjetiva, pero están extendida como sentencia pública que se objetiviza por si sola. También soy consciente que mi dictamen no es compartido por los “llamados políticos de Valdemorillo”, pero mi libre expresión determina lo que pienso y conmigo una parte importante de la opinión popular del pueblo.

La crítica es necesaria, imprescindible para que los gobernantes sepan tomar conciencia del sentir de sus gobernados, pero se percibe a la política en la teoría y en la praxis bastante disminuida, “expropiada” o desdibujada como mecanismo e instancia para generar grandes cambios, reformas estructurales o políticas, al menos en un sentido de lograr mayores niveles de inclusión e integración. La crítica sobre cosas intemporales o abstractas, no son debidamente percibidas por la población, pues esta se mueve en una esfera poco curtida, propia y de interés del sector intelectual afín a cogitaciones principalmente filosóficas.

Sería muy largo y pretencioso hacer una genealogía que diera cuenta del cómo se ha ido configurando el ciudadano-votante, en las últimas décadas. predomina un tipo de individualismo (atomizado) escasamente sociabilizado y sensibilizado, en cuanto a pensar una nuevo Valdemorillo y la realidad que nos rodea. Por de pronto, se evidencia un predominio del conservadurismo y el familiarísimo político, no tan sólo en un plano institucional (formal), sino también en un plano subjetivo. Pero lo más lamentable es que la crítica política se confunde a veces con la condición más personal con sus características humanas. Un número no despreciable de ciudadanos amparándose en el anonimato realizan comentarios en redes sociales o corrillos de vecinos, que nada tienen que ver con la responsabilidad en la gestión política. Cuando un político no funciona su responsabilidad política y su salario podrían quedar amortizados, en beneficio de todos, con el personal administrativo o técnico, Pero no hay necesidad de descalificarlo como persona, señalando que es feo o guapa, es hijo/a de…o su, y lo que es peor, sacando “trapos sucios” no fundamentados.

No conozco demasiado a los/las Concejales/las que actualmente están desempeñando alguna tarea concreta en el gobierno municipal, pero alguna concejalía podría ser amortizada sin perturbación alguna para la marcha del Consistorio y nos saldría más barato. Alguna dedicación completa deberia ser de unas horas semanales dejando a los trabajadores y funcionarios que sigan haciendo su trabajo. Cultura, funcionaría mejor llevando la gestión externa el Sr. Alcalde, y la interna las personas que llevan años desempeñando esta tarea de manera correcta. La presencia de un político en esta área no parece necesaria a no ser que se trate de alguien con proyección cultural y conocida, que posibilite la presencia en Valdemorillo de personas destacadas del mundo del conocimiento y la cultura. Estoy plenamente convencido que esta concejalía, según esta ahora, podría quedar plenamente amortizada.

Un gestor político debe saber bien cuál es su obligación, Gobernar no es fácil; “hacer política” es más cómodo, promueve la demagogia y facilita que los anteriores responsables, ahora como concejales, puedan regodearse, (no tienen más que seguir por You Tube un Pleno cualquiera). Todo no debe valer para mantener el cetro o para manifestar presencia haciendo el ridículo. Lo difícil es administrar lo público en su perspectiva general y verdaderamente política. El patrimonio del Ayuntamiento ha sido utilizado para oscuros intereses que aún se aclararon suficientemente.

A MODO DE CONCLUSIÓN FINAL, deberia nuevamente insistir que la única persona política con dedicación plena deberia ser el Sr. Alcalde. El resto de los políticos deberían ejercer como referentes, dejando a los funcionarios que ejerzan sus responsabilidades administrativas solos. Eso sí encargándose únicamente que las preguntas y recursos que plantean los vecinos no caigan en el saco del secretario únicamente. Actualmente estos recursos, preguntas…etc., pueden obtener respuesta cuando ya no sirvan para su objetivo.