LA CASTA POLÍTICA SE HA CONVERTIDO EN

VENDEDORES DE HUMO

Cuando por forma o contenido, no se está éticamente capacitado para expresar su tesis se dice “argumento ad hominem”. Por eso antes de comenzar este artículo, para desahogarme: denuncio al mal político, aquel que, reconociendo, su incapacidad de servicio al pueblo, no dimite.

Por lo general, salvo alguna excepción, los políticos hacen lo que quieren pasando olímpicamente del pueblo. La democracia debe estar en los que participan y hacen participes a los demás, en los que tienen libertad a elegir, pero…nadie elige nada y no hay más que juegos de manos que no engañan a nadie, como el asunto de los parques y jardines como última entrega, o el tema sin investigar sobre la posible compra de votos.

Estoy ahíto de los partidos políticos en general de sus líderes en particular; harto de su inoperancia, de las peleas de sus dirigentes que parecen tener una crisis existencial con un comportamiento incomprensible, tirando por la borda la confianza de la ciudadanía. Ninguno manifiesta en sus expresiones públicas la mínima preocupación por ese estado de cosas. 

Van a lo suyo y lo que la ciudadanía pueda pensar de ellos les es  ajeno y distante. Sólo les preocupa infligir un golpe al rival político. Porque ninguno da la talla para maniobras de altura y, a lo más, sirven para el regate en corto. Y porque las ideas se han alejado de la política. de nuevos fenómenos y tendencias económicas y sociales, a los que los partidos, los de antes y los más recientes, no saben qué decir. Eso en el supuesto de que los hayan percibido. No hay más que asomarse a cualquier Pleno Municipal para percatarse de que resulta imposible entender como las preguntas al gobierno pueden ser contestadas al margen del conocimiento ciudadano. Casi el 50% de las cuestiones que se formulan quedan sin respuesta, ¿demuestran que son consultas sin interés que no la necesitan?

Algunos concejales, están en campaña electoral permanente ofreciendo humo. Además, el concepto político que se tienen entre concejales es malo ofreciendo al espectador una imagen distorsionada de una realidad objetiva de la gestión de algunos temas importantes como el asunto de urbanizaciones que parece paralizado por no saber cómo abordarse. En los Plenos aparecen comunicados sin contenido y pullas de colegio destinadas a tocar las narices. No hay dinero para los asuntos puramente sociales, pero sí que hay para incompetentes. Mientras que la impericia sea la norma, la realidad se encargará de machacarla, maltratarla … para que nada sea como es debido.

Solo les oigo hablar mal a unos de los otros y lo que me dan a entender es que no hay nadie j que sea bueno para la política. lo único que quieren es seguir mangoneando y cobrando unos sueldos que son muy superiores a los trabajos que desempeñan. La solución sería no ir a votar, pero no solo unos cuantos, sino todos, y mandarlos a sus casas para que cobren el salario mínimo, cojan contratos de un día o se vayan al paro.

Sí preguntas a cualquier concejal por su trabajo, te dirá que tiene muchísimo que no para de afanar, pero con los resultados te das cuenta de una realidad que demuestra su insolvencia o falta de preparación y competencia para gestionar. Eso explica plenamente que a pesar de los comentarios de compra de votos que circularon por el pueblo, ningún partido hasta ahora, ha sido capaz de investigarlo para ver si procedía denunciarlo; eso sí que es un trabajo. Si los políticos fueran honestos de verdad mejor nos iría, aquí no dimite nadie"

Lo que nos está ocurriendo en Valdemorillo es el efecto llamado Dunning-Kruger: individuos que se hacen llamar políticos, con escasa habilidad y conocimientos, y que sufren de un sentimiento de superioridad, considerándose más inteligentes que otras personas más preparadas, midiendo incorrectamente su capacidad por encima de lo real. ¿No les suena de algo? Estos insufribles negociadores son incapaces de reconocer su propia ineptitud y extrema insuficiencia, sobreestimando sus habilidades. La casta política se ha convertido en un caldo de cultivo para la proliferación de vendedores de humo, a falta de valores. El sentido común, patriótico y formación académica, se van forjando en las telarañas de sus partidos, trepando hasta ir alcanzado el objetivo. Cualquiera vale; así nos va. Porque lo que prima para llegar a lo más alto en política es la propia incompetencia del incompetente fiel. Les falta de todo, pero les sobra cara dura, ambición y arrogancia.