Sr. Alcalde, tiene usted una dura tarea por delante.
Debe buscar el apoyo de sus vecinos.
Siguiendo
con el mismo asunto que ha suscitado este articulo me he tropezado nuevamente
con una realidad a la que me he referido en múltiples ocasiones: El número de
personas que trabajan en el Ayuntamiento es excesiva para la población de
Valdemorillo, y funciona regular. Parece necesario por interés de todos auditar
y regularizar la función pública municipal de Valdemorillo de manera que el
contribuyente encuentre en el Ayuntamiento la solución no el problema. Los
expedientes se eternizan, las preguntas de los ciudadanos o no son respondidas
o se hacen de forma extemporánea. Hay mucho contratado digitalmente y poco
funcionario de verdad. El pueblo ve que hay demasiados trabajadores municipales
deambulando por el pueblo pasado el mediodía (por favor tomen esta critica con
sentido constructivo).
Hoy jueves 13 de febrero
He visto en la necesidad de acercarme
al Consistorio a fin de conocer de primera mano todos los asuntos que he tratado
en “Valdemorillo Despierta” durante
los últimos meses. No he tenido dificultad alguna para ser recibido por el Alcalde
y no ha puesto inconveniente para dar su versión.
Es
justo y necesario, hacer especial mención, que nuestro Edil ha sabido responder a todas y cada una de
las preguntas que he formulado sin poner traba a ninguna. Como consecuencia
de ello, le he preguntado: ¿por qué no utiliza los medios de prensa municipales
para informar a la opinión publica de Valdemorillo? Yo no tendría inconveniente
alguno en canalizar el blog y mi trabajo al servicio de la Ley de Transparencia municipal.
EL DERECHO A LA
INFORMACIÓN es esencial para la democracia, porque
facilita el ejercicio activo de la ciudadanía, contribuye a una gestión municipal
transparente, confiable y responsable y robustece el debate sobre lo público.
Es decir, fortalece la democracia
representativa y participativa y mejora la gobernabilidad. No obstante,
a pesar de estar consagrado en varias disposiciones legales y constitucionales
de nuestro país y en convenciones internacionales, se desconoce, y en ocasiones
se viola. En algunos casos, porque los ciudadanos o los funcionarios públicos
ignoran sus alcances e implicaciones. Pero también porque con frecuencia la información pública es utilizada como
si fuera de propiedad del funcionario de turno y no un bien, que como su nombre
lo indica, es público. O porque es manejada como una especie de
mercancía de uso privilegiado por parte de particulares para favorecer sus
propios intereses o los de otros sectores poderosos.
Porque
la información es una fuente potencial
de poder para quienes tienen o han tenido acceso a ella, y para las
personas que por acción u omisión pueden negársela a otros. Por estas razones,
frecuentemente se la asocia con la conspiración, el conflicto de intereses, la
“puerta giratoria” e incluso con la corrupción, para las cuales se convierte en
un elemento de gran valor y la Carta
Magna reconoce que este derecho ha sido determinante para la formación de una
opinión pública libre y plural.
Después de
lo que he tenido ocasión de conversar con algunos trabajadores municipales esta
mañana, sin ser jurista, pero si lector de la Ley y haber sido Funcionario Público
de Carrera varios años. Estoy en condiciones de afirmar que todos los empleados
del Consistorio, tanto funcionarios públicos, como personal laboral, tanto
interinos, como estatutarios, Es obvio que la obediencia debida no puede ni
debe desplegar efectos ante mandatos
claramente delictivos. El conflicto de la obediencia del funcionario
público o del empleado de la Administración en general, se produce en multitud
de casos y situaciones cuando el trabajador se vea en la disyuntiva de
ejercitar sus funciones con la obligada imparcialidad que resulte contraria a
una orden, cuya antijuricidad no aparezca con la claridad suficiente para que
el funcionario pueda discutirla y negarse a su cumplimiento. El funcionario
público se encontrará ante el enfrentamiento de dos nociones del deber: El deber de imparcialidad frente al deber
de obediencia, y el funcionario se encuentra en esa disyuntiva o encrucijada en
la que forzosamente debe tomar camino.
Algunos
empleados públicos, se estarán haciendo esta pregunta, la respuesta está en la
propia Constitución y en su propio Estatuto Básico: “Obedecerán
las instrucciones y órdenes profesionales de los superiores, salvo que
constituyan una infracción manifiesta del ordenamiento jurídico…” traspasando dicho límite, el empleado o funcionario público estará incurriendo
en un delito, al cumplir una orden que constituya una infracción
manifiestamente ilegal. Desde luego, el empleado público, no es un jurista y
por consiguiente, no tiene por qué conocer que dice exactamente toda la
normativa efectiva, pero lo que si debe procurar, es que ante una orden o
instrucción que entienda o pueda concebir contraria al ordenamiento jurídico,
antes de ejecutarla o cumplirla, interesar que el Superior del que depende que
le ha dado dicha orden, se la dé por escrito y aun así, si entiende que dicha
orden es manifiestamente ilegal, en todo caso, ponerlo en conocimiento de los órganos de inspección procedentes.
Osea, que el alcalde tiene dos caras. A unos les dice una cosa pero después es él quien pone freno, o no impulsa, la información que legalmente debe publicar. Sueldos, bienes, ocupaciones de los concejales, cuentas del ayuntamiento, etc, etc, ........
ResponderEliminarEste ayuntamiento cada vez se parece más a un sainete. Sainete que nos sale muy caro a los vecinos.
Don Jesùs, nos deja usted con la miel.en los labios. Dice usted que el alcalde "ha sabido responder" sobre los temas candentes de Valdemorillo. Le recuerdo que Gema González también le supo responder cuando usted le preguntó por qué no paralizabs inmediatamente las obras de Fuentevieja ignorando la orden de la Comunidad de Madrid, mintiendo escandalosamente.
ResponderEliminarDeberíamos dar el margen de confianza necesaria.
EliminarSr. anónimo, no recuerdo que dijera eso, pero si usted lo afirma tendrá razón, me he confundido muchísimas veces y esta puede ser una de ellas. Ahora todavía no encontrada razón alguna para desconfiar del Alcalde y espero y deseo poder seguir haciéndolo en toda su legislatura; sin embargo, ya he demostrado que he perdido la fe en alguno de sus Concejales.
EliminarAdemás, siempre confió en lo que me dicen hasta que me doy cuenta que no es posible hacerlo. De cualquier manera, los políticos en el poder se ven abocados a tener que modificar el rumbo, pero siempre deben dar las explicaciones que puedan permitir al ciudadano entender el cambio, por esa razón este Ayuntamiento necesita un equipo informativo de verdad para que los demás no demos “palos de ciego” desde la información interesada o la simple desinformación.
En otro género de cosas, una de las personas con la que tuve ocasión de intercambiar puntos de vista, desde el respeto y la claridad, fue con el Sr. Secretario, personalidad clave en la marcha del municipio en su sentido más amplio. Precisamente esta conversación me impulso a escribir este artículo con cierta precipitación, procurando que estuviera debidamente documentado ya que para un antiguo profesor universitario este trabajo no resulta demasiado difícil.
Mi saludo D. Gustavo
Leyendo su artículo y su comentario cualquier seguidor de su blog sabe que usted se está mordiendo la lengua. En fin...
ResponderEliminarSe aprecia un exceso de fe. Algo está bien, pero tanta .......
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