Conclusiones del

Útimo Pleno municipal

Hemos tenido ocasión de ver y analizar el último Pleno municipal y debatir sobre lo visto. Todos, hemos coincidido que el engranaje municipal no funciona adecuadamente, a pesar del coste que supone para todos. El compromiso estrella de este Equipo está paralizado, mientras que en los pueblos más importantes de nuestro entorno ya han hecho su trabajo. Me estoy refiriendo a la recepción de las urbanizaciones de acuerdo con la Ley.

D. Santiago usted me ha demostrado tener buena voluntad y que pretende dar un nuevo aire a este Ayuntamiento, pero creo que está tardando en hacerlo. Lo cierto es que la mala gestión del Ayuntamiento puede obedecer a diferentes causas, si bien lo habitual es cometer distintos errores a la vez, como consecuencia de un mal enfoque desde el principio unido a una falta de personal suficientemente preparado. La gestión errática acaba llevando a una situación caótica que a menudo es consecuencia de la falta de autocrítica. Cualquier persona que realice un seguimiento del Pleno se da perfecta cuenta de un ligero desbarajuste en los datos contables, tal vez por una deficiente preparación del Pleno o un desajusta informativo por parte de los funcionarios encargados de elaborarlos.

Sr. Alcalde, usted es un hombre que pretende hacer las cosas bien pero no cuenta con buenos colaboradores, el no reconocer los propios errores, no siempre es una cuestión de un orgullo profesional mal entendido. Muy a menudo, los fallos no se identifican simplemente porque no se tiene el discernimiento suficiente y/o bien porque no se persigue la perfección, por lo que las consecuencias pueden ser desastrosas si la mala gestión no se corrige a tiempo.

D. Santiago, contar con ayuda experta es fundamental para que la compleja gestión municipal sea exitosa, pues se trata de un proceso en el que influyen numerosos factores. Las consecuencias de una mala gestión municipal nunca será un cierre del negocio, pero los contribuyentes somos los verdaderos perjudicados. No puede confundir el hacer trabajar a alguien con hacer su trabajo. Como consecuencia, mientras hace el trabajo de otra persona nadie hace el suyo. Es decir, aparece en este momento un serio problema en la manera de pensar sobre la delegación.

Debe usted saber que mucha gente del pueblo desconoce realmente cuál es, en definitiva, su propia función y cómo su labor se relaciona con el resto del proceso y del Ayuntamiento. El nivel de producción y el número de personal en la nómina parecen ser las medidas para evaluar la realidad del Ayuntamiento. Los empleados pasan gran cantidad de tiempo resolviendo problemas de corto plazo por la inexistencia de planes de largo alcance. Parece que nadie sabe por qué y para qué es necesario hacer las cosas del modo en que se están haciendo. Todos saben sus tareas y las justifican diciendo que “siempre se hicieron así”, pero nadie se cuestiona si aún son necesarias (me sorprende ver la mesa del secretario repleta de papeles, cuando lo habitual es trabajar con datos, Me sorprende la marcha de las recepciones de las urbanizaciones cuando los otros pueblos de Madrid han resuelto el problema satisfactoriamente). A quien no se le da información no se le pueden pedir responsabilidades. Pero cualquiera que tenga la información no puede evitar el asumirla.

¿No hay buenos concejales?, aunque en realidad, deberíamos preguntarnos si tiene el Ayuntamiento verdaderos gestores. No dudo de que la gente que secunda al Alcalde sea de su más absoluta confianza, ¿pero están capacitados para hacer bien su trabajo? La voluntad parece ser el camino para solucionar todos los problemas y el lema favorito, “vamos… vamos… vamos”. Pero, en realidad, muchas veces lo más aconsejable sería tomarse un tiempo para repensar y usurpar las decisiones que correspondan. Todos viven corriendo de un lado al otro como hámster en sus ruedas y, por la cantidad de temas en los que corrieron, con la fantasía de que realmente han trabajado mucho. ¿Pero cuáles son los resultados? ¿lo visto en el último Pleno algo más que una simple anécdota?

¿Cada Concejalía, es un feudo? Me contaron una anécdota en relación con un proyecto de hermandad con el vecino pueblo de Robledo de Chávela, si es cierta habría que exigir responsabilidades. Lo mismo que la no invitación a la Benemérita en las pasadas fiestas patronales. Este tipo de errores necesariamente tienen que depurar adeudos en un Ayuntamiento con la cantidad de personal como tiene el de Valdemorillo.

Estos puntos son luces rojas encendidas a diario para quien tenga la actitud y la aptitud para verlas. El Alcalde tiene una oportunidad única, pero debe producir el cambio más difícil. Debe aceptar que el modelo organizacional no es viable y que lo primero que debe cambiar es su manera de ver y llevar adelante el Consistorio.