La ideología puede definirse a partir de unos valores o una forma de pensar.

Solemos hablar de políticas de izquierda o de derecha, ¿en qué se diferencian?

Estas políticas son desiguales en cada país, dependiendo de la forma en que esté organizado el gobierno, sus leyes y sus instituciones. Suecia es un Estado Socialista donde el gobierno corre con los gastos de los servicios públicos. Muy diferente a la izquierda en USA, un Estado Capitalista donde la economía condiciona todos los aspectos de la vida como: la educación, la salud, etc.

Gráfico creado en 1969 por el político estadounidense David Nolan.

La izquierda y la derecha tienen diferente enfoque de gobierno, la primera tiende a fortalecer los servicios básicos del conjunto de la sociedad como son: sanidad, educación y pensiones. Estas economías se llaman socialistas. La derecha sitúa al individuo en centro de su política potenciando la iniciativa privada y favoreciendo la economía de las empresas para que generen la riqueza. Este tipo de políticas se definen como liberales, porque las autoridades intervienen el mínimo posible, o capitalistas, porque el funcionamiento del Estado gira en torno al dinero o capital.  Por eso, los gobiernos de derechas suelen beneficiar más a los empresarios (porque son los que generan dinero) que a los trabajadores.

El barómetro del CIS confirma que a más de la mitad de los votantes españoles la política les interesa poco o nada. Un estudio publicado justo antes de las elecciones revelaba que el 40% de los españoles cree que votar es obligatorio, más de la mitad no sabe hacerlo en blanco y sólo tres de cada 10 electores acertarían el número de diputados que hay en el Congreso. Por eso se me ocurre poner sobre el tapete una frase de Winston Churchill que afirmaba rotundamente que: “El mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio”. Del mismo modo Jason F. Brennan, un filósofo estadounidense profesor en la Universidad de Georgetown, en su Teoría sobre la Democracia, escribe: las democracias contienen un defecto esencial, al extender el poder a todos los ciudadanos han eliminado cualquier incentivo para que cada votante utilice su poder con criterio. El votante sabe que su decisión individual nunca resultará determinante y que tiene tantas posibilidades de cambiar un gobierno con su elección como de ganar la lotería. Así que, qué más da, por qué preocuparse.

Lo que no cabe la menor duda es que, la democracia sigue siendo la opción política menos mala, que ha permitido a los pueblos en democracia vivir con mayor libertad y mejor que aquellos que no la tienen. La base de la democracia es que cada persona tiene un voto y además es libre para decidir qué hace con él. A eso se añade que todos los votos valen lo mismo, lo que significa que todos tenemos el mismo valor político sea cual sea el nivel de formación de cada uno. Naturalmente, en los albores de la democracia todo esto fue muy debatido.

Por tal razón y desde la consciencia de cuál es la orientación política mayoritaria en Valdemorillo, en donde la realidad de los votos se refleja en las últimas Elecciones Generales y en las manifestaciones mayoritarias manifestadas en las redes sociales. Aun así, considero importante objetivar la realidad sociológica de este pueblo y del resto de nuestro entorno geográfico para comprender los fenómenos sociopolíticos existentes y su clara actual crispación.

La visión nacionalista que promueven las derechas, está ampliamente extendida como resultado de cuarenta años de adoctrinamiento. Esta cultura persiste en amplios sectores de la población. La falta de dedicación y compromiso por parte de las izquierdas gobernantes durante la mayoría del período democrático para corregir la tergiversada historia de España ha facilitado el surgimiento de VOX. no es nada sorprendente. El PP tuvo siempre una rama franquista muy desarrollada, que ahora se ha escindido, por considerar al equipo PP débil no solo frente al independentismo, sino también frente a un progresismo populista representado por Unidas Podemos.

Nunca antes el PP había perdido tanto voto por el incremento de sus socios de Vox, teóricamente más radicales de derechas. Ciudadanos, establecida por los poderes económicos para parar a Podemos, está en sus horas más bajas y con una tendencia poco optimista de ser engullida por sus socios de derechas. Una parte importante de los líderes de ambas formaciones que compiten por el espacio político del PP han salido precisamente de los caladeros populares, y cuyos líderes habían pertenecido también al PP. De ahí que, aun cuando el PP no ha dejado de perder votos, elección tras elección, sus descendientes y aliados han ido creciendo, con lo cual la suma podría constituir la mayoría, fundamentalmente como consecuencia del sesgo favorable a las derechas mayoritarias que tiene la ley electoral española.